Crónica curso de Alicante

Gracias a todos los que habeis asistido a mi seminario en Alicante. Para mi siempre es ste un seminario muy especial. Gracias por haber creado el marco necesario para un entrenamiento intenso, y para mi desde luego muy enriquecedor. Gracias a la oranización: Fernando, Miguel, Carolina, Juanfran, y a cualquier otro que haya participado activamente para que todo funcionase de maravilla. Como siempre me habéis abrumado con vuestro exquisito, respetuoso y amigable trato, mil gracias . Aqui os dejo con la crónica que Carolina y Miguel han hecho del seminario, y que me hace sonrojar. Un abrazo a todos, y animaros y nos vemos en Güejar o este verano en el summercamp también en Güejar.

 Crónica:
 EL GUERRERO DE LA LUZ
de Asociación Cultural de Aikido Lucentum, el Lunes, 30 de abril de 2012 a la(s) 10:29 ·(facebook)

 Equilibrio y libertad, han sido los conceptos que flotaban en el aire durante todo el fin de semana en tierras alicantinas, acompañados de nuestro buen amigo Luis Mochón y de toda la maravillosa gente de Granada.   Bien fuera practicando Kihón, tai atari o trabajo libre, incluso en la mesa de un bar con una cerveza en la mano!! Equilibrio y libertad!   Libertad en tu mente! Hacer sin hacer, pensar sin pensar, Mushin! Liberar el ki de la prisión de las formas, liberar el cuerpo de la cárcel de las posturas fijas. Todo cambia, todo muta! Y solo una mente y un cuerpo libres pueden adaptarse al cambio.   "..., la finalidad del Aikido, debe ser siempre ser libres". Luis Mochón   Equilibrio entre el cuerpo y la mente! Buscando armonía entre un cuerpo activo y una mente en calma y viceversa.   "Mi mente puede estar en ying y mi cuerpo en yang; mi cuerpo puede estar en ying y mi mente en yang; pero nunca las dos cosas al mismo tiempo en ying ni en yang..., ahí está el equilibrio". Luis Mochón   Libertad de movimientos! Usando el cuerpo con libertad y naturalidad para generar distancia,  recuperar distancia, crear vacío y atrapar el centro de uke antes de construir ninguna técnica.   "...me uno a uke, cojo distancia y rompo su equilibrio, recupero la distancia y robo su centro, vuelvo a coger distancia y genero un vacío donde el uke cae solo." Luis Mochón   Equilibrio en la relación que une a uke y tori! Entregándose ambos a una práctica sincera que les permita un estudio real del camino de aiki, sin olvidar nunca que, a pesar de estudiar el arte de la paz, nuestra vía es la del guerrero, nuestro camino es el BUDO.    "Durante la práctica, mi compañero sabe que pongo mi vida en sus manos, y yo se que él pone la suya en las mías." Luis Mochón   Un fin de semana sin duda fantástico, lleno de buenas sensaciones, muy buen humor, una compañía inmejorable y un enriquecedor entrenamiento!!   Muchas Gracias Luis, por acercarnos y ayudarnos a comprender conceptos, a veces, tan "intangibles" y enriquecer nuestra práctica y nuestras almas, con tu sabiduría, y tu buen hacer.   Por supuesto también, muchas gracias a todos los que habéis asistido por hacer posible que este tipo de cursos sean una realidad!!   Y por si alguien quiere seguir uno de los consejos de Luís, aquí hay una pequeña lectura del libro 'Go-rin no sho':   ‘Se razona y uno se separa de esa razón libremente. El Camino de la estrategia consiste en combatir con libertad y de forma natural’ Manuscrito del Vacío – Miyamoto Musashi   Nos vemos en el siguiente!! Miguel y Carolina

jueves, 26 de abril de 2012

Entrevista de Kenji Shimizu extraido del magnífico blog" Entrenando Aikido".

Kenji Shimizu - El último alumno de O Sensei Ueshiba 1a Parte

Se dice que O Sensei Morihei Ueshiba enseñó a miles de estudiantes. Algunos de ellos se dedicaron en cuerpo y alma al Aikido por haber estado como Uchi Deshi, y formaron el grupo de maestros que desarrollaron el Aikido en el mundo. En este círculo muy cerrado, algunos como Minoru Mochizuki Sensei tenían una relación muy estrecha con el fundador del Aikido. Kenji Shimizu es una de esas raras personas a las que O Sensei estuvo enseñando directamente y le dió una atención especial. Léo Tamaki se encontró con "el último alumno del Maestro Ueshiba" para ti.

Sensei, en su niñez comenzó con el judo?

Kenji Shimizu: Tenía 13 años y he estado practicando hasta cerca de los 23 años. Esto me ha dado una buena base, pero algunos malos hábitos. En mis primeros tiempos de Aikido, Sensei Osawa tuvo problemas con ésto, ya que afectaba mi aikido, sobre todo la comprensión del trabajo de ejercicios de uke.

¿Cuál es en este sentido, la principal diferencia entre el judo y el aikido?

K.S.: Es similar. Sin embargo, te proyectan en judo, después de haber ofrecido resistencia, mientras que en el Aikido se acepta la proyección, sin oponerse a la técnica. Uno no finge que lo sigue. Hoy en día es a menudo el caso. Antes de que la técnica se realiza, el compañero salta por sí mismo.

Cuando el viento sopla, las ramas se curvan. Si sopla muy fuerte, el árbol se dobla, si sopla suavemente, las ramas aletean lentamente. El Aikido es similar, no hay que caer solo, pero en armonía con el movimiento, siendo suave o fuerte. En el judo uno se acostumbra a resistir, y creo que tuve esta mala costumbre. Pero poco a poco me las arreglé para caer de forma natural y correcta.

¿Nunca estuvo herido?

K.S.: Sí, varias veces. Mire, mis dos articulaciones son diferentes, esta ha sido desfigurada por un Nikkyo. Si usted nunca ha experimentado un Nikkyo y alguien se lo hace de repente, con gran fuerza, parece como un rayo en la cabeza. Luego he tratado de devolver lo que me habían hecho. Sin embargo, el compañero no se dejó.

Con el tiempo naturalmente avanzas, y si aprendes la forma correcta, te vas fortaleciendo. Más tarde fui hacia los que me habían lastimado, y les pedí de practicar conmigo, pero siempre me respondían.  "Oh, hoy no puedo, mi codo está lesionado", o "Me duele la rodilla"( risas)

en una exhibición con Morihei Ueshiba

¿Cómo llegó usted a cambiar del judo al Aikido?

KS: A causa de la edad no siempre se puede ganar, incluso cuando uno está fuerte. El Sr. Kaburagi, uno de mis conocidos me preguntó un día si en realidad quería dedicarme al Judo. Entonces, me dijo. "Hoy en día, el judo es un deporte," De esto hace 43 años ...

"Si usted no quiere hacer judo, pero verdadero Budo, debe contactar con el último de los Budokas." Era Morihei Ueshiba, y yo nunca había oído hablar de él. El Sr. Kaburagi organizó una reunión donde me lo presentaron. O Sensei, Kisshomaru Sensei, Tohei Sensei, el Sr. Kaburagi, Muko, la hija de Osawa sensei, quien más tarde se casó con mi hermano mayor y yo estuvimos allí.

Como fue la reunión?

KS: Cuando lo conocí, me sorprendió que una persona como él existiera. Era como si viniera del pasado. Era como alguien que vivió en una época diferente.

A primera vista, algo sucedió entre nosotros. A pesar de que nunca nos habíamos visto, pero tan pronto como lo ví, lo respeté y admiré, y él a su vez, pareció apreciarme y quería que practicara con él. Dejé mi dirección cuando me fui y había decidido volver. Pero Kisshomaru mismo me llamó y me dijo, que a O Sensei le gustaría verme otra vez, preguntando cuándo iba a volver. Inmediatamente volví y O Sensei me dijo: "Por lo general ya no tomo más Uchi Deshis. Pero quieres ser mi Uchi Deshi? " Se lo prometí, y por eso la gente empezó a llamarme el último estudiante. Había otros uchi deshi después de mí, Endo o Suganuma, pero no fueron sus últimos alumnos.

¿Qué hubo cuando se reunió por primera vez con O Sensei. Hubo una demostración?

KS: Ese día Tohei Sensei hizo una demostración. Cuando O Sensei me hizo volver por segunda vez, llegué a la hora de su clase. En el momento en que entré al dojo, se volvió hacia mí y me llamó. Delante de otros estudiantes, me aplicó técnicas y mientras me explicaba algunos aspectos básicos.

O Sensei el último Bujutsuka

¿Cuántas veces practicaba en aquella época?

KS: Yo no tenía dinero y cuando entrenaba, tenía más hambre. (Risas) Por suerte, cuanto más se entrena, más se progresa. Así obtuve el cuarto Dan en tres años. Obtuve el primer dan después de un año y luego me dieron cada seis meses un Dan.

Tuve la suerte de ser enviado a los mejores lugares para enseñar o para acompañar a O Sensei, y he tenido el honor de servirle muchas veces como uke. Estos momentos de entrenamiento siguen siendo para mí un tesoro precioso, que hoy en día me guían en mi entrenamiento.

¿Con quién ha aprendido las técnicas?

KS: Había muchos Senseis y cuando me convertí en Uchi Deshi, asistí a todas las clases disponibles para mí. Pero el hecho de ser Uchi Deshi de O-sensei es lo que más me ayudó.

Por encima de la técnica como tal pude ver su alma. Había que leer sus intenciones en su mente y responder de inmediato para seguir su técnica. Era muy estricto en su elección de compañero. O Sensei era severo. Cuando el uke no podía realmente seguir, estallaba en cólera y gritaba: "¿Qué estás haciendo?" (Risas). Tenías que ser capaz de seguir a la perfección al milímetro. Él no admitía un momento de distracción. Por ejemplo, después de ser proyectado, no podías darle la espalda al dar marcha atrás. Debías seguir mirándole a la cara. Su preocupación por auténticos ejercicios marciales se profundizaba hasta el más mínimo detalle.

Hoy en día, hay pocos profesores que exigen en este sentido. Pero sin el debido Reigisaho no puede haber Budo.

¿Cuántos Uchi Deshi, había en ese momento, aparte de usted?

K.S.: Había un montón de ellos. Creo que cuando llegué, había alrededor de una docena. Pero la gente a mi alrededor se preguntaba por qué había aceptado ser Uchi Deshi.

Fue realmente una fase de transición. Nadie sabía lo que luego sería del Aikido. Los Juegos Olímpicos vinieron y la economía creció rápidamente. Pero nosotros no teníamos dinero suficiente para tener una hakama adecuada. (Risas) Incluso los sempai se encontraban en la misma situación!

Su vida como Uchi Deshi tenía que ser en aquel tiempo bastante difícil, ¿verdad?

KS: No teníamos dinero, pero nuestra vida estaba llena de riqueza e intensidad. No tengo recuerdos dolorosos. No teníamos tiempo para pensar en cosas superficiales, y cuando estábamos entre nosotros,  dormíamos. (Risas)

Cómo yo era el último que había llegado, tenía que continuar con las lecciones individuales, mientras que los otros estaban en la oficina, y se les permitía beber té y hablar. Para mí no fue muy divertido. Todos estaban allí, pero dejaban esperar a los estudiantes mientras yo terminaba una clase, para que me hiciera cargo de la siguiente! Tuve que pasar mi tiempo de enseñanza y práctica con el estómago vacío. Pero así es la vida en el dojo. Había muchas personalidades que tomaban clases particulares. Y hubiera sido muy malo si uno de ellos se hubiera lastimado a causa de una mala proyección. Siempre me pregunté por qué tenía que llevar esas lecciones nada entretenidas. Pero esto lo comprendí más tarde. Estos momentos difíciles existían. (Risas)

Así que dió todas las clases particulares?

KS: Había algunas que daba yo y otras a las que asistía como ayudante o compañero del sensei y el estudiante. En este caso era diferente, y estoy agradecido de haber tenido la suerte de acompañar a O Sensei en sus clases particulares.

Estaba, por ejemplo, Hidehiko Hioki. Este hombre tenía unos 65 años de edad y era uno de los estudiantes personales de O Sensei. Así que nos quedamos siempre en grupos de tres, y en este caso O Sensei mostraba muchas técnicas diferentes.

Debido a su edad, el Sr. Hioki a los diez minutos de entrenamiento debía descansar cinco minutos. Cómo era diabético, se quedaba rápidamente sin aliento. Entonces O Sensei me miraba, como si me preguntara si tenía alguna pregunta. De inmediato aproveché la oportunidad para preguntarle: "O-sensei, en esta situación ..."

Cuando practicaba judo, yo nunca había hecho una sola pregunta. Fueron momentos de valor incalculable. ¿Haber estado en contacto con O-sensei era el tesoro más venerado por sus Uchi Deshis.

Parece que O Sensei le tenía un cariño especial?

K.S.: Creo que sí. O Sensei tuvo muchos estudiantes. Algunos de los que trataba muy favorablemente, por ejemplo, Mochizuki Sensei, que estaba cerca de él desde su infancia, ó a mí, en la última fase de su vida. Me proyectó un sinnúmero de veces. Así trataba a la gente a los que apreciaba especialmente! (Risas)

En todo momento llamaba para saber si yo estaba allí. A pesar de que se me pedía de dar un montón de clases particulares, pero no le importaba. Cuando dejaba el dojo, me llamaba y me enviaba fuera con el bokken y el jo. A pesar de que tenía que dar clases, entrenamiento particular y citas, pero O Sensei no se preocupaba de estos asuntos.(Risas)

Yo era uchi deshi y no tenía que hacer nada más sino cumplir con su llamado inmediatamente.

Llamaba, pero no de un pueblo cercano, al que se podía ir en media hora o una hora. Llamaba desde Osaka, Iwama, o esos lugares. Esto pasaba todo el tiempo.

Pero al mismo tiempo él era increíblemente agradable y me cuidaba como  un abuelo a su nieto. Por ejemplo, hubo algunas historias. O Sensei quería ir al santuario de Iwama. Yo por mi parte, terminaba las clases particulares y me decía que por fin iba a poder echar una siesta rápida. Por la mañana había dos clases normales y dos o tres lecciones individuales por lo que muchas veces no podía dormir lo suficiente.

O Sensei llegaba y me decía: "¡Oh, Shimizu, voy a Iwama, ven conmigo" Iwama en ese tiempo estaba lejos y el viaje hacia allí era largo, se tardaban varias horas para ir allí. Por supuesto, respondía con entusiasmo: "Sí, lo entiendo", y comenzaba con los preparativos. Pero muchas veces estaba cansado y mi respuesta era débil. Hay momentos en que el cuerpo comienza a seguir difícilmente, y, naturalmente, O Sensei se dió cuenta. Entonces se volvía cinco o diez minutos más tarde y me decía. "¡Oh, Shimizu, por hoy está bien, no es necesario que vengas", él había comprendido la situación.

La bondad de O Sensei no sólo consistía de cogerme muchas veces de uke, sino también de preocuparse por mí en estos detalles.

Traducción Carina

Traducido y publicado con el amable permiso de Léo Tamaki. Muchas Gracias!
 Blog Budo no Nayami de  Léo Tamaki


jueves, 19 de abril de 2012

La filosofía del Takemusu Aiki.

"Los que pensamos profundamente en el aikido consideramos que debemos contribuir a establecer un sistema universal de verdad y de justicia. Nuestro deber es hacer de mensajeros y guìas de la paz mundial y de la hermandad universal. Para llevar a cabo esta gran tarea debemos: Estar iluminados sobre la naturaleza verdadera del universo. Residir en el corazón de Dios. ConcebIr el mundo entero como la forma viviente de Dios. Aprender las enseñanzas de lo,divino. Hacer que se manifieste lo divino en los asuntos humanos. Es decir, debemos llevar a cabo nuestra misión como espadas del espíritu, que penetramos hasta lo más hondo de las cosas. La técnica divina más importante es alcanzar la unidad con la creación y conseguir la armonía con todas las cosas. Este planteamiento nos permitirá vincular nuestros espíritus con lo divino. Esto es la unidad con el universo. Tenemos espíritu y tenemos cuerpo, pero deben estar sintonizados uno con otro. Cuando el espíritu y el cuerpo están sintonizados, podemos ver cómo funcionan y cómo se desarrollan en el mundo las dimensiones "energía", "fluido", " sauce" y "diamante". El buen entendimiento de los parámetros de estas cuatro dimensiones nos permitirá desarrollar una mente que ve las cosas precisamente tal como son. El aikido es la práctica que desvela la luz de la armonía;es el camino por el que se unen el cuerpo y el espíritu".

 Extraido del libro:"El corazón del Aikido. La filosofía del Takemusu Aiki". Morihei Ueshiba Segunda edición de Hideo Takahashi y compilación de John Stevens

miércoles, 18 de abril de 2012

Cologne seminar. Thank you Matti sensei.

Escribo esta entrada para expresar mi gratitud a Matti Joensuu sensei por haberme dado la oportunidad de poder compartir seminario, como enseñante, con él y con otros 4 senseis de una talla técnica y humana exquisita.
Desde el dia 12 hasta el dia 15 de abril tuve la oportunidad de disfrutar de una seminario especial en Colonia (Alemania). Este seminario suponía el arranque de una asociación nueva, encabezada por Matti sensei, con el nombre de Kimusubi Dojos. Este seminario ha sido compartido en las enseñanzas por 6 senseis, entre los que de manera sorpresa, tuve el tremendo honor de pertenecer, impartiendo clase el sábado por la tarde.
La práctica con estos senseis ha sido extraordinaria, suave, consciente, flexible, muy dinámica y centrada. La energía que se vivía, en este por cierto maravilloso dojo de Jorg sensei, estaba llena de armonía y sonrisa.
Los senseis que impartieron clases fueron: Matti sensei (6º dan), Cornelius sensei (3º dan), Andrea sensei (4º dan), Jorg sensei (4º dan) , Dirk sensei (5º dan) y yo mismo. El espíritu de la práctica de Endo sensei fue el nexo común de la diferentes y muy enriquecedoras sesiones de entrenamiento dirigidas por estos maestros. En cada uno pude observar un profundo trabajo y estudio, basado en una práctica tremendamente consciente e intensa. Cada uno aportó algo nuevo al anterior, aunque todos bajo el marco común de la práctica de Endo sensei.
Ha sido una de las mejores experiencias que he vivido desde que empecé a practicar Aikido.
Así que gracias a todos los que la habéis hecho tan especial, entre ellos por supuesto a mi alumno y amigo Mario Vega, que me acompañó y vivió conmigo estos momentos tan intensos.

Luis

                                           (falta Andrea sensei)

sábado, 7 de abril de 2012

Yagyu Munenori

      "  Dice un antiguo proverbio: “Las armas son instrumentos de desdicha despreciadas por el Camino del Cielo. Úsalas sólo cuando es inevitable”. La razón de que son instrumentos de desgracia es que el Camino del Cielo es el Camino que da la vida a los seres, mientras que aquello que mata es en verdad un instrumento de desgracia. Por lo tanto lo que contradice al Camino del Cielo es digno de desprecio".

        "Es un perjuicio pensar que en el arte de la guerra sólo se trata de matar. No se mata a las personas, se mata el mal. Es una estrategia para dar la vida a muchos destruyendo el mal que representa una persona".

        "De igual manera, en el ámbito de las relaciones sociales y profesionales donde uno actúa mientras las situaciones se van desarrollando, la actitud es similar a la del guerrero, aun cuando no hubiese desacuerdo. La atención que se necesita para observar la dinámica de las situaciones incluso en un grupo constituye un arte de la guerra. Si uno no ve la dinámica de una situación, puede llegar a permanecer demasiado tiempo en compañía indeseable y verse envuelto en problemas sin razón alguna. Cuando la gente habla sin ver el estado de ánimo de los otros, se provocan discusiones que incluso acarrean la muerte; se trata precisamente de la diferencia entre ver y no ver la dinámica de una situación y el estado de las personas comprometidas en ella. Hasta el simple hecho de ordenar una habitación de modo tal que cada cosa ocupe su lugar correcto es ver la dinámica de una situación. Y esta acción requiere algo del cuidado característico del arte del guerrero".      

" Aprender toda la esgrima, las posturas físicas, la manera de mirar, aprender minuciosamente todo lo que se debe aprender y practicarlo es el espíritu del conocimiento integral. Finalizado el aprendizaje, cuando todo aquello que has aprendido desaparece de la mente consciente y uno se vuelve inocente, esto es el espíritu del perfeccionamiento de las cosas. Cuando el aprendizaje y la práctica han madurado, las manos, los pies y el cuerpo actúan sin depender de la mente. Estás desapegado de lo que has aprendido y sin embargo no te desvías del aprendizaje. En todo lo que hagas, tu acción será libre.  En ese momento, ni siquiera sabes dónde está tu mente; ni los demonios celestiales ni los extraños pueden espiar dentro de tu propio corazón. El aprendizaje tiene como meta alcanzar este estado. Una vez que has aprendido satisfactoriamente, el aprendizaje desaparece. Este es el sentido último y la trascendencia progresiva de todas las artes Zen. El olvido de lo aprendido, el abandono de la mente, la armonización no deliberada es la consumación última del Camino. Esta etapa es el pasaje del saber a no saber".         

"Anticipar el momento se refiere al instante previo a los movimientos del contrincante. Este primer impulso de movimientos es la energía, el sentimiento o el ánimo retenidos en el pecho. La dinámica del movimiento es energía, sentimiento o ánimo. Ver con precisión la energía, el sentimiento y el ánimo de los oponentes y actuar en forma correspondiente, se denomina anticiparse al momento.         Esta acción efectiva es una especialidad del Zen, llamada dinámica Zen.         La energía, el sentimiento o el ánimo que están ocultos en el interior y no se revelan constituyen el potencial del momento. Es como una bisagra que está dentro de la puerta. Captar las acciones invisibles escondidas en el interior, y actuar en consecuencia, se llama en el arte de la guerra anticipar el momento "      

 "Hay que asegurarse de estar atento a lo que acontece en ese momento. Esto es lo que significa la frase “hacerse cargo de lo que está allí”. Si no observas con calma absoluta, las técnicas de la espada que has aprendido no te servirán.         En lo que concierne a “escuchar el sonido del viento y del agua”, significa estar tranquilo y calmo en la superficie, manteniendo un talante agresivo por debajo. El viento no tiene sonido; produce sonido cuando choca con un objeto. Así el viento es silencioso cuando sopla allá en lo alto. Al establecer un contacto con árboles o cañas produce un sonido que es ruidoso y cambiante. El agua tampoco tiene sonido cuando cae desde arriba sino que produce un rumor cuando golpea las cosas.   Subir         Un monje preguntó a un venerable anciano:  ¿Cuál es el Camino?. El anciano contestó: “La mente normal es el Camino”. Esta historia contiene un principio que se aplica a todas las artes. Al preguntársele cuál era el Camino, el venerable anciano contestó que la mente normal es el Camino. Esto es en verdad la sabiduría última. Es el estado en el cual las enfermedades de la mente han desaparecido y uno se ha vuelto normal espiritualmente, libre de la enfermedad aun en medio de la enfermedad. Aplicando esto a cuestiones mundanas, suponte que estás disparando el arco y piensas en ese instante que estás disparando; de esa manera la puntería será débil e inconstante. Al esgrimir la espada, si estás consciente de esgrimirla tu ofensiva será inapropiada. Si estás escribiendo y eres consciente de escribir, tu pluma será inestable. Aun tocando el arpa, si eres consciente de tu ejecución la melodía será desafinada.  
  
" Cuando el arquero olvida la consciencia del disparo y dispara con una actitud de mente normal, como si estuviera desocupado, el arco estará firme. Al usar la espada o cabalgar, uno no “usa la espada” o “cabalga”. Y uno no “escribe”, uno no “ejecuta música”. Cuando haces todas las cosas en un estado de mente normal como si estuvieras completamente ocioso, entonces todo fluye de un modo suave y sencillo".

  "La mente normal se llama no-mente. Si cambias la mente normal y en su lugar produces otro tipo de consciencia, cambiarás también tu forma, de modo que la agitación será interna y externa. Si haces todas las cosas con una mente agitada, nada será como debe ser. Aun si se trata de decir sólo una palabra, la gente la apreciará únicamente se el modo de decirla es firme y sereno. La mente imperturbable de los Budas es verdaderamente sublime".   

"Las personas que han logrado pacificar sus mentes una vez no necesitan purificar sus acciones físicas, verbales y mentales; permanecen sin mácula aunque se mezclen con el polvo del mundo. Aunque estén activas todo el día, estarán inmóviles, como la luna que se refleja en el agua no se mueve aunque innumerables olas rompan una tras Otra".

Yagyu Munenori

lunes, 2 de abril de 2012

Un camino de transformación y renacimiento, reflexión personal.


Un camino de transformación y renacimiento, reflexión personal.
Sinceramente considero que la práctica del aikido en un dojo tradicional, genera una serie de transformaciones en los distintos niveles de la persona, desde muy pronto, siendo esto algo difícil de aceptar.

La práctica se desarrolla en un entorno donde la tradición marcial, a través de la transmisión de las técnicas y la etiqueta, se convierte en un guía del presente , para el cuerpo y el alma del practicante.
La práctica consciente y sincera en este entorno, y bajo el cobijo del
espíritu del aiki, nos pone en contacto con los elementos que
conforman nuestra mente y nuestro corazón. Estos dos centros vitales
deben purificarse para que nuestra verdadera esencia se manifieste
luminosa a través de un comportamiento centrado y equilibrado.
Al empezar a tomar una cierta conciencia de lo que habita en nuestra
mente y nuestro corazón, y al empezar a vislumbrar cual es la esencia
de todas las cosas y de nosotros mismos, empieza un proceso de toma de
conciencia, donde liberaciones constantes nos llevaran a un proceso
más o menos continuo y más o menos largo de crisis en todos los
ámbitos de nuestra vida.
(por supuesto hay que personas que abandonan el Aikido sin llegar a profundizar en este proceso de crisis y transformación. Me interesa escribir sobre aquellos que si entraron o están entrando en este proceso)

El no abandonar la práctica en esos momentos es fundamental, ya que la
práctica del aikido nos irá proporcionando las herramientas necesarias
para purificar ambos centros vitales, dejando aflorar cada vez con más
fuerza el principal centro vital de una existencia liberada, que es el Hara,
donde espíritu y cuerpo se vinculan, y cuyo protagonismo va
transformando paulatinamente una existencia dirigida por lo orgánico,
lo emocional y mental, en una existencia más plena, llena de Ser, de
unidad , de equilibrio y de conciencia, pasando lo mental y emocional
a ser siervos obedientes del Ser.
Cuando al practicar, empezamos a entrar en ese proceso de crisis,
nuestra vida se ve zarandeada por un montón de fuerzas emocionales y
mentales, que la convierten en un barco donde el timón está roto y no sirve más
que en contadas ocasiones, para crear un cierto rumbo en mitad de una
gran tormenta.
En este momento empezamos a sentir de forma más
evidente las fuerzas que hasta ese momento ocultábamos detrás de un
montón de condicionantes culturales aprendidos, y empezamos a liberar
lo que hay dentro de nosotros , con los consiguientes cambios que esto
supone en nuestro ser y nuestra vida.
Muchos identifican esto con la libertad, pero yo , ahora creo que no.
Es ,eso sí , parte de un proceso que va a acabar desembocando en una
mayor libertad para Ser.
Muchos de los practicantes dejan aquí el aikido, lo dejan de las
distintas formas que yo creo que se puede dejar:
-       Una es irse, por miedo a todo este cambio.
De manera que se intenta, dejando el aikido, volver a enterrar en la
"normalidad aprendida" de años y años lo que ha aflorado de nuestros
centros vitales, para así recuperar una vida anestesiada donde el
centro principal o Hara nunca tomará el papel central que le
corresponde. O por otro lado, perderse en ese proceso de crisis, considerando que en lugar de ser un proceso limitado, transitorio y necesario, es el fin
del camino, es la "libertad", dejándose llevar por la corriente mental
y emocional como un hoja que es arrastrada por el viento en todas
direcciones.
-       Otra forma de "dejarlo" es seguir haciendo aikido, pero sin implicar en
nada la conciencia, abandonando cualquier sinceridad posible con uno
mismo en la práctica, y aprendiendo a entrenar desde la superficie,
nunca desde lo interno. De esta manera sólo se conseguirá mejorar el
cuerpo material, y la visión que tenemos de nosotros mismos y de los
demás nunca se verá actualizada realmente, sino que será estática y
pasada, añadiendo a veces nuevos elementos, pero siempre sometidos a
esta visión.
La evolución , propia del vivir , del existir, que va inmersa en
nuestra propia naturaleza de ser vivo evolucionado, queda
conscientemente forzada a no producirse, quedando tristemente
condenados a vernos y "verlos" como son en una mente que no se
"mueve", es decir , imágenes estáticas ancladas en una experiencia
pasada , inexistente ya en la realidad presente.
El Aikido a través de su proceso de purificación debería romper esta
rigidez con lo propio y lo ajeno, desde el desarrollo de la conciencia
constante o atención plena de cada momento. Así se aceptará el cambio,
como el elemento cohesionador , de un proceso de existencia, llamada
al aprendizaje y la evolución.
En este proceso de purificación que el Aikido nos propone, tenemos que
contar sobre todo con el "Valor". Sin el valor la catarsis del ser es
totalmente imposible.
Este valor nos dará la capacidad de dirigirnos firmemente hacia
nuestro propio "seppuku", al fin de lo que éramos, al fin de lo que
creíamos que nos definía, para dar lugar al renacimiento de lo que
“Somos” y que en definitiva debería marcar lo que debemos ser. Debemos
matar nuestro ser, conformado por condicionamientos mentales y
emocionales, generando el vacío creativo suficiente para que aflore
nuestro auténtico “Ser”, regalo de la Mente Universal, que decide y hace,
desde una auténtica libertad entregada en el principio de todo.
Aquellos que se quedaron en el camino, y abandonaron el aikido de
cualquiera de las dos formas que expliqué con anterioridad, de corazón
lo siento. Faltó el valor en pleno seppuku , de continuar,
trascendiendo el miedo a desaparecer, y confiando en el renacer.
Se quiso amoldar el Aiki a lo que somos, no dejando que fuera éste el
que moldeara nuestro ser para hacer renacer a nuestro verdadero Ser.
Entonces se vuelve a una existencia estática , segura, donde la
dualidad con los demás es protagonista, conformando un mundo fácil de
entender de acuerdo a todo lo aprendido, de acuerdo a un sistema donde
los "malos" siempre serán malos, y donde la represión de uno mismo se
confunde con el equilibrio.
O a una vida desestabilizada, cimbreada por las fuertes corrientes mentales y
emocionales de una "caja de pandora" abierta, y cuya llave se ha
perdido, y que nos sitúa en un proceso autodestructivo inconsciente.
A los que continuáis de verdad , mientras estáis inmersos en plena
crisis o después de haber pasado por esa crisis tan dolorosa, porque
vuestra fe en el aiki y el ejemplo de O sensei y otros grandes
maestros de la vía, os da esperanza , continuad por favor.
El mundo sólo pueden mejorarlo aquellos guerreros que viviendo sus
demonios , los identifican, luchan y los debilitan , para después
poder hacer uso de ellos, siendo dueño y señor de un Ser completo.
Se comienza así a vivir desde un Ser renovado y al mismo tiempo eterno. Éste entiende que su vida, con todas las cosas, seres y energías que la componen, es para evolucionar y ayudar a otros seres a cumplir su propia
misión evolutiva.
A aquellos otros que dejasteis el camino del Aikido, pero
continuasteis con otro camino de transformación, os deseo mucho valor y
fuerza, no dudéis que somos compañeros del Do.
Si permitimos que el espíritu del aiki purifique nuestra mente y nuestro
corazón, nos volveremos seres cada vez más unificados, donde mente y
corazón serán fieles corceles que llevarán a nuestro Ser en volandas
por la existencia en la tierra, convirtiéndonos en verdaderos dueños
de cada una de nuestras decisiones y acciones. El valor siempre será nuestra gran herramienta, y el presente, el único tiempo donde Ser.
Lo que fuimos no interesará, lo que somos, es lo único
que debe importarnos.
Luis