El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
Hay verdades nuestras, hondas y duras, pero hay que saber acercarse a ellas, entenderlas y convertirlas en acto de transformación interna por amor a Dios y a la humanidad.
Dios solo habla en silencio.
El silencio es reflexión.
Encontré una mujer moribunda en las calles. La traje a nuestro hogar. Cuando la acosté a una pequeña cama, me sonrió, tomó mi mano y dijo una sola palabra. “ Gracias “ . Luego murió. Ella me dio mucho más de lo que yo hacía por ella. Me dio su gratitud.
Sólo soy un instrumento, un pequeño lápiz en las manos del Señor. Aún Dios me muestra su humildad utilizando instrumentos tan débiles e imperfectos como nosotros.
Hemos sido creados para grandes destinos. Sólo tenemos que comprenderlos.
La compasión es como el vuelo del alma hacia el prójimo.
Debemos seguir esa voz de nuestra conciencia que es la voz de Dios. No hay nada que temer, y mucho que agradecer.
Dios siempre cuida sus criaturas, pero lo hace a través de los hombres. Si alguna persona muere de hambre o pena, no es que Dios no haya cuidado, es porque nosotros no hicimos nada para ayudarla. No fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño abandonado.
Tómate tiempo para hacer caridad. Es la llave del cielo.
La gente teme vincularse con el otro por el miedo al rechazo o por no atreverse a dar.
Se olvidan que no hay como dar para recibir. La verdadera dicha es dar. Cuando uno conoce a Dios, nunca más está solo.
Un vaso de agua que se da a un pobre con misericordia y amor, es un vaso de agua que se da al mismo Dios.
Dios ama a quién ayuda con alegría.
El servicio es lo que podemos llevarnos a nuestro encuentro final con Dios.
Una de las cosas más importantes de la vida es dar y ofrecer a quienes viven en nuestro entorno, el amor que hemos recibido.
Dar hasta que nos duela.
No hay que cambiar la religión de los hombres, sino su corazón.
Los milagros suceden a diario. Son consecuencias permanentes del amor en acción
La pobreza no es obra de Dios, sino que los responsables de que exista somos nosotros.
Y somos responsables porque no sabemos compartir las cosas con Dios.
En la vida actual hay demasiado ruido, y eso hizo que la gente llegue a temerle al silencio. Saben que si se callan, van a escuchar de verdad y eso a veces suele ser muy doloroso.
Todas las noches antes de dormir debemos realizar el examen de conciencia, por si fuera nuestro último día.
Dios esta en todo y en todas parte. Los hindúes, los musulmanes o los cristianos somos sus hijos. Todo lo son.
El mundo es uno y la humanidad es una.
La guerra es el fruto de la política. Además si uno se envuelve en la política, hay que tomar bando por algún partido. Yo no quiero eso. Mi bando es el de los desposeídos y el de los necesitados.
Somos siempre capaces de elegir: el bien o el mal. Nadie es malo por naturaleza. Dios nos creó para destinos de grandeza.
Cuando digo “ el menor de mis hermanos ” hablo no solo de los que sufren pobreza física, sino de quienes sufren soledad. Hablo de los necesitados no solo de comida, sino de la palabra de Dios. Aquellos que buscan justicia y amor. Los que piden huir de su ignorancia y recibir conocimientos. Aquellos que quieren llegar a la verdad. Los que más que ropa, buscan dignidad. Los que piden caricias en el cuerpo y el espíritu. Los que son víctimas del abuso y de la discriminación . Los que son abandonados e indigentes. Los que han perdido la esperanza, que es lo ultimo que deberían perder. Los que creen haber perdido a Dios. Lo que caen en adiciones. Los que están presos.
Al olvidar el llamado de Dios, obramos mal, pero no por ello perdemos todo lo bueno que hay en nuestra naturaleza.
Si no logramos pedir perdón a alguien en particular, deberíamos disculparnos con Dios, que es misericordia pura. Es necesario estar libre de cargas y con el corazón puro. Dios siempre perdona y libera, si nos acordamos de él y le entregamos nuestro tormento. Se deber rezar para poder perdonar a quienes nos han herido y dañado.
¿Cómo podemos pedir perdón a Dios, si no sabemos perdonar a los otros?
Las parejas que están crisis deberían rezar y perdonar. Saber que en nuestro humano camino han sido unidos por alguna circunstancia divina . Aprender de ese encuentro. Superar las dificultades y salir fortalecidos. Respetarse y perdonarse. Uno tiene que corregir en uno mismo, antes de molestarse con el otro.
No hay que tener miedo a escuchar las verdades que están en nuestro interior.
Tómate tiempo para pensar. Tómate tiempo para rezar y tómate tiempo para reír.
La mejor manera de mostrar nuestra gratitud a Dios y la gente, es aceptar todo con alegría.
Dios sólo habla en silencio. El ruido presenta un problema para quién busca a Dios. El silencio es reflexión. El ruido es olvidar nuestra misión.
Grita aquél que no tiene nada que expresar.
A partir del ruido, tratan de llenarse de estímulos. De allí, la droga, el alcohol, las salidas a lugares nocturnos de aturdimiento o la televisión prendida todo el día aunque no haya nada valioso para ver.
Él nos pone el camino frente a nosotros para que podamos elegir y a veces por pereza, por negligencia o por ignorancia, elegimos el mal y allí es donde se alza un obstáculo que nos impide ver la claridad.
Ya sé que todos me preguntan cómo la muerte puede ser bella.
Morirse es volver a casa. Quienes mueren aquí, mueren en paz, y eso es lo que podemos esperar. Morir en paz y con dignidad. Eso es para la eternidad.
Si el mal se apodera de alguien, éste puede extenderlo o desparramarlo a su alrededor.
Las zonas más enfermas de alguien, despiertan a su vez la enfermedad en otro que no esté lo suficientemente bien plantado o prevenido. Si alguien es débil, se debe a que no practica una vida espiritual con convicción o amor. Al estar en contacto con seres así, debemos orar mucho para que esa oración llegue a ellos.
Si puedes quitarte el miedo, ya habrás hecho mucho. Es algo muy grande dejar de temer. Hay que confiar en Dios y en la vida y sacarse los temores que nos enturbian y enferman desde hace años.
Los bienes del mundo, los regalos del cuerpo y de la mente, las ventajas del nacimiento, la educación, el hogar y la crianza, las capacidades y habilidades, los talentos y los logros, provienen de Dios. Son regalos de Dios, y nadie tiene el derecho de poseer riquezas superfluas y acumular bienes materiales, mientras otros mueren de inanición y sufren todas clase de carencias. Nosotros tratamos de equilibrar esta situación, por el esfuerzo voluntario de la humildad y la entrega, y el sacrificio de formas de vida lujosas y ostentosas.
El corazón no tiene límites para amar. No hay barreras físicas para llegar con el espíritu a donde uno desea.
Muchas veces se me hizo durísimo concretar los centros de asistencia a leprosos. La deformidad física causa en mucha gente una sensación tan repulsiva que los lleva discriminar a los enfermos.
Recuerdo varias ocasiones en que todo un barrio se reunía y nos arrojaban piedras para que no nos estableciéramos allí. La ignorancia y el temor van de la mano.
Cada vida ajena es nuestra propia vida . Estamos hechos para destinos de luz. Para amar y ser amados.
Debemos hallar el silencio y orar. Allí todo puede suceder y nos revela. Sigamos esa voz de la conciencia, que es la voz de Dios. No hay nada que temer y mucho que agradecer.
Un día, saqué a un hombre de una cloaca. Su cuerpo estaba lleno de llagas. Lo llevé a Nirmal Hrday, que es la casa del amor en acción. Lo limpiamos, lo bañamos y curamos sus heridas. Durante todo ese tiempo nunca se quejo y no había rastros de miedo en su expresión. Lo único que me dijo fue: “ Siempre viví como un animal en las calles, pero ahora voy a morir como un ángel”. Me sonrió de un modo bellísimo y murió. Su sonrisa permanece siempre en mi mente y en mi corazón . Es de la más hermosas que he visto.
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