La tragedia no sólo no ha pasado, sino que parece que empeora. Ahora con la radioactividad, en Japón están pendientes de los vientos.
Con esta entrada quiero de nuevo pedir oración y luz para Japón, y también hacer la siguiente reflexión:
orden,serenidad, civismo, colaboración, resignación, esperanza,comportamientos llenos de dignidad...todo acompañado de miedo, tristeza y desesperación. Sin duda creo que el pueblo japonés está siendo una lección de humanidad en esta trágica situación.
Gracias Luis, te acompaño
ResponderEliminarAprenderemos alguna vez nosotros a comportarnos así de forma habitual, tenemos demasiado que aprender....
ResponderEliminarGracias por tus palabras.