El pasado fin de semana tuve de nuevo la oportunidad, o mejor dicho la suerte de poder asistir a un nuevo seminario de Endo sensei, en este caso en Bruselas. El poder ir a disfrutar de la práctica de un maestro así es un auténtico regalo.
El maestro propuso sus ideas a un auditorio que quizá en algunos casos no estaba muy abierto a recibirlas. El maestro habló del Budo, refiriendose a unos personajes que ya ha mencionado otras veces , y que son Miyamoto Musashi y Yagyu Munenori. Al hablar sobre ellos puedo sentir que hay un profundo estudio de la via marcial que desarrollaron. El maestro mostró una visión más marcial, más "budo" del aikido utilizando sus brazos y manos como auténticos sables, mostrando un trabajo donde los cortes y entradas directas al eje dejaban claro la no necesidad de agarrar o hacer fuerza, incluso de hacer técnicas, para desarrollar un trabajo efectivo y libre.
A partir de estos conceptos mostrados con una claridad, contundencia y velocidad impresionantes (doy plena fe, ya que yo mismo estaba de uke atacándole) , el maestro Endo proponía dejar atrás cualquier intento de forzar, forcejear, obligar, agarrar fuertemente, y pedía un trabajo flexible, adaptable, móvil, con un centro fuertemente compactado en el hara, desde el cual, los movimientos pueden fluir libremente sin fuerza en los brazos, rigidez u oposición.
Habló también de lo importante que es el desarrollo conjunto del cuerpo y el "kokoro" (mente, corazón, espíritu) en la práctica del Aikido.
Puso el ejemplo de un carro. Comparaba al Aikido con un carro donde una rueda es el trabajo corporal y la otra rueda es el trabajo del "kokoro". Si sólo desarrollamos una faceta, el carro sólo tendrá una rueda, y dará vueltas sobre sí mismo sin poder avanzar.
El maestro nos planteó, ¿qué es desarrollar el kokoro?. Dijo que se desarrolla consiguiendo serenar la mente, serenar el espíritu, el corazón. Pero un espíritu sereno no es algo estático o parado, sino que el maestro comparó este concepto, con un manantial de agua, donde de forma serena, suave, sale el agua, pero sin parar en ningun momento.
La escucha del uke, el contacto, la intención de uke, la movilidad corporal producto de la serenidad y la relajación.....
He tenido la oportunidad de tomarle bastante ukemi al maestro, y sólo puedo decir......realmente extraordinario..... es decir fuera de lo ordinario francamente. La mezcla de sensaciones que se viven al tomar ukemi al maestro, son de todo menos ordinarias......
Detrás de unos brazos relajados se expresa un centro fuerte y equilibrado.
Gracias sensei.....por cada instante......
Luis.
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