Debemos trascender lo que llamo la mente de la prioridad,también la denomino la "mente sustitutiva".
Este blog trata sobre la via que marca mis pasos: el Aikido. Y por supuesto de todas esas cosas que considero relacionadas con el principio del Aiki. Aquí podréis compartir conmigo el camino que empecé hace años y que hoy toma la forma física de una escuela de Aikido,y sobre todo un montón de alumnos a los que les debo algo tan importante como es la posibilidad de dedicarme a mi pasión.A todos vosotros, mis alumnos, os doy las GRACIAS por permitirme crecer, por permitirme VIVIR.
Yo defino el Aikido como un camino espiritual (esto son palabras de O sensei) con una metodología marcial.
Es un budo japonés que se desarrolla a partir de una idea, la idea del Uno, de que todo parte del Uno, y que ese Uno se manifiesta en la infinidad de formas del universo, y nosotros somos una manifestación de ese Uno.
Este tipo de planteamiento es común a distintos caminos espirituales, de alguna manera yo diría que está presente, de diferentes maneras en todos los que conozco.
A partir de aquí se desarrolla una práctica marcial, y vital, que descarta una idea moralista, en primera instancia, de lo que es correcto e incorrecto, o bueno y malo en sentido absoluto.
Lo correcto o incorrecto no viene en función de principios absolutos de bondad y maldad. La ética de nuestro camino se desarrolla, desde mi punto de vista desde otro lugar, es desde el lugar del conocimiento, del “despertar” a la esencia de la realidad.
De ahí que determinadas formas de actuar, determinadas formas de afrontar situaciones por ejemplo conflictos, sean de acuerdo a una “lógica “ esencialista, de conocimiento de la Unidad de todo , y por tanto de la interconexión de las “10.000” manifestaciones del universo. El juicio “ moralista” quedaría a un lado, frente a lo que podríamos llamar una coherencia en la acción, marcada por el saber o creer profundo en la esencia unificada de las cosas.
El sentir, saber o creer que todo es el Uno manifestándose, induce a una ética y por supuesto podríamos incluso llegar a decir una moral de acción y pensamiento, donde la inversión de nuestra energía irá en la dirección de la unión o la conexión. El sentimiento de separatividad, acaba induciendo al enfrentamiento, a la “moralina” de bandos, donde aparece lo correcto y lo incorrecto, mi verdad y tu verdad (excluyentes por supuesto)y por lo tanto a la aparición del enemigo.
Actuar desde el sentimiento de unidad, inducirá toda una serie de actuaciones y “formas” , pensamientos y reflexiones, donde se enfatice la conexión inherente de la realidad.
Llevándolo al marco del encuentro marcial, o incluso del conflicto, nos situaremos en un lugar de desarrollo de las herramientas físicas, psiquicas y del aiki que potencien la esencia de la realidad que es el Uno o la interconexión profunda de todo, que acabará manifestándose en un lenguaje marcial y vital tendente a la ausencia de violencia o imposición, a la paz o también a la armonía, que consideramos, sentimos, creemos , que es la esencia de todo, y por lo tanto, actuar así es estar en consonancia, en armonía con la “Naturaleza”, con el propio “Universo” y sus leyes. Más allá de una moral de buenos y malos, se trataría de un despertar al funcionamiento profundo de la naturaleza de las cosas.
Pero por supuesto, en una situación de conflicto, esto no quiere decir que esto sea infalible, ni siquiera lo más efectivo a corto plazo. Aunque seas vegetariano si te encuentras con un tigre hambriento te comerá, decía Bruce Lee.
Pero lo que está también claro, y la vida es ejemplo de ello, es que el camino de la violencia y el sometimiento o la victoria, tampoco es muy efectivo en la resolución de conflictos, entre otras cosas porque según este sentir o creencia o conocimiento de la Unidad, es una acción que va en contra del fluir de la Naturaleza, generando mucho sufrimiento.
Pero por supuesto también podríamos decir hasta cierto punto, que la propia violencia y actos violentos son parte de esa naturaleza. Éste es un argumento muy utilizado por los que temen la paz y prefieren el lenguaje del conflicto,y eso sin ninguna duda tiene lógica. La “ Naturaleza “ en última instancia, por supuesto incluye estas energías dentro de su propio “respirar”. Pero la cuestión es, ¿cómo queremos vivir esta existencia que representamos los humanos?, si desde el seguir “la marea”, la corriente del existir (wu wei) o ir contra-corriente, generando esto un “ esfuerzo” extra,una “ lucha” constante,que vendría definida por lo que llamamos “el sufrimiento”.
Tenemos un ejemplo en cómo , las sociedades humanas, se relacionan con la naturaleza, en como determinadas sociedades humanas han entendido y entienden la naturaleza. Se entiende la relación con la naturaleza como una relación de conquista, de control, incluso de lucha, y de explotación , y hay otras tradiciones que se han relacionado con ella de una forma más integrada, cooperativa, sostenible, a través de la aceptación y la adaptación. ¿Cómo queremos nosotros afrontar la vida.? ¿ y el propio conflicto como parte de ella? ¿ qué estoy dispuesto a sacrificar en el corto plazo?
Para mi el Aikido es un camino de desarrollo humano.De desarrollo de las capacidades necesarias para volvernos parte de estas “Leyes” de funcionamiento del Universo, pero llevándolas al plano más humano, a nuestro cuerpo, y al encuentro marcial(reflejo del carácter social humano)entre dos personas. Encarnar lo mas posible ese principio de “no resistencia” que O sensei refería como fundamento del aikido, y por supuesto desarrollar la valentía de saber que no siempre va a funcionar, y de que por supuesto, las tendencias de la cultura humana, van a aparecer constantemente para intentar convencernos de la separatividad, y de lo útil y rápido que es usar herramientas de conflicto, de lucha, y de la importancia de ser depositarios de la razón frente a las ideas equivocadas de los demás.
Es por todo esto que creo, mi sensei, cita a menudo el Tao te king y cita también otros textos de maestros zen y por supuesto a O sensei, para enmarcar e inspirar sus acciones y movimientos en el aikido. No son sólo ideas filosóficas, las utiliza como principios de acción.Es fácil usar citas filosóficas y después no intentar “encarnarlas”, con el estudio y la disciplina que eso conlleva. Siempre lo que creemos fácil (que es lo que la cultura de la separatividad lleva milenios diciendo) es la acción desde la separatividad:dolor, sumisión, victoria…Pero cuando cambias la forma de mirar, de repente, descubres que lo fácil, lo permanente, lo mas “orgánico “ es la acción desde la unidad, desde la aceptación y la no resistencia.
En este camino todos los maestros, con unas palabras o con otras nos recomiendan el uso del “vacío “ , la serenidad, la suavidad, la fluidez, como compañeros de viaje.
Son miles de años de creencia en la separatividad y de actuar de acuerdo a esta creencia, los que ahora poco a poco tenemos que revocar , o mejor dicho,” enterrar”en capas de acciones y registros de unidad y conexión, de paz y empatía, de solidaridad y aceptación , de vacuidad y no resistencia, para que poco a poco vayan calando en nuestra psique y en la colectiva, en nuestro cuerpo y en la sociedad humana. Creo además, que al hacerlo con un lenguaje marcial, en el entorno del budo, convierte la práctica en un mantra, en una oración “marcial” por la Unidad y la paz.
Muchas personas especiales han dado ejemplo de esto en la historia de la humanidad, y siguen dándolo.
Para mí Morihei Ueshiba es una de esas personas. Él , en el ámbito de lo marcial, creo que cambió el significado a los conceptos, en función de este sentir de la interconexión de todo, del origen Unificado de toda la “familia” de la creación.
Ahora, nosotros podemos hacernos depositarios de este camino, que es acción, practicándolo a diario, permitiendo que despierte en nosotros (física y mentalmente)esta idea, volviéndonos así , faros guía hacia el sentimiento de unidad y por tanto hacia la paz.
Luis Mochón
"La mente indivual o finita(que es una función de la conciencia universal para generar la creación) da origen a la multiplicidad de la existencia.
La mente finita, excepto alguna excepción,acaba desarrollando un sentimiento fuerte de separatividad, que lleva al sufrimiento,al conflicto. Pero este sentimiento es un ilusión.
Está provocado por la fuerte identificación(apego)con el cuerpo-mente, como ser separado e independiente,en lugar de verlo como una función de la Conciencia universal, única realidad existente.
A través del silencio mental, que dirige la atención hacia el ser, generamos actitudes, que se materializan en un trabajo consciente de identificación y potenciación de los elementos de conexión que existen entre todas las cosas y seres(lo que se llama la interdependencia de todo, que es la manifestación de la esencia "Una" en el mundo de la diversidad aparente),y podemos, poco a poco, mermar a la mente limitada, para que entre en "fallo" de su identificación (y apego) como entidad separada en un mundo de elementos separados, y acabe identificándose con su fuente, la consciencia universal ,que en definitiva es la única realidad que se automanifiesta.
De esta forma, el mundo que percibimos no cambiará, pero sí su percepción cualitativa, y por lo tanto nuestra acción vital. La mente vibrará más en la paz y la felicidad y todo adquirirá un halo de sacralidad propio de sentir el mundo como parte de uno mismo o dicho de otra manera, de sentirnos uno con él"
Luis
“Hace más de veinte años, mi hermano en el Dharma, el ahora maestro zen Ji Bong, hacia poco que acababa de emprender la práctica del zen.Mientras daba clases de música en la Yale University, trabajaba en el Kong-an ‘¿quién soy yo? No sé ‘
Entonces escribió una carta al maestro zen Seung Sahn diciéndole: “Usted afirma que debemos mantener la mente no sé continuamente pero, cuando enseño música en el aula e intento mantener la pregunta ¿Quién soy yo?, no puedo enfocar mi atención en la enseñanza que se supone debo impartir. Por otra parte, si enfoco la atención completamente en los estudiantes y en lo que estoy enseñando, me olvido completamente de la mente no sé. Así pues ¿qué puedo hacer?”
Y ésta fue la respuesta de Dao Soen Sa Nim:”No has entendido qué es no sé.Tan sólo estás apegado a la expresión no sé. Cuando enseñes música, enseña música simple y completamente.Ésta es la mente no sé “.[…]El problema surge, claro está, cuando creemos que nuestras circunstancias vitales constituyen un obstáculo para la práctica.[…]Robert Aitken Roshi-maestro zen que vive en Hawai- efectuaba una observación similar al afirmar:”Si vuestro propósito es claro, entonces todo lo que hagáis formará parte de la práctica “.[…]En circunstancias como ésas, la única opción posible es utilizar la situación para manifestar la mente de atención, compasión y amor.”[…]El escrito original afirma lo siguiente:
“ Estirar las extremidades del pato le causaría daño y cortar las piernas a la grulla la haría sufrir. Por consiguiente, lo que es largo por naturaleza no necesita ser acortado, y lo que es corto por naturaleza no necesita ser alargado”.
¿Es eso un obstáculo o un impedimento o, tal vez una oportunidad? La elección depende enteramente de nosotros. Sin embargo, cuando reconocemos que el camino que recorremos como individuos es un camino sin elección-o donde sólo resulta posible una elección-reconocemos que todo aquello con lo que nos encontramos no es un obstáculo ni una interferencia sino que, de hecho, es nuestro propio camino. A partir de ese instante, nuestro propósito, nuestra dirección y nuestra práctica se convierten en una misma cosa. Ya sea que llevemos a cabo una práctica formal o que intentemos practicar en nuestra vida cotidiana, no debemos estirar las patas del pato ni acortar las de la grulla puesto que sólo conseguiremos crearnos dolor y sufrimiento a nosotros mismos. La compasión comienza en nuestro propio hogar, el amor comienza en nuestro hogar y los medios hábiles también comienzan en nuestra propia casa”.
Extraido del libro “La mente no-sé” de Richard Shrobe
Ver y sentir la realidad más allá de nuestra opinión sobre ella, es fundamental para unirnos al flujo creativo, esencia de todo lo que se manifiesta, ocupando así nuestro "lugar" en el proceso.
"Crear" pierde un sentido individual, convirtiéndose en algo integrativo, en un proceso de toma de conciencia de nuestra conexión a las fuerzas yin y yang que rigen la manifestación diversa de la Unidad.
La creatividad surgirá del Musubi, de la conexión de todo, y no de un trabajo mental aislado o autoenfocado.
La atención y la "escucha" serán prioritarios a la voz de nuestros pensamientos, y nuestras decisiones y conocimientos estarán formados principalmente de atención y presencia.
"Leer" el flujo y los cambios en la sinergia entre el yin y yang que integran el primer impulso creativo, ocupando los espacios donde actuar a favor del mismo, sería la principal acción de alguien que elige la aceptación como forma de creación.
En las acciones, siempre habrá momentos de forzar de acuerdo a un objetivo autoenfocado. El ser humano de acuerdo a su libertad, puede ir incluso en contra de su propia "misión",al contrario que el resto de " Actores" en la naturaleza, y este hecho define nuestra "especial" libertad. Pero darse cuenta de ello, no abusar y volver a hacerse uno con el flujo creacional, es también parte de nuestro camino, y es lo que puede armonizar nuestro mundo.
Luis Mochón.
El mantener la mente serena, aquietada, permite que el encuentro de aikido, y cualquier cosa en la vida, podamos encararlos desde un silencio, un vacío, donde encontramos los elementos de conexión de todo, donde habita la unidad con el otro, con la acción y con el mundo en general.
La práctica del aikido la siento como un proceso de caída hacia el verdadero ser.
La experiencia que tengo de todo es a través de la mente y la mente es la actividad de la consciencia. Dicho de otra manera, soy conocer,yo soy.
Cuando la Consciencia esencial o absoluta se "mueve" del no-ser al ser, dicho de otra manera cuando el Ser puro se "activa" dando lugar al "existir", esto supone una autolimitación, que da lugar al nacimiento de la mente y con ella al nacimiento del mundo.
La consciencia limitada, genera la mente, que experimenta el Uno como diversidad, como mundo. Aparece, siempre de forma ilusoria, el sujeto y objeto, pero digo de forma ilusoria porque lo que se está manifestando constantemente es el Uno, el Ser indivisible.
La mente es el conjunto de percepciones, sensaciones y pensamientos.
Tenemos la creencia de que los objetos, lo material tiene existencia propia y separada de nosotros, pero la verdad es, que lo único que hay, es la consciencia, es decir, nuestra experiencia de un objeto son percepciones, sensaciones y pensamientos(ver, tocar, oir, sentir, oler...Pensar, imaginar) . No tenemos "pruebas" de la existencia de nada más allá de nuestra consciencia.
En la medida que entendemos esto, y que la "realidad objetiva" se construye, aparece a través de mi percepción, podemos convertirnos, en cierta medida, en "creadores" de nuestra realidad.
Cuando practicamos aikido, esta reflexión creo que puede hacer mejorar nuestra práctica, yo por lo menos lo aplico a la mía.
Primero, la asunción de que todo es realmente una única "sustancia" modulándose, nos llevará a entender que en el Uno no puede haber un conflicto o separación real, es algo que en última estancia es ilusorio antinatural. Por lo que lo natural serán cualidades del uno: la conexión, empatía, compasión, aceptación,amor, relación, fraternidad... Así que dentro de cada expresión de la separatividad, podremos encontrar el uno, la conexión.
En segundo lugar, el entender que las cosas no nos pasan a nosotros, pasan en "nosotros", el entender que las cosas son un conjunto de percepciones, nos acerca a una práctica de " Escucha", sensibilización, y no tanto a una práctica de hacerle al otro cosas o a forzarlo o a forzarnos. Empezamos a darnos cuenta que el propio percibir es una fuerza creativa.
Cuando llegue un ataque, el que sea duro, violento, difícil o fácil, sólo dependerá de mi percepción del mismo. Trabajar en la dirección de afinar, volver más neutra, vacua, suave y relajada mi percepción del ataque, hacerlo más fácil en mí, será el objetivo de la práctica, para sentirme libre y pacífico, disolviendo en "mí" la propia cualidad conflictiva del ataque.
Cuando a través del contacto( cuando ya se ha producido,pero podría ser antes) sentimos bloqueo, dureza, incomodidad... haremos lo necesario para que se transforme esa percepción, mediante el uso de la distancia, la relajación, la forma del cuerpo, el giro, los cambios de ritmo... También deberemos adecuar los pensamientos y emociones que aparecen, para que sea más vacíos, neutros o suaves.
Este es el camino para que lo que aparece como conflicto, se convierta en creación Aiki, para que el dos recupere su esencia de unidad a través de la conexión. Practicar como si estuviéramos solos pero profundamente conectados al otro, sería una expresión que definiría este proceso.
Gestionando, percibiendo, sintiendo los cambios en nuestro cuerpo, en el movimiento... Percibiendo las sensaciones desagradables y neutralizándolas o volviéndolas agradables... Creo que éste es un camino a seguir.
Entonces la práctica se convierte en una transformación del "espacio" que somos, es moldear el espacio donde ocurre todo , y que la mente clasificaría en físico, psíquico y emocional. Moldear para que la acción marcial, pierda su naturaleza ilusoria de separación, y desde ahí resolverla, dirigirla hacia una resolución integrativa, natural, directa y lo más sencilla posible.
El foco de la práctica de aikido no estará en hacerle al otro, sino en hacerme a mí, pero es un mí que también incluye al otro y a todo.
Luis
Conectar cosas,seres, pensamientos y personas es la mayor oración, es el mayor homenaje y acto de gratitud que desde el mundo de la diversidad aparente podemos hacer a la realidad Una que Es.
En el aikido actuamos en esta dirección, ante una de la situaciones donde la separación aparente es más fuerte, es decir, el encuentro marcial, el conflicto.
Es por ello que siento el aikido como una oración de Unidad muy poderosa. Es el Uno, abriéndose camino hacia la superfice diversa, en forma de conexión, de aiki.
Cada vez que en la práctica diaria, en el día a día, dentro y fuera del tatami, aplicamos el aiki, aplicamos la conectividad y la inter-relación en todo, estamos trayendo a la "superficie" la naturaleza esencial de todo, que sólo necesita del vacío en nosotros para "usarnos" e iluminar.
Cada vez que en la práctica conectamos, armonizamos, enlazamos, estamos purificando la "realidad aparente" a través de su propia Fuente que es la Unidad. No son sólo un conjunto de movimientos, de técnicas, para vencer…j que es separar...
El encuentro del aikido debe ser marcial, para purificar la separatividad aparente de lo marcial. Es una herramienta que nace en la vibración de lo marcial, vibración de pura separación y enfrentamiento, pero que es purificada por la noción del aiki desarrollada o mejor dicho “descubierta”por O sensei. Cuando purificas a través del aiki, una de las vibraciones que expresan mayor separación, purificas todas las vibraciones de separación por debajo de ésta. El aikido, como siento que su fundador quería, se convierte en una oración marcial, en una misión de Paz, que no es otra cosa que la expresión de la Unidad esencial.
En el día a día fuera del tatami, es nuestra elección convertirnos también en aiki (nuestra verdadera naturaleza) e ir disolviendo la separación aparente entre las cosas, seres, pensamientos y personas. Invertir en unir, y no en separar. Para esto es esencial relacionarnos con el vacío, sin miedo, en el núcleo de nuestro ser. Quizás en ese proceso desaparezca una parte grande de nosotros, cultural, la parte que cree tener razón, que cree que está en lo correcto, la que juzga al que está "equivocado", pero en ese proceso de desaparición lo que va apareciendo es el Ser, la presencia total, el Todo.
Luis