jueves, 4 de junio de 2015

Desapego, desidentificación en el Aikido.

Es importante para mí definir,como practicante de Aikido y como enseñante, cual es mi objetivo con la práctica diaria. En mi caso, mi objetivo es conseguir convertirme en la mejor versión de mi mismo.

Soy un convencido de que esa versión está ya presente en cada uno de nosotros, siendo necesario sólo liberarnos de las limitaciones que nos permitan expresarla, liberarla, en definitiva limitaciones que nos impiden expresarnos con libertad.

Todos los maestros nos indican que debemos mirar hacia nuestra mente para limpiar estas limitaciones, y así expresar nuestra realidad luminosa.
Para que la práctica nos lleve hacia este ideal de libertad, considero muy importante reflexionar sobre el desapego y la desindentificación, y éstos aplicados a la práctica.
Mi maestro, Seishiro Endo, alguna vez ha dicho que la libertad en la pràctica consiste en moverse con armonía y libertad aún con el ataque de uke. También en muchas ocasiones nos pide que durante el encuentro con uke nos revisemos, pidiéndonos que no nos perdamos a nosotros mismos en el proceso del encuentro marcial.

Creo sinceramente que para poder llevar ésto a cabo, debemos meditar sobre el desapego.
El desapego y la desidentificación, nos llevan hacia lo que considero sería la mejor versión de nosotros mismos que en definitiva, para mí, es la misión de nuestra existencia.
El desapego y desidentificación de elementos materiales, mentales o emocionales, nos permitirà pisar la tierra con más libertad y por tanto felicidad.

Pero voy a plantear casos particulares dentro de la práctica de nuestro Budo.

Cuando vamos a recibir el ataque de uke, en ese preciso instante previo a que ocurra, el apego a una imagen mental determinada, de cómo debería ser este ataque, o el apego a una forma técnica concreta fundamentada en suposiciones mentales predictivas, puede realmente hacer fracasar la resolución aiki del encuentro .
Es cierto que todo el estudio de base técnico, es muy importante para generar registros mentales y corporales de situaciones marciales, con las que después tendremos que trabajar, pero creo que debemos tener cuidado en el objetivo que ponemos al estudiarlos, porque podríamos generar unos registros tan fuertes y cristalizados, que cohartaran totalmente nuestra libertad de movimientos y reacciones , y condicionaran absolutamente la percepción de lo que realmente está ocurriendo.

Continuando con el ejemplo práctico, y como había empezado a decir, es de vital importancia para la resolución aiki del encuentro, mantener una mente desapegada de técnicas e ideas prefijadas, para que la realidad del ataque (por muy simple que sea) sea captada en su totalidad o lo más completamente posible por nuestra percepción. 

Una vez que entramos en contacto con uke y nuestros centros empiezan a relacionarse, cobrará una gran importancia otra forma de desapego que es la desindentificación.

El ataque de uke, si es correcto, debería comprometer a nuestro centro, nuestro equilibrio, nuestra armonía. Eso va a provocar en nosotros toda una serie de tensiones físicas, reacciones emocionales y planteamientos mentales predictivos que trabajarán a favor del buen trabajo de uke.

Mi consideración a este respecto, es que debemos trabajar el desapego como actitud mental y corporal. Debemos evitar algo, que es tremendamente normal en la vida diaria siendo causante de mucho sufrimiento, que es la identificación con emociones y sensaciones corporales. Debemos actuar como observadores de la avalancha de "información" propia y ajena(uke). No identificándonos con los bloqueos físicos que uke nos provoca, no identificándonos con las emociones que aparecen en nuestra mente y no reteniendo ni atrapando las ideas que aparecen como posibles soluciones, ya que generalmente empiezan a aparecer sin tener el "registro presente" y completo de la situación.
Al mantenernos como observadores del encuentro, desapegados de todas esta avalancha de sensaciones, pensamientos y sentimientos, recibiremos una información bastante "veraz" de lo que está ocurriendo. Como observadores podremos gestionarla más eficazmente, permitiéndonos tomar las decisiones necesarias, para solucionar el encuentro desde el Aiki, sin perdernos a nosotros mismos y permitiéndo movernos con armonía y plenitud, en el corazón del encuentro marcial.

Pero para conseguir este desapego, que repito considero fundamental, sobre todo si el objetivo de nuestra práctica va má allá de aprender simplemente un conjunto de conocimientos técnicos y culturales, sino como decía, es alcanzar la mejor versión de nosotros mismos en cada situación, tenemos que trabajar nuestra mente. 

Por supuesto si practicamos técnicas de meditación como complemento a nuestro estudio Aiki, ayudará. Pero es la mente de la práctica diaria donde podemos trabajar este desapego, esta actitud mental, que también podríamos llamar "Mushin" o la Mente Inamovible.
En el Aikido y creo no equivocarme al decir que en el Budo en general, las herramientas para trabajar nuestra mente son el cuerpo, el compañero y la atención.

Cada movimiento, cada estudio técnico una vez asimilado en su forma, debe ser nutrido a través de este tipo de trabajo mental. Debemos ir acostumbrandonos desde un principio(principiantes) a trabajar nuestra mente y nuestro cuerpo en esta dirección. Debemos enfatizar como objetivos del aprendizaje actidudes físico-mentales como la calma, la flexibilidad, la movilidad, la "escucha" del otro a través del contacto, el cambio como herramienta básica de adaptación y aceptación, la toma de decisiones "suaves" para que los cambios sean posibles.....

Sinceramente creo que el entrenamiento de todo ésto es lo que da a la práctica marcial la categoria de DO, llevándola más allá de un sistema de defensa personal, combate, deporte u otra serie de actividades, que me resultan profundamente interesantes, pero que estarían en un plano definitivamente distinto al DO, y sobre todo al margen de lo que sería el Aiki.

Luis Mochón

lunes, 1 de junio de 2015