domingo, 25 de enero de 2009

Teoría de los Hilos, en Aikido.


Teoría de los Hilos, en Aikido.
Aiki, se traduce como armonía, unión con el Ki. ¿Esto que puede significar?,¿ un conjunto de sensaciones físicas?, seguramente sí, pero creo que debe ser algo más. El Ki es un término difícil de explicar o entender, por eso lo más correcto es no traducirlo, pero si la búsqueda última de nuestro Do es la armonización, unión con el Ki, deberíamos hacernos una idea del concepto.
No voy a intentar explicar lo que creo que es el Ki, es complicado, y como con el Amor, lo más fácil es acercarse al concepto a través de metáforas, cuentos y acciones, porque… ¿puede definirse el Amor?. Voy a abordar lo que posiblemente sea un aspecto del Ki, ese “algo” que está en todo.
Considero que gran parte del secreto del mensaje del aikido y por extensión de la vida, está en descubrir los “Hilos” que lo unen todo. Estos hilos no sé qué forma tienen, ni que color, ni si brillan o no, sólo sé que todo está unido, todo.

A veces tenemos la posibilidad de encontrarlos en aquellos aspectos de nuestras vidas que más dominamos, en aquellos en los que más profundizamos. Un escritor acaba encontrando el hilo que une todas sus ideas plasmándolas en escritos, y que es el que le permite abordar obras de distintas manteniendo su “sello” sin problema. Los libros de un mismo autor pueden parecer distintos pero lo que los une, en técnica, ritmo y contenido es ese hilo invisible que permite al escritor poder desarrollarlos, y que es lo que marca su estilo.
Lo mismo podríamos decir de un actor, un director de cine, un profesor, un pintor, etc.
Por supuesto en Aikido ocurre lo mismo. Dependiendo de la cantidad de hilos que un practicante o un sensei identifique, poseerá mayor virtud, y para mí la virtud vendrá definida a través de su libertad, libertad que le dará serenidad, serenidad y libertad que en la práctica de un arte marcial derivará en la capacidad resolutiva ante los diferentes ataques y los problemas que se le presenten. Esos hilos a nivel meramente técnico nos permitirán entender el porqué de los ataques y el hilo que los une a todos, como la relación de algo tan simple como un agarre de muñeca con algo tan complejo como un tsuki (golpe con el puño). Aunque esto es sólo la superficie, si conoces la superficie te puedes hacer una idea de lo que hay en las profundidades. Un arqueólogo paseando por un terreno es capaz de identificar a través de pequeñas pistas un complejo yacimiento arqueológico que se encuentra enterrado a metros de profundidad.
Debemos ser capaces de enfangarnos en la superficie para poder seguir profundizando. No debemos cerrar heridas en falso, hay que limpiarlas bien, incluso sajarlas para después coserlas si es necesario, antes de continuar, o se infectarán, y podríamos incluso morir a través de un simple arañazo mal curado. Por eso ante las dificultades técnicas, ante las dificultades de ataques, ante los miedos que surgen día a día en la práctica, no hay que dar un rodeo, hay que estudiar, implicarse, y conseguir cerrar la herida bien, sin infección, porque si no, más tarde volverá a abrirse y empeorará todo.
¿Te golpean rápido y no llegas?, estudia el porqué y llega; ¿te agarran fuerte en ushiro ryote dori y no sales?, pues estudia el porqué…y sal, ya que, aunque parezcan cosas muy distintas ambas están unidas por un mismo hilo, que una vez identificado te permitirá vencer a todos estos “enemigos”, y esto te hará avanzar por el Do. Sólo hay que pararse a escuchar, a sentir, a ver el Hilo que atraviesa la resolución de todos estos conflictos.
Pero como decía, esto es la superficie…

¡Hay que buscar los Hilos de todo!
 ¿Por qué el aikido te ayuda en la vida?, porque todo está unido, el puño que te lanzan en clase, la patada o el agarre, el ataque múltiple, todo eso tiene un hilo directo con tu día a día, hilo que pasa a través de tu mente y tu cuerpo y conecta con lo cotidiano (y lo extraordinario). De repente la misma ansiedad que sentiste ante un agarre doble se presenta cuando menos te lo esperas el día de un examen en la universidad, pero que curioso no es un enemigo nuevo, lo conoces y sabes cómo vencerlo.
Todo está unido……
Al igual que las técnicas y los ataques están unidos entre sí, las personas también lo están, conoces a personas que te completan o te hacen plantearte cosas o sentirte raro y eso te hace crecer, ¿es esto por casualidad?. El presente, el futuro y el pasado también se unen como un tiempo continuo, en el que la decisión que tomas te lleva a dónde estás y marca donde estarás, y esto acaba descubriéndote tu lugar, ¿no te ha ocurrido algo parecido? ¿Si descubrimos esos hilos no estaremos descubriendo eso que nos une a todo, eso que nos vincula a los demás, eso que nos armoniza con todo?, y si tomamos conciencia de esto, ¿no veremos las cosas de otra forma, sentiremos de otra forma, miraremos de otra forma, escucharemos distinto o mejor dicho escucharemos, veremos, sentiremos y haremos más intensamente?.

Para mí el Aikido es uno de los muchos caminos que nos ofrecen herramientas para descubrir esos hilos, que unen desde lo más superficial a lo más profundo.
Pero una herramienta por sí sola no hace el trabajo, hay que utilizarla adecuadamente para que el fin por el que se diseñó pueda ser alcanzado. De manera, que antes de utilizarlas, parémonos a pensar si las utilizamos adecuadamente.
Nuestras herramientas tienen su origen en artes guerreras, en las que la destrucción era su principal objetivo. Estas herramientas son toda una serie de ataques y técnicas defensivas, que deben ser correctamente ejecutadas para cumplir sus objetivos. Pero cuando todas estas técnicas son tocadas por el Aikido, desarrollado por O sensei, cuando son tocadas por el KI- Musubi, por el AIKI, nos ayudan a descubrir una habilidad extraordinaria de cambiar la destrucción por el cambio, la separación por la unión, la muerte por vida y transformación, y así, afloran la libertad y el poder extraordinario de la creación, de la reactividad se pasa a la proactividad.
Por supuesto hay que desarrollar un centro muy fuerte y libre para crear, para construir y no destruir o huir…
El Aikido por lo tanto discurre en espiral a través de un hilo inesperado, impensable, que es el que une las tácticas guerreras y destructivas del pasado que buscaban la muerte del oponente, con las tácticas de unión, armonización de los dos “guerreros” enfrentados, disolviendo los elementos de separación en favor de una vinculación Aiki,  generadora de protección.
Los elementos de destrucción y separación se convierten en las herramientas de la unión y la protección de la vida. Curioso ¿no?.


Todo está unido, sólo hay que buscar los Hilos……

Luis Francisco Mochón Corredor 3º dan de Aikido Aikikai

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