viernes, 17 de julio de 2015

Reflexión sobre mi práctica en America

Hace unos dias volví de mis seminarios en Chile y Argentina. Ha sido una maravillosa experiencia porque he encontrado personas con una gran nobleza,humildad y con mucha ilusión.
Me traigo grandes amigos,hermanos en algunos casos y mucho aprendizaje de grandes personas y aikidokas.
He intentado conectar mi corazón con el corazón de cada uno de los que he tocado, a través de un buen y gentil contacto, una buena "escucha" y sobre todo, dándole a cada uno su tiempo, para expresar la intención como ukes.
Cada uke con su trabajo, cumple una misión en la relación aiki. Una misión que cada uno, según su formación, su físico,sus creencias, su estado mental en el momento del encuentro....interpreta de una forma diferente. He practicado con absolutamente todos los asistentes a mis seminarios, e intentado hacerlo casi todas las técnicas, Y ha sido una experiencia enriquecedora, ya que he podido entrenar con unas 200 personas con las que nunca he entrenado. He tenido que conectar con la "misión" de cada uno, dedicándole el tiempo, el cariño y el contacto necesarios para permitir aflorar la acción de uke, acompañando,ayudando,"leyendo" la acción, para poder gestionar el encuentro desde un sentir aiki.
He insistido mucho en la idea de dejar que uke se mantenga "vivo". No bloquearlo, o someterlo, sino al contrario, alimentando desde el contacto y nuestro kimochi,el que su acción se exprese, eso si,de forma más evidente de lo que le gustaría a uke y más desequilibrada, permitiéndonos catalizar el ataque, para que acabe desapareciendo en la "marea" del aiki, conducida desde esa acción de tori.

A veces durante los seminarios me preguntaban grados altos, cómo debía ser el trabajo de uke.Yo siempre respondía lo mismo: haz el trabajo que quieras, yo me adaptaré.
Creo sinceramente que si nos centramos en el momento del contacto, con una mente serena y en el presente, no una mente catálogo(mente del pasado) o una mente predictiva(mente en el futuro), sino una mente enfocada en el aquí, en sentir cada reacción de uke, para permitir aplicar los movimientos necesarios, podremos resolver el encuentro desde el Aiki, sin violencia ni imposición.
Por supuesto también necesitaremos un cuerpo que acompañe a esa mente. Con movilidad,flexibilidad, para adaptarse a los cambios de uke, y también para provocar en uke movimientos, a través de la aplicación de nuestro centro, en los puntos de contacto(kimochi,atari), y todo gracias a una consciencia despierta y presente en el desarrollo del encuentro que está ocurriendo en cada instante.
Siempre intento aplicar las directrices de mi maestro, Endo sensei, referentes a la acción de tori:
De ai, atari, sabaki,generamos un kuzushi en uke, y finalmente llega la finalización(técnica,nage...), Y por supuesto ,como mi sensei también repite constantemente,con una mente en calma, que es la que hace que cada movimiento cumpla su cometido en la aiki-relación.
L.




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