"Un borracho que se cae de un carro, aunque puede sufrir, no muere. Sus
huesos son como los de los demás, pero hace frente al accidente de otra
manera. Su espíritu está en situación de seguridad. No es consciente de
andar en el carro ni de caerse de él. Las ideas de vida, muerte, temor,
etcétera, no entran en su pecho; y por ello no sufre al ponerse en contacto
con las existencias objetivas. Y si esta seguridad puede obtenerse con el
vino, cuánto más no se obtendrá con la Espontaneidad".
"Si regulas tu cuerpo y unificas tu atención, la armonía del cielo descenderá
sobre ti. Si integras tu conciencia y unificas tus pensamientos, el espíritu
hará su morada en ti. De (la virtud) te vestirá, y el Tao te protegerá. Tus ojos
serán como los de un ternero recién nacido, que no buscan el porqué" .
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