lunes, 10 de septiembre de 2012

El Aikido y la Unidad.


El Aikido y la Unidad.
El Aikido se fundamenta en el hecho de que todo procede de la Unidad, y que todo existe en la Unidad. El Ser universal se manifiesta en la creación dando lugar a la diversidad. Esta diversidad en cierto modo es "ilusoria" ya que la Unidad se encuentra detrás de todos y cada uno de los elementos del universo tanto fenoménico como espiritual. La Unidad es perceptible en la misma diversidad, a través del orden, la armonía-equilibrio, la paz, y esa energía unificadora y aglutinante que es el Amor en todas sus manifestaciones tanto psico-emocionales, como en el espectro de la energía-materia.
De manera que cuando surge el conflicto en el seno de la diversidad, este conflicto está abocado a desaparecer. Esta "enfermedad" acarrea en su propio mapa "genético" el antídoto, de manera que el conflicto acabará, recuperándose así el equilibrio natural, que es reflejo de la Unidad.
Las técnicas de Aikido, eran nombradas por O sensei como técnicas divinas, o técnicas universales. 
Estas técnicas de Aikido son herramientas de naturaleza armoniosa que catalizan el proceso a través del cual el conflicto está desapareciendo.Dicho de otra manera los conceptos y formas de aikido son expresiones de la Unidad fundamental en desarrolladas en la realidad diversa y enfrentada de un conflicto.

De manera que en el mismo origen del conflicto, éste, está llamado a desaparecer.

La causa del conflicto se origina en una falta de conciencia en la Unidad, en un “olvido”.
Cuando la mente del ser humano queda atrapada por los fenómenos y la diversidad, perdiendo la perspectiva de su origen espiritual(Unidad), empieza a sentirse separada, especial, perseguida, enfrentada, en lucha, desconfiada… entonces el conflicto se origina con gran facilidad.
El desarrollo de una conciencia espiritual en nuestro mundo, necesita de un trabajo desde el centro, desde el hara. Cuando activamos nuestro centro-hara, a través de un cuerpo relajado que extiende el ki en un flujo natural descendente, exteriorizamos la fuerza espiritual que anima nuestro cuerpo, generando esto a su vez una mente enfocada y serena que intensifica nuestra Presencia aquí y ahora. Desde esta condición, nos volvemos una "herramienta" de la Unidad en el proceso de disolución del conflicto, nos volvemos co-creadores de la realidad.
Cuando el hara protagoniza la "película" de nuestras acciones, se activa entonces la inteligencia del corazón, la inteligencia "espiritual" armonizada con la Inteligencia Universal....con la Unidad, origen y fin de todo.
Luis

2 comentarios:

  1. Muy buena reflexión y aplicable no sólo al aikido, si el gobierno pensara de esta forma nos iría mejor a todos, habría que animar a los politicos a apuntarse en aikido, gracias.

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  2.  Lo comparto al 1000x1000!!

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