sábado, 4 de febrero de 2012

Crónica y fotos de mi curso en Valladolid



Gracias a todos y en especial a Antonio y a Alberto, por hacerme sentir tan bien, y por una organización impecable. La pasión que Antonio muestra por la idea de Aikido de Endo sensei es como un combustible que impulsa a cualquiera que se situe a su alrededor!.Gracias Antonio.
Gracias Alberto por tu buen hacer, y porque detrás de tu serena compañia, se puede ver una inmensa ilusión inquieta por aprender y sentir el Aikido.
Me he sentido muy cómodo entre los compañeros de Valladolid, hacía frío, pero la acogida fue muy cálida y la práctica llena de nobleza y entusiasmo.
Gracias al sensei Pedro por apoyar este seminario, asistiendo incluso con incómodos problemas de salud.
Me gustaría mencionar a mi compañero Gorka del País Vasco, que hizo el esfuerzo de asistir al seminario y nos regaló su buen hacer y sus ganas. Gracias por tu apoyo Gorka.
Y por último no me gustaría olvidar a mi alumno y casi hermano Luis, más conocido como Luichi, que me acompañó como "fiel escudero", y que con su mágnifica práctica enriqueció mi trabajo , permitiendo que el "mensaje" que quería transmitir, llegara mucho más claramente. Su nobleza y pasión por el Aikido , unido a un gran sentido de la responsabilidad y la etiqueta marcial, hacen de él un aikidoka ejemplar y auguro será un gran sensei.
No me olvido de grandes sensaciones en la práctica y en las conversaciones con: Marcos, Pedro, David, Laura, Rosa...y muchos más nombres que no recuerdo, pero hicieron que el curso fuera una magnífica experiencia para mí, de la que aprendí muchísimo. Gracias a todos.

Aquí os dejo con la crónica escrita por Antonio Laguna , sus palabras me sonrojan y emocionan, pero se que surgen desde el corazón o desde el hara como decimos los aikidokas.

Crónica:

“¿Acaso no os he sonreído a todos?”

Esta fue una de las expresiones de Luis que llamó mi atención durante su seminario en Valladolid. No estamos acostumbrados a escuchar palabras como “sonreír”, “disfrutar”, “jugar”, “divertirse” o “amistad” en los dojos de artes marciales. No al menos en los que yo he practicado, que han sido muchos y en lugares muy distintos.

Kanshu Sunadomari en su maravilloso libro “El corazón del Aikido” nos regala este esclarecedor furimiru: “Saludar a un perfecto extraño con un ´buenos dias´ y recibir de él una respuesta amistosa es crear la conexión unificada de ´musubi´”

Musubi es lo que ha traído Luis este fin de semana a esta ciudad, no un estilo, no técnicas(aunque también quien los ha buscado los ha tenido), sino una de las últimas expresiones a las que aspiramos en Aikido que es simplemente armonizar. Armonizar, no hacer, no forzar nada jamás.

Ha sido obviamente muy gratificante para mi, que estoy obligado a desenvolverme en este terreno tan difícil que tenemos aquí para el Aikido, ver como la mayoría de las personas, independientemente de su nivel, siguen siendo un folio donde aún hay espacio para escribir aquello que no han escuchado todavía, y más aún practicar con relativa facilidad lo que para ellos era hacía unas horas sencillamente inexistente. Es cierto que a veces he podido infravalorar la capacidad de Luis como enseñante de Aikido, nunca como aikidoka, pero estos días de práctica intensísima y conversaciones encendidas me han mostrado la faceta que aún faltaba en mi por tener de este maestro: Es también un verdadero maestro en el sentido más occidental de la palabra (y cualquiera que conozca su etimología lo entenderá).


A pesar de nuestros años de práctica, constantemente está presente en los seminarios de Luis el concepto japonés de shoshin “la mente del principiante”, no sólo por el hecho de sentir nuestras inminentes carencias y lo mucho que nos queda por avanzar en el camino, sino que, aunque Luis no lo explique con estas palabras, está constantemente demandando que tengamos una mente vacía, ignorante de cuál será el próximo paso a tomar ante el uke, cuál será el próximo movimiento, la próxima decisión. Una mente atenta en permanente estado de escucha no sólo de las necesidades del contrario y su búsqueda o no de conflicto, sino también de nuestra propia actitud mental y corporal, de manera que la respuesta se genere de forma espontánea, creativa, libre y no atada a respuestas estereotipadas. Estas respuestas estereotipadas que aunque solemos relacionar a la incapacidad de los principiantes debido a su nuevo conocimiento de las técnicas, son realmente más un patrimonio de los expertos mediocres que han enraizado durante años respuestas tipo a ataques preestablecidos. Pero Luis nos ha enseñado que esto no es Aikido. El Aikido es ser libre de instante en instante.

Son personas apasionadas lo que necesitamos a nuestro alrededor, personas que realmente aman lo que hacen, que están 24 horas al día comprometidas con su oficio, entregadas y generosas las que encienden una llama en todos aquellos que hacen un esfuerzo por escuchar lo que tienen que decir. Luis se vacía completamente en todos sus cursos, no hay ningún conocimiento que se guarde para él, nos convertimos todos en alumnos cercanos desde el mismo instante en que le escuchamos, en sus seminarios todos los asistentes se convierten en musubis, y todos los que le rodeamos sabemos que lo que Luis aprende un día, ese mismo día será enseñado.

No quiero acabar estas palabras sin mencionar al compañero y amigo que ha acompañado a Luis estos días. Gracias a Luis Rodriguez (Luichi) por ser tan amable y considerado en todo momento con nosotros, dentro y fuera del dojo, y por tu práctica excelente del Aikido.

Hace ya bastantes meses que se empezó a fraguar la idea de organizar un seminario en Valladolid, y a pesar de las evidentes complicaciones que conlleva estructurar un evento de este tipo en cualquier parte, yo sobretodo quiero quedarme con la respuesta que me dio Luis cuando se lo pedí: “Si me invitas, allí estaré”.

De todo corazón, gracias.

Antonio Laguna.

3 comentarios:

  1. Muchas gracias Luis por haberme dado la oportunidad de acompañarte en este emocionante viaje que para mí ha sido muy importante, y también por tus sonrojantes palabras.jaja.

    ¡¡Un abrazo enorme a todos en Valladolid y mil gracias a Antonio y Alberto por su energía y entrega!!

    Luichi

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  2. Fue todo un placer asistir al curso, disfruté como un enano practicando con los compañeros de Valladolid y con tus enseñanzas, me lo pasé genial.

    Un fuerte abrazo!

    Gorka

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  3. Todos lo pasamos muy muy bien, yo, pese a mi rigidez, comprendí otro concepto mágico del aikido.

    Muchas gracias por venir aquí a la tierra de las nieblas :)

    Un abrazote y si viene Luís, anímate Gorka, me encantó conocerte.

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