lunes, 11 de mayo de 2015

Compasión,aceptación.....Aikido desde el corazón.


Cuando la vida te regala momentos difíciles, se ponen de manifiesto tus carencias, y tus logros también, en forma de herramientas para superarlo.

Es en esos momentos de “conflicto”, cuando puedes llegar a comprender, que la misma vida que te "golpea" en ese momento, lleva años susurrándote que lo hará, y también lleva años dándote la oportunidad de desarrollar las habilidades y virtudes necesarias para evitar y/o superar lo que vendrá.

Pero normalmente estamos demasiado ocupados en ver la vida como un enemigo, un reto, o incluso una batalla, como para tener la capacidad suficiente de aceptar, que no hay más que Vida, y que como parte de ésta, no tenemos más que aceptar la vida que nos atraviesa, envuelve, contiene, estando en un estado de atención suficiente, para aceptar Ser aquello, que la Vida decidió Ser en nosotros.

Sin resistencias, sin rigideces ni bloqueos, cogiendo cada donación, cada enseñanza, e invirtiéndola en Ser nuestra parte de esa Vida, de la forma más fluida posible, o el sufrimiento acompañará cada intento de resistencia.

La práctica del Aikido es sin lugar a dudas una de esas donaciones de la vida, y en concreto, de mi parte de colaboración con Ésta. Me está enseñando muchas herramientas para afrontar los “regalos”, “giros” y “lecciones” que la Vida me está trayendo .

Pero lo principal de una enseñanza, lo principal de un regalo, es aceptarlos. Y para aceptar hay que no resistir, y para no resistir hay que aceptar…

 Aceptar que lo que nos trae, que lo que nos da, es justamente y exactamente, lo que necesitamos para ese momento concreto, surgiendo un sentir compasivo hacia nosotros mismos.

En la práctica del Aikido podemos sentir , experimentar, en definitiva, vivir ésto.

Ya sea mi papel en la práctica uno u otro(tori ,uke), debo entrar en un estado de atención y aceptación de que lo que está ocurriendo,  lo que estoy recibiendo, sea lo que sea, será exactamente lo que necesito en ese momento concreto.

El Aikido me va a regalar un lenguaje donde podré experimentar, a través de elementos propios de la vida como son el movimiento, la intención, la flexibilidad, la conexión…el estado de atención mental y físico necesario para “Aceptar” y continuar “viviendo” desde esa aceptación. Al aceptar desde una atención plena y calmada, la corriente de la vida se irá manifestando con más claridad, no teniendo más que acompañarla, fluyendo en ella, percibiendo de forma clara los procesos de su funcionamiento, y sintiendo cual es nuestro papel en esos procesos.

Es por esto que pienso, que sentir cuál es nuestro papel en los procesos de la vida, y centrándome en la práctica, cuál es nuestro papel en el proceso de disolución del conflicto, es lo más importante en la práctica del Aiki.

Para sentir que "engranaje" somos en el proceso, cual es nuestra misión en cada instante de vida, en cada instante de la aiki-relación, debemos desarrollar un estado de atención plena, de disponibilidad plena, que nos permita aceptar lo que cada instante nos está ofreciendo, dando y enseñando.

Si aceptamos ésto, el siguiente paso sería, desde nuestra experiencia, rastrear, que elementos son necesarios en mí, para estar en éste estado de disponibilidad y plenitud.

Todos tenemos suficientes experiencias en la vida para entender que cuando estamos serenos, calmados, enfocados, abiertos…cuando amamos , nos sentimos amados, cuando somos compasivos y miramos sin rigidez, cuando sonreímos…como decía,  cuando estamos en esos estados, es cuando más preparados o dispuestos estamos al cambio, al conflicto, a la dificultad a los giros inesperados de la vida.

Por supuesto nos veremos desequilibrados, alterados momentáneamente, pero nuestra apertura y atención nos hará flexibles para aceptar y adaptarnos.

El estar en estos estados, que los llamaré “desde el  corazón”, necesitan de un gran valor. Cuando ese valor no es suficiente nos volvemos rígidos, cerrados, serios, desconfiados, resistentes, peleantes, insensibles…guerreros de “acero” en lugar de guerreros de fuego, del fuego del corazón.

Para conectar con el corazón, creo que es importante cuidar de nuestros pensamientos. No es lo que está ocurriendo el problema, es lo que pensamos en torno a lo que está pasando el problema. Si no atendemos a la calidad de nuestros pensamientos, aflorarán pensamientos negativos, y más en situaciones de conflicto, que generarán  emociones “oscuras” que nos afectarán profundamente,  y en última instancia condicionarán nuestras reacciones, además de retroalimentar nuevos pensamientos negativos, que nos alejarán más y más del corazón.

Una vez mi Aiki-hermano Ariga sensei, transmitió ésto en un seminario. Dijo que cuando sintiéramos rigidez en uke, resistencia, que simplemente sonriéramos, y veríamos como parte de esa resistencia o rigidez se diluía instantáneamente.

Creo que esta lección que la Vida me regaló a través de Ariga sensei, no la he tomado suficientemente en serio.

Os invito a que llevéis a la práctica ésta actitud. Por supuesto id mas allá de una sonrisa física, hay que sonreír con el corazón, y esa sonrisa aparecerá en la boca, en los ojos, en la piel, o en todos al mismo tiempo, y yo personalmente la siento como compasión.

 

He reflexionado, y sigo reflexionando mucho acerca del Aikido, pero sobre todo , del Aikido inscrito en el Budo japonés y en la tradición marcial japonesa. He reflexionado sobre el samurai y la imagen del guerrero en general. Y siento, que el Valor es el atributo fundamental del ideal del guerrero.

Y de corazón siento que no hay mayor Valor que aquel que mira con compasión y aceptación la Vida, y sobre todo cuando ésta se manifiesta a través de la dificultad o el conflicto.

 

Luis Mochón

1 comentario:

  1. Hola Sensei Luis. Gracias por compartir sus reflexiones. Esta en particular me pareció muy bonita. A sonreir!

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