Este blog trata sobre la via que marca mis pasos: el Aikido. Y por supuesto de todas esas cosas que considero relacionadas con el principio del Aiki. Aquí podréis compartir conmigo el camino que empecé hace años y que hoy toma la forma física de una escuela de Aikido,y sobre todo un montón de alumnos a los que les debo algo tan importante como es la posibilidad de dedicarme a mi pasión.A todos vosotros, mis alumnos, os doy las GRACIAS por permitirme crecer, por permitirme VIVIR.
sábado, 29 de octubre de 2011
Dalai Lama. La mejor opción ante el enemigo: la bondad.
domingo, 23 de octubre de 2011
viernes, 21 de octubre de 2011
domingo, 16 de octubre de 2011
La atención plena...
Con la atención plena en los estados mentales, podemos elegir entre practicar la paz o ir a la guerra, entre quedarnos apresados y atascados o liberarnos de los estados dolorosos y sentirnos bien. Podemos desprendernos de la capa de arcilla y dejar que brille el oro del interior.
Extraido del libro "La sabiduría del corazón", de Jack Kornfield
sábado, 15 de octubre de 2011
Crónica de mi curso en Malta por Miguel Romero sensei del dojo Omoi de Almería
Al final de cada viaje, les pido que redacten una especie de "crónica" personal sobre la vivencia. Mario, a ti no se si te lo dije, pero si no te lo dije... a hacerla!!! que el curso de Villach lo merece, ¿verdad amigo?.
Ya tuve la oportunidad de colgar la de Luis, acerca de nuestra experiencia napolitana, y ahora viene la de la experiencia maltesa por Miguel.
Muchas gracias a vosotros tres, pero también a todos los que sé que os quedásteis con las ganas por cuestiones económica o personales, o por lesiones!!!, no te preocupes Rafa el año que viene voy otra vez, pero que soy consciente que cuento siempre con todo vuestro apoyo y energía.
Luis
DE LAS EXPERIENCIAS DEL SENSITIVO Y EL POETA
Ante todo, quiero pedir disculpas por no haber podido escribir con anterioridad. Pero entre dichosas pateras, y muchos clientes, no he tenido tiempo ni para mirarme al espejo. Ha sido una semana de locos.
Personalmente, he descubierto Malta. Es un país precioso. Un pequeño joyero en el Mediterráneo. Un lugar para perderse y volverse a encontrar. No puedo sino decir que hay que visitarlo, dejarse llevar por las sensaciones de sus calles, de sus olores, de su gastronomía, del calor de sus gentes, de su clima, de sus paisajes y del azul turquesa de su mar.
Me gustaría agradecer de corazón a mi Maestro Luis Mochón por la oportunidad que me ha brindado. Para mi ha sido un placer, un orgullo, un privilegio y una satisfacción el compartir estos días contigo. He aprendido muchísimo como persona y como aikidoka. Sin duda para mi, ha habido un antes y un después de este seminario. Ha sido un viaje físico, técnico, mental y espiritual. Muchas gracias querido y admirado Maestro.
No me cabe sino decir GRACIAS en mayúsculas a Michael y a Antoine, como cabezas de grupo primero, y hacerlas extensivas a todos los demás compañeros de Malta. Yo sólo iba a acompañar a mi Maestro, y me he sentido terriblemente agasajado por el trato recibido, el cariño con el que hemos sido tratados, los sitios donde nos han llevado, el precioso hotel donde nos hemos alojado, las largas conversaciones en torno al Budo compartidas junto al mar comiendo o cenando..... Aikido dentro y fuera del tatami. Aikido en la vida. Nuevamente me quedo sin palabras y solamente puedo decir.. THANK YOU VERY MUCH.
Como aikidoka me llena de una gran emoción ver a gente practicar con tantísima actitud. A pocos grupos los he visto con tanta avidez por aprender. Por convertirse en inmensos paneles solares para absorber conocimientos. Ojos abiertos como espejos. Ése el primer paso. Lo demás es "sólo" trabajo. Pero lo fundamental, las ganas, la humildad, el deseo, existe en Malta.
En cuanto al título de esta entrada... como se dice en la fabulosa película "Conan el bárbaro": "Eso es otra historia... y se queda en Malta... ", aunque admito apuestas.
Miguel
viernes, 14 de octubre de 2011
El monje y el samurai.
Un monje portador de un documento de gran importancia que debía entregar en mano a su destinatario, se dirigía a la ciudad, para llegar a ella tenía que atravesar un puente, y sobre él se encontraba un samurai experto en el arte del sable que para probar su fuerza y demostrar su valentía había prometido provocar a duelo a los cien primeros hombres que atravesaran el puente.Había matado ya a noventa y nueve. El monje era el número cien.
El samurai le lanzó el desafío y el monje le suplicó que le dejara pasar, puesto que el documento que llevaba era de gran importacia. “Os prometo venir a batirme con vos cuando haya cumplido mi misión.” El samurai aceptó y el joven monje fue a entregar el documento.
Antes de volver al puente se presentó en casa de su maestro para decirle adiós. “Debo ir a batirme con un gran samurai; es un campeón de sable y yo no he tocado jamás un arma en mi vida. Va a matarme.”
“En efecto, le respondió su maestro, vas a morir. No tienes nada a tu favor, no has de temer ya la muerte. Más voy a enseñarte la mejor manera de morir: blandirás tu sable por encima de tu cabeza, con los ojos cerrados, y esperaras. Cuando sientas un frío por encima del cráneo, será la muerte.
Únicamente en ese momento desplomarás los brazos. Es todo…” El joven monje saludó a su maestro y se encaminó al puente donde le esperaba el samurai. Éste le agradeció que fuera un hombre de honor y le rogó que se pusiera en guardia.
Comenzó el duelo. El monje, sosteniendo el sable con las dos manos, lo levantó por encima de su cabeza y esperó sin moverse un ápice. Esta actitud sorprendió al samurai, ya que la posición de su adeversario no reflejaba ni miedo ni desconfianza. Receloso, el samurai avanzó cautelosamente. Impasible, el monje estaba concentrado en la cúspide de su cráneo.
El samurai se dijo: “Con seguridad este hombre es muy fuerte; ha tenido el coraje de regresar para luchar conmigo; no es un simple aficionado.” El monje, absorto por completo, no prestaba ninguna atención a los movimientos de su adverasario. Éste comenzó a sentir miedo: “Sin duda alguna es un gran guerrero, sólo los maestros del sable toman desde el principio del combate una posición de ataque. Además cierra los ojos.”
El monje esperaba únicamente el momento en que sentiría un escalofrío por encima de su cabeza. El samurai estaba completamente desamparado, no se atrevía a atacar, seguro de ser despedazado al menor gesto. El monje había olvidado al samurai, atento únicamente a aplicar bien los consejos de su maestro, a morir dignamente. Los gritos del samurai le volvieron a la realidad: “No me matéis, tened piedad de mí. Creía ser maestro en el arte del sable; pero jamás había encontrado un hombre como vos. Os suplico que me aceptéis como discípulo, enseñadme la vía del sable.”
“Muere un poco todas las mañanas al despertar. Y ya no temeras morir.”
Taisen Deshimaru
domingo, 2 de octubre de 2011
ZEN Y ARTES MARCIALES-Taisen Deshimaru.
R.- Los que no quieren seguir la enseñanza zen, verdadera base del Budo, no tienen porqué hacerlo. Estos se sirven entonces de las artes marciales como de un juego, como de un deporte entre otros. Los que quieran alcanzar una dimensión más elevada de su ser, de su vida, deben comprender esto. No se puede obligar a nadie ni criticar a nadie. Sin embargo, unos son como niños que juegan con cochecitos, otros conducen verdaderos coches... Yo no soy negativo de cara a los deportes: éstos entrenan el cuerpo, la resistencia... Pero el espíritu de competición, el espíritu de poder que se encuentra en ellos, no es bueno: esto testimonia una visión falsa de la vida. La raíz de las artes marciales no se encuentra ahí.
Los educadores de hoy día son también responsables de esta situación; ellos entrenan el cuerpo, la técnica, pero no la conciencia. Sus alumnos se pelean para ganar, juegan a la guerra como niños. No hay ninguna sabiduría en todo eso. ¡ No es del todo eficaz para la conducta de la vida! ¿Para qué les sirve su técnica en la vida cotidiana? El deporte no es más que una diversión y , a fin de cuentas, usa el cuerpo para el espíritu de competición. Esta es la razón por la que las artes marciales deben encontrar su dimensión primera. En el espíritu del zen y en el del budo, estar consciente n cada instante, lavándose, trabajando, comiendo, acostándose. El dominio de sí se encuentra ahí.
P.- En los dojos de artes marciales existen muchos gestos que conducen a la concentración: la manera de colocar los zapatos, los objetos personales, la manera de saludar al entrar.....
R.- ¡Pero todos esos gestos son kata! La manera de comportarse es kata. Cuando se saluda, no hay que hacerlo de cualquier manera: en occidente se da vagamente la mano y se inclina un poco la cabeza;¡no se ha comprendido nada la belleza del gesto! Hay que saludar completamente: juntar las manos lentamente, con los brazos derechos, paralelos al suelo; la punta de los dedos llega hasta la altura de la nariz. Después se inclina la espalda hacia el suelo, potentemente. Hay que erigirse con las manos aún juntas y poner naturalmente los brazos a lo largo del cuerpo. Cuerpo derecho, nuca derecha, pies en el suelo, espíritu tranquilo.¡De esta manera testimoniáis todo el respeto que sentís hacia vuestro adversario, hacia vuestro maestro, hacia el dojo, hacia la vida! Algunas veces me preguntan por qué me inclino ante la estatua de Buda en el dojo: no es la estatua a quien saludo, sino a todos los que estan aqui conmigo, en el dojo, y también al cosmos entero. Todos estos gestos son muy importantes, ya que ayudan a mantener un espíritu correcto. Significan dignidad y respeto, ayudan a nuestra naturaleza a alcanzar una condición normal. Hoy dia nadie es normal, toda la gente está un poco loca, con su mental que funciona todo el tiempo; ven el mundo de una manera estrecha, restringida. Están devorados por su ego. Creen ver, pero se equivocan: proyectan su locura, su mundo, sobre el mundo. Es por esto por lo que Sócrates, como Buda, como todos los sabios, dicen antes que nada: "¡Conócete a tí mismo y conocerás todo el universo!" Para esto, la observación del comportamiento propio es muy importante. El comportamiento influencia la conciencia. A comportamiento justo, conciencia justa. Nuestra actitud, aqui y ahora, influencia a todo lo que nos rodea: nuestras palabras, nuestros gestos, nuestra manera de estar, todo esto influencia a lo que pasa alrededor de nosotros y a nosotros mismos. Las acciones de cada instante, de cada día, deben ser justas. El comportamiento del dojo reaparecerá en nuestra vida cotidiana. ¡Cada gesto es importante! Cómo comer, cómo vestirse, cómo lavarse, cómo ir al cuarto de aseo, cómo ordenar, cómo conducirse con los demás, con la familia, con la esposa, cómo trabajar, cómo estar completamente en cada gesto. ¡No hay que soñar la vida! Hay que estar completamente en todo lo que se hace.