Este blog trata sobre la via que marca mis pasos: el Aikido. Y por supuesto de todas esas cosas que considero relacionadas con el principio del Aiki. Aquí podréis compartir conmigo el camino que empecé hace años y que hoy toma la forma física de una escuela de Aikido,y sobre todo un montón de alumnos a los que les debo algo tan importante como es la posibilidad de dedicarme a mi pasión.A todos vosotros, mis alumnos, os doy las GRACIAS por permitirme crecer, por permitirme VIVIR.
lunes, 18 de noviembre de 2024
Alguna de mis ideas sobre extender el ki
domingo, 17 de noviembre de 2024
El estado de luna
En mis explicaciones de los últimos años insisto en una idea que es la de “realizar la acción sobre nosotros mismos” no al otro(uke). Centrarnos en nuestras sensaciones corporales para desbloquear, liberar, dirigir las presiones o bloqueos que estamos sintiendo en los puntos de contacto físicos y “espaciales”(relación). Incluso en algunas ocasiones lo he comparado con la relación que tenemos ante un lesión y cómo vamos escuchando a “la maestra lesión “ para ir modificando y adaptando nuestros movimientos a movimientos más sostenibles.
Convertimos la experiencia con el “otro” en una experiencia “íntima “ “ en mí mismo” . Ya que ese “mí mismo”, o en palabras de Rupert Spira , ese “Yo soy”, incluye al “otro” , incluye todo.
Por eso en este proceso, nos desvinculamos de la necesidad de hacer, de hacerle cosas al “otro” y me centro en hacérmelas a mí, que en definitiva es una forma de centrarse en el“ser” más que en el “hacer”.
El punto de vista del encuentro marcial y de la propia vida va cambiando completamente.
La visión de la acción comenzará con la comprensión, con el discernimiento del “ser compartido”, y de ahí nos aproximaremos al conflicto, pudiendo asumir límites y decisiones más responsables y equilibradas, menos reactivas y más compasivas.
Utilizando la analogía de Rupert Spira, en el dibujo del paisaje nocturno, la luna es el espacio que deja ver el folio blanco, y es en el folio blanco donde todo el paisaje está “apareciendo”.Ese punto blanco(luna) es el “yo soy”, nuestro portal al “folio blanco” donde todo aparece.Hacer un ejercicio de vuelta a “casa” en cada práctica, habitar lo posible de forma consciente en “la luna” abrirá sin duda soluciones sutiles, profundas, del proceso que se está desarrollando.
Luis
martes, 5 de noviembre de 2024
Mente zen y esgrima
“Yagyu Tajima no kami Munenori (1571-1646), uno de los más grandes maestros en la historia del arte de la esgrima, instruyó a Tokugawa lyemitsu
(1604-1651), el tercer Shogun del régimen Tokugawa. Tajima no kami estudió zen con Takuan (1573-1645) e incorporó mucho de la enseñanza zen a su tratado sobre esgrima. Dice que la mente que es no-mente es el último estado en el arte de la espada. El estado de «no-mente» (mushin) es lo mismo que «la mente cotidiana» (hei-jo-shin), y cuando esto se alcanza todo va bien. Al comienzo, en el manejo de la espada, uno naturalmente se esfuerza en hacerlo lo mejor posible, como en el aprendizaje de cualquier otro arte. La técnica se debe dominar. Pero tan pronto como la mente se fija en algo, por ejemplo si el discípulo desea hacerlo bien, mostrar su destreza, asombrar a los otros, o si está demasiado ansioso por dominar su arte, puede estar seguro de que cometerá más errores de los realmente necesarios.
¿Por qué? Porque su autoconciencia o ego-conciencia está presente de forma demasiado visible en todo el campo de su atención, lo que dificulta el libre desarrollo de cualquier destreza que haya adquirido o pueda adquirir. Debe liberarse de su yo impositivo, de su conciencia-ego y aplicarse a la acción como si nada de particular estuviera ocurriendo en ese momento. Cuando las cosas se realizan en un estado de «no-mente» (mushin) o «no-pensamiento» (munen), lo que significa ausencia de todas las formas de yo o conciencia-ego, el que actúa está perfectamente libre de inhibiciones y siente que nada interfiere su línea de conducta. Si está disparando, simplemente saca su arco, coloca la flecha, tensa la cuerda, fija su mirada en la diana y, cuando considera que el ajuste está hecho, suelta la flecha. No tiene sensación de hacer nada especificamente bueno o malo, importante o trivial; es como si oyera un sonido, da la vuelta y encuentra un pájaro en el patio. Ésta es la «mente de cada día› (heijo-shin). Se exhorta al esgrimista a mantenerse en este estado mental incluso cuando está comprometido en un combate a vida o muerte. Olvida la gravedad de la situación. No piensa que está en una situación de vida o muerte. La suya es una «mente inmutable› (fudo-shin). El fudo-shin es como la luna reflejada en la corriente. Las aguas están en movimiento todo el tiempo, pero la luna conserva su serenidad. La mente se mueve en respuesta a las diez mil situaciones pero permanece siempre idéntica a sí misma. El arte culmina aquí. Toda la estructura del intelecto se ha aquietado y ningún artificio encuentra lugar para manifestarse.”
D.T.Suzuki