viernes, 18 de diciembre de 2015

Aikido: inteligencia en el conflicto

Cuando pienso en el Aikido como una vía hacía la resolución pacífica de conflictos, lo siento como algo más allá de un hecho moral, para mí ,sería una acción inteligente, de resultados duraderos y sostenibles en el tiempo, significando así sin lugar a dudas, el fin del conflicto y el triunfo del espíritu del aiki, del espíritu de la paz.
De manera, que siento, que el estudio del aikido, debería llevarnos al desarrollo de la  inteligencia en el centro,de ese proceso vital, que llamamos conflicto.
Pero me aparecen algunas cuestiones:
¿Qué es la inteligencia?
¿Cuál es el origen de la inteligencia?.
Dedico mucho tiempo al entrenamiento en el dojo, y además mucho tiempo al estudio de cuestiones como ésta, que creo, son requisito fundamental para que nuestro aikido evolucione, sobre todo para aquellos que llevamos ya bastantes años de práctica y tenemos responsabilidades de enseñanza.
Una vez leí, no sabría decir de quien disculparme, que un samurai afirmaba que la espada es el espíritu del samurai y que por tanto, para mejorar en el arte de la espada, se debía trabajar en el desarrollo del espíritu.
Para mí, esta frase podría ser muy bien aplicada al budo que yo practico, sintiendo las formas técnicas como esa espada, de manera que, la mejora en mi aikido, pasaría por el desarrollo y el trabajo de mi espíritu, y reflexiones como ésta formarían parte de ese trabajo:

"Y, sin la oscuridad en su camino, sin un espíritu confundido, ha de pulir mente y alma, sus dos espíritus; afilar el kan y el ken, sus dos miradas [...]"
M. Musashi

Pero volviendo al asunto de este escrito, empezaría por plantearme estas dos importantes cuestiones :

¿Qué es la inteligencia?
¿Cuál es el origen de la inteligencia?.

Si nos paramos un momento, en la defimición de inteligencia, empieza a abrirse un poco una puerta hacia la comprensión.
A veces tenemos la sensación que la inteligencia es el cúmulo de conocimientos, es decir ,es el poseer conocimientos.
Nuestra educación escolar y universitaria es muy así. Aprender, memorizar y aplicar conocimientos, que generalmente o siempre provienen de la inteligencia de otras personas. De manera, y tal y como he construido la frase os habréis dado cuenta , esta forma de entender la inteligencia, no me cuadra mucho.
De manera que vamos a recurrir, como os decía, a la definición:

DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA

El término inteligencia proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”) y legere (“escoger”). Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de inteligencia hace referencia a quien sabe elegir: la inteligencia posibilita la selección de las alternativas más convenientes para la resolución de un problema. De acuerdo a lo descrito en la etimología, un individuo es inteligente cuando es capaz de de escoger la mejor opción entre las posibilidades que se presentan a su alcance para resolver un problema.
Es decir la inteligencia es un proceso, una acción.

Al ver esta definición, aparece claramente para mí una idea clara, la inteligencia es saber elegir.
Creo que como aikidoka, esta definición esclarece algunas cosas. Actuar inteligentemente en la resolución del conflicto, es saber elegir la mejor manera de resolverlo.
Los conocimientos que aprendemos y memorizamos a lo largo de nuestra vida académica o en el caso del aikido, en el dojo, por supuesto,nos van a ayudar a tener herramientas para resolver problemas, eligiendo la mejor opción posible, aprendiendo de las experiencias y los procesos de inteligencia, de otros que nos precedieron. Pero estas herramientas o conocimientos aprendidos van a tener dos características importantes: 
Vienen del pasado
Provienen de un proceso inteligente ajeno, no el mío.

Por supuesto, estas dos características no son malas ni mucho menos, no son un juicio, son una descripción de lo que suponen estos conocimientos.
Pero los conocimientos no son entonces inteligencia, podrían ayudar al proceso de la inteligencia, pero también podrían no ayudar, e incluso por mi propia experiencia, podrían bloquear el proceso de la inteligencia.
De manera, y enfocándome en la práctica del aikido, me atrevería a decir, que el poseer conocimientos, no genera necesariamente ,como consecuencia, una acción inteligente.
Entonces me planteo la segunda pregunta:
¿Cuál es el origen de la inteligencia?
Esto es díficil.
Si vuelvo a la definición, encuentro un poco de ayuda.

"Es saber elegir".

Para saber elegir, la alternativa más adecuada para resolver un conflicto-problema, lo primero que siento como fundamental, es tener toda la información, todos los "datos sobre el problema". Es decir, ser capaces de "Ver" el problema de la forma más clara posible, verlo en su auténtica naturaleza, para poder actuar y elegir de la forma más adecuada posible para resolverlo. De manera que este planteamiento me saca un poco del concepto de acumulación de conocimientos, y me mete de lleno en lo que  considero, es el origen de la inteligencia :la consciencia.
Para mí, la consciencia sería ese "lugar" donde aparece la realidad. Es nuestra capacidad para percibir la realidad y también de alguna forma crearla. Es a partir de esta percepción, de este "sentir" la realidad, desde donde  construiremos los conceptos, los conocimientos.
En la medida que mi consciencia sea más amplia, más luminosa(la luz nos permite ver), vibre más alto, tendremos una capacidad mayor de percibir y comprender , y por tanto, podremos desarrollar una mayor inteligencia, es decir, sabremos elegir lo más adecuado, al captar la verdadera naturaleza del problema.
Para esto, es esencial, desarrollar un estado mental de serenidad, de silencio, donde nuestros pensamientos y conocimientos memorizados(provenientes del pasado) no enturbien, ni ensombrezcan la percepción de la verdadera naturaleza del problema que estamos abordando, y que está ocurriendo aquí y ahora y  del que nosotros formamos parte .
En muchas ocasiones los conocimientos que tenemos bloquean nuestra capacidad de ver la realidad completa de lo que está pasando en este momento, ya que intentaremos rápidamente asociarla a lo aprendido, para poner en práctica nuestros conocimientos, pero el problema-conflicto que abordamos, siempre, siempre,es nuevo, fresco e irrepetible.
Entonces los conocimientos aprendidos ....¿no sirven?....
¡Claro que si!. Pero quizás la prioridad, habría que ponerla en el desarrollo de la consciencia, más que en la acumulación de conocimientos. En el trabajo de serenar, silenciar la mente, para que la consciencia se expanda, llegando a todos los rincones  de la realidad (del problema-conflicto), y una vez que hemos sido capaces de percibir,sentir, discernir, con claridad la naturaleza del problema-conflicto, utilizar aquellos conocimientos aprendidos para actuar con inteligencia, (o generar nuevos) y resolverlo.
Cuando permitimos que nuestra consciencia se expanda y brille fuertemente, nos damos cuenta que esa realidad,nos habla a cada instante ,y que no existe separación alguna entre "yo" y la realidad que me rodea, percibiendo el constante intercambio e interconexión de todo con todo.

Primero VER y después "actuar-elegir"(utilizando todas las herramientas de conocimiento que poseamos) de la forma más adecuada, para resolver el problema-conflicto.
Esta sucesión no será única en el tiempo, sino que se repetirá en toda la sucesión de instantes que forman el proceso de resolución del problema-conflicto.
Si priorizamos, y siento que se hace mucho, ya que es la gran herramienta de nuestro ego, el acumular información (lo técnico), nuestra visión, nuestra percepción del problema-conflicto estará ensombrencida. Veremos nuestra idea aprendida (del pasado) de lo que está ocurriendo y no lo que realmente está ocurriendo. Surgiendo una práctica de imposición, robotizada y donde la frescura del instante queda excluida.
Además cuando no se hace una práctica desde la consciencia, desde lo que en la tradición marcial se llama no-mente o mente inamovible, se tiene miedo al error. En una práctica consciente, no hay error, sólo hay proceso, y es un proceso que cambia en su tiempo y en su espacio constantemente.
Para terminar y resumiendo un poco, creo que el aikido es un camino que busca la inteligencia para la resolución de conflictos. Esta inteligencia es un proceso, es la capacidad de elegir lo más adecuado para solucionar un problema-conflicto. Para mí , solucionar el problema, debe conllevar que la resolución sea sostenible y en este caso creo que eso implica que sea lo más pacífica posible.
La capacidad de elegir lo más correcto, será directamente proporcional a nuestra capacidad de percibir, lo más claramente posible la naturaleza del problema-conflicto (los elementos que lo componen), y ésto dependerá de nuestra capacidad de silenciar nuestra mente y descansar en la consciencia.
Será a partir de aquí, cuando el uso de lo aprendido tomará más protagonismo en nuestras decisiones, pero incluso en ese estadio del proceso, seguirá siendo secundario,en relación a la constante percepción de los elementos que van apareciendo mientras interactuamos en el problema-conflicto.

L.



domingo, 13 de diciembre de 2015

Sobre el uso de la rapidez en las demás escuelas. (Miyamoto Musashi)

"Privilegiar la rapidez en el arte del combate no es el camino verdadero.
Sea cual fuere la acción que se realiza, ésta es rápida o lenta en función de si concuerda bien o no con el tiempo concreto del ritmo. Cuando uno se vuelve diestro en un camino, sus acciones no parecerán rápidas.
Existen, por ejemplo, los llamados "caminantes rápidos" que avanzan de 40 a 50 ri al día, pero no quiere decir que corran con rapidez sin parar desde la mañana hasta la noche. En cambio, los inexpertos en el camino podrán correr todo el día sin conseguir avanzar mucho.
[...]
Las acciones del experto parecerán lentas y sosegadas pero estarán siempre en armonía con el tiempo del ritmo. Sea cual fuere la acción, cuando ésta es realizada por un experto no parecerá apresurada. Se deben comprender los principio del camino a través de estos ejemplos.
Apresurarse es malo, sobre todo en el camino del arte del combate. La razón de ello es que, dependiendo de los lugares como, por ejemplo, en pantanos o terrenos encharcados, ni el cuerpo ni las piernas pueden moverse con rapidez y mucho menos el tachi puede cortar con rapidez. Si uno intenta cortar con rapidez, como se haría con un abanico o un cuchillo pequeño, verá que no podrá cortar en absoluto. Esto ha de comprenderse bien."

Miyamoto Musashi
"Libro de los cinco anillos"



https://youtu.be/3PjgjwZiePE






sábado, 28 de noviembre de 2015

Ejercicio en Nápoles 2015

Ejercicio de contacto, fluidez y linea central con ataque y respuesta. Nápoles 2015
https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=781386405321574&id=764172473709634

martes, 24 de noviembre de 2015

martes, 10 de noviembre de 2015

Ego...

Hiriendo de muerte en cada instante, con la espada de la sabiduría, al ego(patrones mentales,pensamientos obsesivos, emociones descontroladas...), permitimos florecer nuestro ser más profundo, en la existencia actual....

sábado, 3 de octubre de 2015

Samurais Actuales

Acabo de compartir un seminario con mi sensei Endo seishiro en Alemania. 
El sensei es la paradoja viva del Budo. En cada movimiento , en cada palabra y silencio exuda ese espíritu marcial de fuentes antiguas y guerreras de siglos pasados del Japón samurai. Pero digo paradoja, porque al mismo tiempo transmite una paz fuerte, estable, con un mensaje de unidad, gentileza y pacificación constante.
Siento que esta especie de paradoja, que resumiría a la perfección el significado de los kanjis del término Budo, siendo mirada desde el corazón , no es ninguna paradoja... o sí, pero no más que la propia naturaleza humana, donde en los mejores casos a través de un" aiki divino" se armonizan los opuestos para generar algo único: Un ser humano completo.
El "samurai" del siglo XXI es un guerrero de paz. Con todos los ingredientes propios del guerrero, pero iluminados bajo la luz del espíritu, donde todo se vuelve Uno , se conecta, se Armoniza.
En el Aikido se funden como en una magnífica salsa los sabores del samurai, del guerrero y del hombre de espíritu, filósofo o incluso monje , donde la vida, la paz y la libertad son los principios fundamentales de conducta, llevándonos (en el mejor de los casos) a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
¿Pero es posible una auténtica libertad, una autentica y plena vida sin estar dispuesto a morir en cada instante como decían los samurai? O incluso  ¿"sin morir a cada instante"?¿No es el cambio y la certeza de éste una especie de muerte?
En el Budo y en el aikido en concreto,frases propias de samurais como la expresada en el Hagakure:" Descubrí que el camino del samurai es la muerte", cobran un sentido luminoso, me atrevería a decir transpersonal, de manera que una frase demoledora como ésta, se transforma en un auténtico alegato de la vida.
La mente inamovible o no-mente, que está presente en cada gesto de nuestra práctica marcial, nos conduce de lleno a un abandono total de los intereses o deseos personales, como parte nuestra de un contrato,donde tras nuestro pago de abandono y "muerte", recibiremos la solución definitiva al conflicto, aflorando tras nuestra entrega,tras la "muerte" del pequeño yo de manos de la espada de la no- mente, el gran Yo, nuestro Kami interior, capaz de afrontar cualquier situación bajo la luz intensa del aiki.
Es de esta manera, como conceptos traídos del pasado guerrero como: determinación, muerte, fortaleza, honor, justicia, verdad...se convierten en las semillas a través del espíritu, de un camino de paz, armonía, espíritu, protección, unidad, gentileza,aceptación...
Las energías también fundamentales del entorno guerrero de ira, rabia, fiereza, combatibilidad.... Se transforman a la luz del espíritu en poderosas energías de purificación, en autenticas ofrendas a nuestro Kami interior en pos de una situación de paz sostenible, de diversidad armonizada y duradera.
Desde esta pequeña reflexión, que podríamos hacer más exhaustiva y amplia, siento realmente que el budoka y el aikidoka en concreto se convierten en un heredero natural y lleno de dignidad de los guerreros del pasado, siendo además, desde este punto de vista, unos catalizadores muy necesarios en nuestras sociedades, de movimientos renovadores, desde un espíritu fuerte y estable, para abrir caminos de paz y unidad mundiales sostenibles, sólo posibles a través de la armonización de sombra y luz, a través del respeto y aceptación de la existencialidad paradójica tan propia del Budo y por supuesto del ser humano.
 
Luis Mochón. 

lunes, 24 de agosto de 2015

El contacto y la relación como mantra....

Siento el aikido como una maravillosa vía de conocimiento, una vía que nos sumerge en nuestra sabiduría innata, presente en el "fondo de nosotros mismos" y en el "fondo de todo".

Con cada aiki-encuentro tenemos la oportunidad de conectar con esta sabiduría que se encuentra en el" fondo",más allá de nuestra mente más "ordinaria", dualista, diferenciadora, discursiva, pensante, el yo inferior del que hablaba O sensei...

como decía, en cada aiki-encuentro tenemos la oportunidad de conectar ,de "traer a la superficie" ese "fondo",que podemos llamar Espíritu, nuestra sabiduría esencial.

Por eso siento la práctica, y ahora más que nunca, como una meditación dinámica, que conduce a conectar con nuestro "fondo", que no es otro que el "fondo de todo", desde el que aflora una "visión clara" de lo que acontece en cada momento,y en este caso, de la relación aiki.

"Haz que el yo superior sea el maestro y que tu naturaleza inferior sea su sirviente, porque si eres gobernado por tu naturaleza inferior llegarás a un punto muerto"

"Mantenerse en un estado de bienaventuranza, libre del yo, es el principio esencial de las artes marciales"

"El estudio y el entrenamiento en artes marciales es cultivar e implementar el poder de expandir y contraer el espíritu"

Morihei Ueshiba

Al entenderlo como meditación,me voy a atrever a utilizar un término relacionado con la meditación, mantra. El mantra es una palabra o palabras en la que centramos la atención,  anclando, calmando así nuestra mente más ordinaria, que se encuentra siempre en un movimiento casi neurótico, para permitir así aflorar "el fondo de nuestra mente" "la naturaleza de nuestra mente".

De manera que sintiendo el Aikido como una meditación, dinámica y marcial, también puedo considerar la existencia de un "mantra"propio, que no es una palabra, sino que es el contacto y la relación con el compañero.

Es la atención plena en esa relación , la que permite aflorar la naturaleza esencial de nuestra mente,nuestro fondo, surgiendo así acciones y reacciones llenas de momento presente , de presencia, sin excesos ni defectos, y todo lleno de una actitud compasiva y armoniosa, que son características propias de nuestra naturaleza más esencial.

En la clase que impartí este domingo en el contexto del summer camp de Güejar Sierra 2015 junto a mi buen amigo Pedro Hernandez sensei, transmití estas ideas a los asistentes :"Utiliza el contacto y la conexión como tu mantra, y todos tus movimientos se llenaran de presencia..."

Es en ese momento cuando,la mente catálogo y la mente predictiva desparecen, quedando sólo una consciencia presente, despierta, sutil y compasiva que ilumina la relación aiki.

De esta manera, ambos, tori y uke, actúan desde la actualización constante de la aiki-relación, sin excesos ni defectos, aflorando las técnicas, en un contexto liderado por quien ostenta el papel de tori, y donde la "presencia" de ambos dota de una gran marcialidad aiki, el encuentro.

"La forma sólo es secundaria. Encuentra su verdadero significado, despierta tu alma, ¡y obtén la maestría del corazón!"

"No te dejes aprisionar por la forma. Debes liberarte de estos constreñimientos y unificar tu técnica y tu espíritu. La incapacidad de entrar en tal estado convierte las artes marciales en armas de autodestrucción."
Morihei Ueshiba

Luis Mochón

viernes, 17 de julio de 2015

Reflexión sobre mi práctica en America

Hace unos dias volví de mis seminarios en Chile y Argentina. Ha sido una maravillosa experiencia porque he encontrado personas con una gran nobleza,humildad y con mucha ilusión.
Me traigo grandes amigos,hermanos en algunos casos y mucho aprendizaje de grandes personas y aikidokas.
He intentado conectar mi corazón con el corazón de cada uno de los que he tocado, a través de un buen y gentil contacto, una buena "escucha" y sobre todo, dándole a cada uno su tiempo, para expresar la intención como ukes.
Cada uke con su trabajo, cumple una misión en la relación aiki. Una misión que cada uno, según su formación, su físico,sus creencias, su estado mental en el momento del encuentro....interpreta de una forma diferente. He practicado con absolutamente todos los asistentes a mis seminarios, e intentado hacerlo casi todas las técnicas, Y ha sido una experiencia enriquecedora, ya que he podido entrenar con unas 200 personas con las que nunca he entrenado. He tenido que conectar con la "misión" de cada uno, dedicándole el tiempo, el cariño y el contacto necesarios para permitir aflorar la acción de uke, acompañando,ayudando,"leyendo" la acción, para poder gestionar el encuentro desde un sentir aiki.
He insistido mucho en la idea de dejar que uke se mantenga "vivo". No bloquearlo, o someterlo, sino al contrario, alimentando desde el contacto y nuestro kimochi,el que su acción se exprese, eso si,de forma más evidente de lo que le gustaría a uke y más desequilibrada, permitiéndonos catalizar el ataque, para que acabe desapareciendo en la "marea" del aiki, conducida desde esa acción de tori.

A veces durante los seminarios me preguntaban grados altos, cómo debía ser el trabajo de uke.Yo siempre respondía lo mismo: haz el trabajo que quieras, yo me adaptaré.
Creo sinceramente que si nos centramos en el momento del contacto, con una mente serena y en el presente, no una mente catálogo(mente del pasado) o una mente predictiva(mente en el futuro), sino una mente enfocada en el aquí, en sentir cada reacción de uke, para permitir aplicar los movimientos necesarios, podremos resolver el encuentro desde el Aiki, sin violencia ni imposición.
Por supuesto también necesitaremos un cuerpo que acompañe a esa mente. Con movilidad,flexibilidad, para adaptarse a los cambios de uke, y también para provocar en uke movimientos, a través de la aplicación de nuestro centro, en los puntos de contacto(kimochi,atari), y todo gracias a una consciencia despierta y presente en el desarrollo del encuentro que está ocurriendo en cada instante.
Siempre intento aplicar las directrices de mi maestro, Endo sensei, referentes a la acción de tori:
De ai, atari, sabaki,generamos un kuzushi en uke, y finalmente llega la finalización(técnica,nage...), Y por supuesto ,como mi sensei también repite constantemente,con una mente en calma, que es la que hace que cada movimiento cumpla su cometido en la aiki-relación.
L.




miércoles, 15 de julio de 2015

Fin de mi periplo Americano....Gracias!!

Fin de mi periplo Americano.Ya estoy en España. Ha sido una gran experiencia ,he tocado a cientos de personas, y siento que mi aiki ha crecido mucho,conectando con el centro y el corazón de muchas personas.
Algunas, al terminar el seminario, se me acercaron con lagrimas en los ojos haciéndome saber que nunca habían estado en un seminario que les aportara tanto, les hiciera sentir tanto. Yo mismo,ante esas reacciones me aguanté el llorar.
Casi 30 horas de práctica, he practicado con alrededor de 200 personas entre Chile y Argentina, en 6 lugares distintos, un montón de caras de sorpresa,corazones abiertos y algunos cerrados, que  se terminaron ablandando y abriendose a mi aiki.
Una aventura desde el aiki, desde el corazón, desde el flow, desde las enseñanzas de mi maestro Seishiro Endo...y para mi suerte, encima mi trabajo.
Gracias a todos los que habéis participado en mis seminarios y clases, me habéis ayudado a seguir creciendo como persona y como aikidoka.

No me olvido de todos los que habéis cuidado y sostenido el hombu musubi; profesores y alumnos, de mi mujer, que con una fuerza extraordinaria ha afrontado muchos dias en soledad.
Gracias musubis por acompañarme en la distancia, siempre con vuestro cariño,entrega y respeto.
Ahora nuestro sentir ha encontrado familia también en America.
L


jueves, 4 de junio de 2015

Desapego, desidentificación en el Aikido.

Es importante para mí definir,como practicante de Aikido y como enseñante, cual es mi objetivo con la práctica diaria. En mi caso, mi objetivo es conseguir convertirme en la mejor versión de mi mismo.

Soy un convencido de que esa versión está ya presente en cada uno de nosotros, siendo necesario sólo liberarnos de las limitaciones que nos permitan expresarla, liberarla, en definitiva limitaciones que nos impiden expresarnos con libertad.

Todos los maestros nos indican que debemos mirar hacia nuestra mente para limpiar estas limitaciones, y así expresar nuestra realidad luminosa.
Para que la práctica nos lleve hacia este ideal de libertad, considero muy importante reflexionar sobre el desapego y la desindentificación, y éstos aplicados a la práctica.
Mi maestro, Seishiro Endo, alguna vez ha dicho que la libertad en la pràctica consiste en moverse con armonía y libertad aún con el ataque de uke. También en muchas ocasiones nos pide que durante el encuentro con uke nos revisemos, pidiéndonos que no nos perdamos a nosotros mismos en el proceso del encuentro marcial.

Creo sinceramente que para poder llevar ésto a cabo, debemos meditar sobre el desapego.
El desapego y la desidentificación, nos llevan hacia lo que considero sería la mejor versión de nosotros mismos que en definitiva, para mí, es la misión de nuestra existencia.
El desapego y desidentificación de elementos materiales, mentales o emocionales, nos permitirà pisar la tierra con más libertad y por tanto felicidad.

Pero voy a plantear casos particulares dentro de la práctica de nuestro Budo.

Cuando vamos a recibir el ataque de uke, en ese preciso instante previo a que ocurra, el apego a una imagen mental determinada, de cómo debería ser este ataque, o el apego a una forma técnica concreta fundamentada en suposiciones mentales predictivas, puede realmente hacer fracasar la resolución aiki del encuentro .
Es cierto que todo el estudio de base técnico, es muy importante para generar registros mentales y corporales de situaciones marciales, con las que después tendremos que trabajar, pero creo que debemos tener cuidado en el objetivo que ponemos al estudiarlos, porque podríamos generar unos registros tan fuertes y cristalizados, que cohartaran totalmente nuestra libertad de movimientos y reacciones , y condicionaran absolutamente la percepción de lo que realmente está ocurriendo.

Continuando con el ejemplo práctico, y como había empezado a decir, es de vital importancia para la resolución aiki del encuentro, mantener una mente desapegada de técnicas e ideas prefijadas, para que la realidad del ataque (por muy simple que sea) sea captada en su totalidad o lo más completamente posible por nuestra percepción. 

Una vez que entramos en contacto con uke y nuestros centros empiezan a relacionarse, cobrará una gran importancia otra forma de desapego que es la desindentificación.

El ataque de uke, si es correcto, debería comprometer a nuestro centro, nuestro equilibrio, nuestra armonía. Eso va a provocar en nosotros toda una serie de tensiones físicas, reacciones emocionales y planteamientos mentales predictivos que trabajarán a favor del buen trabajo de uke.

Mi consideración a este respecto, es que debemos trabajar el desapego como actitud mental y corporal. Debemos evitar algo, que es tremendamente normal en la vida diaria siendo causante de mucho sufrimiento, que es la identificación con emociones y sensaciones corporales. Debemos actuar como observadores de la avalancha de "información" propia y ajena(uke). No identificándonos con los bloqueos físicos que uke nos provoca, no identificándonos con las emociones que aparecen en nuestra mente y no reteniendo ni atrapando las ideas que aparecen como posibles soluciones, ya que generalmente empiezan a aparecer sin tener el "registro presente" y completo de la situación.
Al mantenernos como observadores del encuentro, desapegados de todas esta avalancha de sensaciones, pensamientos y sentimientos, recibiremos una información bastante "veraz" de lo que está ocurriendo. Como observadores podremos gestionarla más eficazmente, permitiéndonos tomar las decisiones necesarias, para solucionar el encuentro desde el Aiki, sin perdernos a nosotros mismos y permitiéndo movernos con armonía y plenitud, en el corazón del encuentro marcial.

Pero para conseguir este desapego, que repito considero fundamental, sobre todo si el objetivo de nuestra práctica va má allá de aprender simplemente un conjunto de conocimientos técnicos y culturales, sino como decía, es alcanzar la mejor versión de nosotros mismos en cada situación, tenemos que trabajar nuestra mente. 

Por supuesto si practicamos técnicas de meditación como complemento a nuestro estudio Aiki, ayudará. Pero es la mente de la práctica diaria donde podemos trabajar este desapego, esta actitud mental, que también podríamos llamar "Mushin" o la Mente Inamovible.
En el Aikido y creo no equivocarme al decir que en el Budo en general, las herramientas para trabajar nuestra mente son el cuerpo, el compañero y la atención.

Cada movimiento, cada estudio técnico una vez asimilado en su forma, debe ser nutrido a través de este tipo de trabajo mental. Debemos ir acostumbrandonos desde un principio(principiantes) a trabajar nuestra mente y nuestro cuerpo en esta dirección. Debemos enfatizar como objetivos del aprendizaje actidudes físico-mentales como la calma, la flexibilidad, la movilidad, la "escucha" del otro a través del contacto, el cambio como herramienta básica de adaptación y aceptación, la toma de decisiones "suaves" para que los cambios sean posibles.....

Sinceramente creo que el entrenamiento de todo ésto es lo que da a la práctica marcial la categoria de DO, llevándola más allá de un sistema de defensa personal, combate, deporte u otra serie de actividades, que me resultan profundamente interesantes, pero que estarían en un plano definitivamente distinto al DO, y sobre todo al margen de lo que sería el Aiki.

Luis Mochón

lunes, 1 de junio de 2015

viernes, 29 de mayo de 2015

Próximo seminario en Granada(Güejar Sierra)

Herramientas para la práctica diaria desde el Tao

Para reducir la influencia de alguien, auméntala primero;
Para reducir la fuerza de alguien, increméntala primero;
Para hacer caer a alguien, primero haz que se eleve;
Para tomar algo de alguien, dale algo primero.

Esta es la sutileza con la cual el débil vence al fuerte,


Tao Te King


martes, 26 de mayo de 2015

Crónica y breve video de mi último seminario,Güejar 2015

Me gustaría compartir como he vivido la experiencias de este fin de semana sobre el tatami. Me resulta difícil encontrar las palabras que describan la intensidad de sensaciones vividas, como suele ser cuando se le quiere poner nombre a algo, que se siente tan intensamente que puede incluso cambiar la propia percepción de las cosas, pero que no acaba de comprender. 
Para mí este fin de semana ha estado lleno de eso, sensaciones compartidas con mis compañeros y guiadas por nuestro Sensei que han reorientado el foco de la práctica tal y como lo sentía cuando puse los pies en Granada.

Quizás los conceptos en torno a los que se ha articulado la práctica hayan resultado familiares a los practicantes veteranos: Calmar la propia mente y abrirse a la escucha; Sentir el Ki de Uke y nunca enfrentarlo directamente, sino en una infinidad de ángulos posibles;  Usar la posición de las caderas para orientar el Ki y el movimiento, y situarnos en una posición adecuada;  Iniciar cada encuentro desde un estado de presencia absoluta en el que estemos abiertos a percibir las opciones que se abren en cada contacto, en cada movimiento, prolongando el desequilibrio de Uke a través de "decisiones suaves" hasta el punto de no retorno. 

Pero concluir con que durante este seminario el Sensei nos ha guiado a través de todos estos conceptos sería una reflexión superficial, pues lo experimentado estos dos días de practica va más allá de una serie de movimientos y herramientas marciales, han significado una forma de sentir, de actuar, de ser. El tatami estaba cargado de una profunda entrega, por parte de todos los asistentes, al estudio de la relación con cada compañero, la raíz de donde surge todo lo mencionado anteriormente. Del encuentro, el timing, el contacto, el cambio, la pausa....Y es esa entrega absoluta a esta relación y este estudio la que ha dejado la experiencia impregnada de esa esencia marcial que se puede sentir, y que yo no acierto a describir, pero que todos intuimos es el BUDO.

Candela Torres 2 dan Aikikai
https://youtu.be/r2xecCjDwB8

miércoles, 13 de mayo de 2015

Determinación y decisiones “suaves”


 
 
En la práctica del Aikido, y más todavía en la práctica de lo que algunos definen como práctica marcial suave, creo que es importantísimo la determinación y el tomar decisiones suaves. De nuevo cuando escribo sobre esto no puedo dejar de darme cuenta de que el Aikido es un fragmento de Vida en el que podemos experimentar la totalidad de la misma.

Cuando realizamos un movimiento ante un ataque, este movimiento debe estar lleno de una gran determinación. Siempre digo en clase que todos los movimientos deben ser completos, y nunca dejarlos a medias. De esta forma cada movimiento cumplirá su misión, que en muchos casos será definitiva, y en otros muchos será el primer paso de una serie movimiento que llevarán a la resolución del conflicto.

Por supuesto, si bien el primer movimiento, de protección normalmente, será o deberá ser instintivo, el siguiente paso será producto de una decisión mental. Con la información que uke nos está aportando a partir del primer contacto, tomamos la decisión del siguiente movimiento, que procederá de nuestro bagaje experiencial diario.

Por supuesto esta decisión debe estar enriquecida de determinación, pero esta determinación debe tener un corazón flexible, el corazón flexible de una “decisión suave”, porque si el escenario que la relación con uke hace aparecer no cambia, posiblemente esta decisión sea la definitiva, pero¿ y si la actitud viva de uke hace que el escenario cambie?.

Muchas veces en mi trayectoria por las artes marciales he protagonizado, vivido y sufrido decisiones llenas de rigidez. Una vez decidido algo, es como si un aura de inmovilidad cubriera la decisión, incluso con componentes morales aprendidos, donde lo que decido debe llegar hasta el final porque lo correcto es no cambiar de decisión, y sinceramente, así creo que nos va en el mundo.

Este tipo de decisión rígida, dura,  inamovible, acaba derivando en sufrimiento, incomodidad tanto para uno como para otro. Es cuando aparece el choque, la oposición, el dolor…

Sinceramente creo que esto es un error, creo que es contrario a la naturaleza cambiante y móvil de la Vida.

Ante la información primera de uke elijo ikkyo por ejemplo, pero en ese proceso, y si uke está vivo, pueden producirse cambios que hagan que esa decisión  quede obsoleta. ¿Quiere decir que no fue una buena decisión?, ¡claro que no!, fue seguramente la correcta, pero esa decisión ya cumplió su misión, y ahora, y gracias a la acción determinante de esa decisión, se abre un marco nuevo, donde habrá que adaptarse, tomando entonces una nueva decisión suave, con el fin siempre de recuperar nuestro "sitio", que se ha visto alterado por una situación de conflicto.

El Budo está lleno de ideas que parecen contradictorias, ¡y mi experiencia es que los senseis son muchas veces también profundamente contradictorios!, o por lo menos eso aparece a un primer vistazo. Pero si profundizamos un poco y reflexionamos, comprenderemos rápidamente que no hay nada contradictorio en asumir la naturaleza cambiante de todo. Flujo, adaptación,cambio,flexibilidad, son la esencia de la Vida, y por tanto el elemento indispensable para ser feliz ante la corriente vital de la que formamos parte, y si eso es ser contradictorio, quiero convertirme en alguien profundamente contradictorio.

 

Luis Mochón

 

 

lunes, 11 de mayo de 2015

Compasión,aceptación.....Aikido desde el corazón.


Cuando la vida te regala momentos difíciles, se ponen de manifiesto tus carencias, y tus logros también, en forma de herramientas para superarlo.

Es en esos momentos de “conflicto”, cuando puedes llegar a comprender, que la misma vida que te "golpea" en ese momento, lleva años susurrándote que lo hará, y también lleva años dándote la oportunidad de desarrollar las habilidades y virtudes necesarias para evitar y/o superar lo que vendrá.

Pero normalmente estamos demasiado ocupados en ver la vida como un enemigo, un reto, o incluso una batalla, como para tener la capacidad suficiente de aceptar, que no hay más que Vida, y que como parte de ésta, no tenemos más que aceptar la vida que nos atraviesa, envuelve, contiene, estando en un estado de atención suficiente, para aceptar Ser aquello, que la Vida decidió Ser en nosotros.

Sin resistencias, sin rigideces ni bloqueos, cogiendo cada donación, cada enseñanza, e invirtiéndola en Ser nuestra parte de esa Vida, de la forma más fluida posible, o el sufrimiento acompañará cada intento de resistencia.

La práctica del Aikido es sin lugar a dudas una de esas donaciones de la vida, y en concreto, de mi parte de colaboración con Ésta. Me está enseñando muchas herramientas para afrontar los “regalos”, “giros” y “lecciones” que la Vida me está trayendo .

Pero lo principal de una enseñanza, lo principal de un regalo, es aceptarlos. Y para aceptar hay que no resistir, y para no resistir hay que aceptar…

 Aceptar que lo que nos trae, que lo que nos da, es justamente y exactamente, lo que necesitamos para ese momento concreto, surgiendo un sentir compasivo hacia nosotros mismos.

En la práctica del Aikido podemos sentir , experimentar, en definitiva, vivir ésto.

Ya sea mi papel en la práctica uno u otro(tori ,uke), debo entrar en un estado de atención y aceptación de que lo que está ocurriendo,  lo que estoy recibiendo, sea lo que sea, será exactamente lo que necesito en ese momento concreto.

El Aikido me va a regalar un lenguaje donde podré experimentar, a través de elementos propios de la vida como son el movimiento, la intención, la flexibilidad, la conexión…el estado de atención mental y físico necesario para “Aceptar” y continuar “viviendo” desde esa aceptación. Al aceptar desde una atención plena y calmada, la corriente de la vida se irá manifestando con más claridad, no teniendo más que acompañarla, fluyendo en ella, percibiendo de forma clara los procesos de su funcionamiento, y sintiendo cual es nuestro papel en esos procesos.

Es por esto que pienso, que sentir cuál es nuestro papel en los procesos de la vida, y centrándome en la práctica, cuál es nuestro papel en el proceso de disolución del conflicto, es lo más importante en la práctica del Aiki.

Para sentir que "engranaje" somos en el proceso, cual es nuestra misión en cada instante de vida, en cada instante de la aiki-relación, debemos desarrollar un estado de atención plena, de disponibilidad plena, que nos permita aceptar lo que cada instante nos está ofreciendo, dando y enseñando.

Si aceptamos ésto, el siguiente paso sería, desde nuestra experiencia, rastrear, que elementos son necesarios en mí, para estar en éste estado de disponibilidad y plenitud.

Todos tenemos suficientes experiencias en la vida para entender que cuando estamos serenos, calmados, enfocados, abiertos…cuando amamos , nos sentimos amados, cuando somos compasivos y miramos sin rigidez, cuando sonreímos…como decía,  cuando estamos en esos estados, es cuando más preparados o dispuestos estamos al cambio, al conflicto, a la dificultad a los giros inesperados de la vida.

Por supuesto nos veremos desequilibrados, alterados momentáneamente, pero nuestra apertura y atención nos hará flexibles para aceptar y adaptarnos.

El estar en estos estados, que los llamaré “desde el  corazón”, necesitan de un gran valor. Cuando ese valor no es suficiente nos volvemos rígidos, cerrados, serios, desconfiados, resistentes, peleantes, insensibles…guerreros de “acero” en lugar de guerreros de fuego, del fuego del corazón.

Para conectar con el corazón, creo que es importante cuidar de nuestros pensamientos. No es lo que está ocurriendo el problema, es lo que pensamos en torno a lo que está pasando el problema. Si no atendemos a la calidad de nuestros pensamientos, aflorarán pensamientos negativos, y más en situaciones de conflicto, que generarán  emociones “oscuras” que nos afectarán profundamente,  y en última instancia condicionarán nuestras reacciones, además de retroalimentar nuevos pensamientos negativos, que nos alejarán más y más del corazón.

Una vez mi Aiki-hermano Ariga sensei, transmitió ésto en un seminario. Dijo que cuando sintiéramos rigidez en uke, resistencia, que simplemente sonriéramos, y veríamos como parte de esa resistencia o rigidez se diluía instantáneamente.

Creo que esta lección que la Vida me regaló a través de Ariga sensei, no la he tomado suficientemente en serio.

Os invito a que llevéis a la práctica ésta actitud. Por supuesto id mas allá de una sonrisa física, hay que sonreír con el corazón, y esa sonrisa aparecerá en la boca, en los ojos, en la piel, o en todos al mismo tiempo, y yo personalmente la siento como compasión.

 

He reflexionado, y sigo reflexionando mucho acerca del Aikido, pero sobre todo , del Aikido inscrito en el Budo japonés y en la tradición marcial japonesa. He reflexionado sobre el samurai y la imagen del guerrero en general. Y siento, que el Valor es el atributo fundamental del ideal del guerrero.

Y de corazón siento que no hay mayor Valor que aquel que mira con compasión y aceptación la Vida, y sobre todo cuando ésta se manifiesta a través de la dificultad o el conflicto.

 

Luis Mochón

lunes, 4 de mayo de 2015

Sogyal Rimpoche: mente y felicidad

https://youtu.be/_g-4rDl_Xwk

Throw it away....

"In my keiko,I often say, 'throw it away!'.
Throw away what? The self.
Throw away that arm that you are using poorly.It's just for an instant.Because you have a 'small self' there,you are not able to move. If you can completely throw that self away,the next movement naturally arises.If you can't move that place that you are being held,throw it away, abandon it and move from where you can move".

Seishiro Endo

jueves, 16 de abril de 2015

Yamaguchi sensei

Stay in motion even when holding tightly
Soft in the beginning, always moving somewhere.
No matter how tightly he grabs.
Move as though you are just walking, slow is fine
In other words completely free

Your movement is flowing so the line of sword is always unimpeded, 
Just like the old stories of warriors. Whose sword work was so fluid.
In that sense fluid yet heavy. Gentle, and yet fierce. 

Budo is full of such opposite concepts.
Movement in stillness, stillness in movement. 
In motion, yet immovable.
They sound like Zen koans. But with our bodies,
We can gain clear understanding of such ideas.
We forge such a body, and such a mind,
Rather than simply trying to learn techniques.

We do this through “right practice” and training.
Then, it no longer matters where or how you are attacked.
Grabbing and being grabbed, attacking and receiving, are one and the same.

In this manner, we learn Tai No Sabaki, as well as true strength.
Try to defeat your opponent, and your technique becomes too forced.
You lose all accuracy. Decisions are clouded. The physically strong tend to depend on their strength. The wise, on their intelligence.
By doing so they lose humility.

Yes, it’s better to be physically strong too,but when the strong stop depending on their strength, and the wise do not depend on their intellect, only then,do both mind and body become truly effective.

Moving naturally, the important thing is the body never becomes stiff.
Don’t become agitated. Keep your feelings quiet. The moment we react, the shoulders tense, and we topple. Keep that in mind.

Try not to think so much of throwing. Walking naturally if your partner pulls you, just let yourself be pulled. Then just sit. The power is in your hara and intention. No need to tense up. Calmly give them something to hold. Then don’t rely on muscular strength. Just let yourself be pulled. Powerful, yet…..

Endo sensei,bases.

https://youtu.be/BWgRD50GMrQ

viernes, 27 de marzo de 2015

jueves, 22 de enero de 2015

El samurai y el pescador

Durante la ocupación Satsuma de Okinawa, un Samurai que le había prestado dinero a un pescador, hizo un viaje para cobrarlo a la provincia Itoman, donde vivía el pescador. No siéndole posible pagar, el pobre pescador huyó y trató de esconderse del Samurai, que era famoso por su mal genio. El Samurai fue a su hogar y al no encontrarlo, lo buscó por todo el pueblo. A medida que pasaba el tiempo  se daba cuenta que el desgraciado pescador se estaba escondiendo…comenzaba a montar en cólera. Finalmente, al atardecer el Samurai enfadado sin límite encontró bajo un barranco al que consideraba un miserable. En su enojo, desenvainó su espada y le gritó: ¡¿Qué tienes que decirme!?.

El pescador replicó, “Antes de que usted me mate, me gustaría decirle algo. Humildemente le pido esta posibilidad.” El Samurai dijo, “Ingrato! Te presto dinero cuando lo necesitas y te doy un año para pagarme y me retribuyes de esta manera. Habla antes de que cambie de opinión!”

“Lo siento”, dijo el pescador. ” Lo que quería decir era esto: Acabo de comenzar el aprendizaje de las Artes Marciales y la primera cosa que he aprendido es éste precepto: “Si alzas tu mano, restringe tu temperamento; si tu temperamento se alza, restringe tu mano.”

El Samurai quedó petrificado al escuchar esto de los labios de un simple pescador. Envainó su espada y dijo: “Tienes razón. Pero acuérdate de esto, volveré en un año a partir de hoy, y será mejor que tengas el dinero o será tu vida la que pierdas” Así marchó.

Había anochecido cuando el Samurai llegó a su casa a varias jornadas de viaje de donde vivía el pescador y, como era costumbre, estaba a punto de anunciar su regreso, cuando se vio sorprendido por un haz de luz que provenía de su habitación, a través de la puerta entreabierta.

Agudizó su vista y pudo ver a su esposa tendida durmiendo y el contorno impreciso de alguien que dormía a su lado. Muy sorprendido y explotando de ira se dio cuenta de que era un samurai!

Sacó su espada y sigilosamente se acercó a la puerta de la habitación. Levantó su espada preparándose para atacar a través de la puerta, cuando se acordó de las palabras del pescador: “Si tu mano se alza, restringe tu temperamento; si tu temperamento se alza restringe tu mano.”

Volvió a la entrada y dijo en voz alta. “He vuelto”. Su esposa se levantó, abriendo la puerta salió, junto a ella salió la madre del Samurai para saludarlo. La madre estaba vestida con ropas que pertenecían a él. Se había puesto ropas de Samurai para ahuyentar a los intrusos durante su ausencia.

El año pasó rápidamente y el día del cobro llegó. El Samurai hizo nuevamente el largo viaje. El pescador lo estaba esperando. Apenas vio al Samurai, este salió corriendo y le dijo: “He tenido un buen año. Aquí está lo que le debo y además los intereses. No sé cómo darle las gracias!”

El Samurai puso su mano sobre el hombro del pescador y dijo: “Quédate con tu dinero. No me debes nada. Soy yo el endeudado.”

lunes, 19 de enero de 2015

Fe.....no me importa (budismo zen)

En otros tiempos, un joven monje presa de dudas no podía comprender qué había que hacer para creer, para tener fe. Fue a ver a su maestro y le preguntó si podía esperar que en el futuro comprendería, aunque lo fuera un poco.

-No es necesario comprender -respondió el anciano maestro.
-Si no comprendo, ¿cómo tener fe?
-Inútil tener fe - dijo el Maestro.
-Entonces, no entiendo nada - dijo el monje.
-Lo único que necesitas es una fuerte certeza - replicó el Maestro.

Anochecía, y el anciano maestro salió del templo con su discípulo. Apuntando hacia el cielo con el dedo, le preguntó:

-¿Ves la estrella que brilla allí arriba?
El joven miró en la dirección indicada y respondió:
-Sí, la veo.
-¿Ves ahora esa otra que está justo al lado?
-No hay ninguna al lado - dijo el discípulo.
-Mira bien - agregó el Maestro.

Y efectivamente, el discípulo percibió una estrella casi invisible. Si trataba de mirarla directamente, no la veía; en cambio, si la miraba ligeramente de soslayo, la estrella se volvía perceptible. El Maestro le dijo entonces:

-Es lo mismo que la certeza. Comprender es ver la estrella que brilla; tener fe, es estar seguro de que existe una estrella aunque uno no la vea; la certeza interna es saber que existe aunque no se le perciba claramente. He utilizado esta metáfora para educarte, ahora debes comprender por tí mismo.

Al joven monje le impresionó muchísimo la sabiduría de su maestro, pero se preguntaba cómo podía éste saber que había una estrella invisible justo en ese sitio.
El Maestro le dijo entonces:
-Las estrellas son innumerables; creo que tú y yo no mirábamos la misma. El número de estrellas es tan grande, que siempre existe una invisible, en cualquier lugar, que solo se puede ver si se mira sin mirar.


Un pobre hombre vino a pedirle a Eisai dinero para comer.

Eisai buscó por todo el templo, pero no enconó ni una sola moneda. Entonces cogió la aureola de oro de la estatua de Buda y se la dió al hombre. Muchos monjes estaban escandalizados con su conducta. Le dijeron:

-¡Irá usted al infierno por haber hecho eso!
Pero Eisai les contestó:
-No me importa.


miércoles, 14 de enero de 2015

Concentración

Después de ganar varios concursos de arquería, el joven y jactancioso campeón retó a un maestro Zen que era reconocido por su destreza como arquero. El joven demostró una notable técnica cuando le dió al ojo de un lejano toro en el primer intento, y luego partió esa flecha con el segundo tiro. "Ahí está", le dijo el viejo, "¡a ver si puedes igualar eso!". Inmutable, el maestro no desenfundo su arco, pero invitó al joven arquero a que lo siguiera hacia la montaña. Curioso sobre las intenciones del viejo, el campeón lo siguió hacia lo alto de la montaña hasta que llegaron a un profundo abismo atravesado por un frágil y tembloroso tronco. Parado con calma en el medio del inestable y ciertamente peligroso puente, el viejo eligió como blanco un lejano árbol, desenfundó su arco, y disparó un tiro limpio y directo. "Ahora es tu turno", dijo mientras se paraba graciosamente en tierra firme. Contemplando con terror el abismo aparentemente sin fondo, el joven no pudo obligarse a subir al tronco, y menos a hacer el tiro. "Tienes mucha habilidad con el arco", dijo el maestro, "pero tienes poca habilidad con la mente que te hace errar el tiro".

lunes, 12 de enero de 2015

El espíritu lo más importante....

 Artes Marciales

Esto es un fragmento del libro Zen y Artes Marciales de Taisen Deshimaru, creo que vale la pena tomarse un rato de tiempo y leerlo:
Pregunta: A propósito de los exámenes de acceso para adquirir los grados de Dan, un maestro nos dijo un día que tres cosas eran importantes: shin, wasa, tai...el espíritu, la técnica, el cuerpo. ¿Cuál es la más importante?

Respuesta: En las Artes Marciales como en el juego de Go, conocer bien la técnica es muy práctico. Sucede a veces que en un ser joven el cuerpo sirve de elemento fundamental, mientras que en un hombre de más edad, técnica y espíritu predominan. De hecho, lo más importante es shin, el espíritu. Después viene la técnica y el cuerpo. En los demás deportes, sobre todo en Occidente, la fuerza del cuerpo debe ser la más desarrollada. No es este el caso en las Artes Marciales; en Judo, el cuerpo debe ser formado, pero es secundario en relación a la técnica y al espíritu-intuición necesario para aplicarlo bien. Si técnica fuerte y cuerpo fuerte luchan juntos, es la técnica la que vencerá. Si un espíritu fuerte combate una técnica fuerte, es el espíritu el que vencerá ya que sabrá encontrar el punto débil. 
Se conoce la historia del samurai que, después de una riña, combatía con un obrero. Aquel le hizo un hábil estrangulamiento mortal y el obrero se ahogaba cuando, en la punta de sus dedos, palpo los testículos de su adversario, los cuales agarro y apretó con todas sus fuerzas. Al cabo de algunos instantes, el samurai estuvo obligado a soltar presa, vencido...
El entrenamiento no debe estar concentrado únicamente sobre el desarrollo del cuerpo. 
Evidentemente, en los torneos modernos, no se lucha a vida o a muerte, sino para ganar puntos: por lo que la fuerza del cuerpo y la técnica es suficiente. 
En los tiempos antiguos, era completamente de otra manera puesto que la vida se encontraba en juego: entonces la intuición lo decidía todo, como último recurso.
Hoy día, se debería volver a encontrar esto; en cada combate, hacer como si la vida dependiera de el, incluso con los sables de madera. Entonces, las Artes Marciales encontrarían su verdadero lugar; la practica de la vía. Si no, no se trata más que de un juego...
Fuerza de cuerpo, técnica y fuerza de espíritu están, de hecho, más o menos en igualdad, pero es siempre shin, el espíritu, el que decide el resultado del combate.

Pregunta: ¿Pero por que el espíritu es lo más importante?

Respuesta: Porque, a última hora, es él quien decide.
En las Artes Marciales japonesas, desde los tiempos antiguos, un solo gesto justo provocaba la muerte. De aquí viene la lentitud, la concentración de los movimientos antes del ataque, Un golpe, y se acabó: un muerto, algunas veces dos, si se daban los golpes justos. Todo se juega en un instante. En este instante, el espíritu decide todo, técnica y cuerpo lo siguen. En todos los deportes de hoy día existe un tiempo de espera. En las Artes Marciales no hay tiempo de espera: si se le espera aunque solo sea un poco, el espíritu debe estar sin cesar concentrado sobre la situación, dispuesto a atacar o reaccionar. De aquí su importancia primordial.

Pregunta: Pero ¿cómo elegir la técnica de ataque?

Respuesta: No es cuestión de elegir. Ello debe hacerse inconscientemente, automáticamente, naturalmente.
El pensamiento no puede intervenir ya que si no, hay tiempo de espera, por consiguiente fallo. La conciencia permanente, despierta de la situación global es pues esencial para que surja el gesto justo: la conciencia selecciona un golpe, técnica y cuerpo parten hacia delante. Y se acabó.

Pregunta: Por ejemplo en Kendo. Hay un golpe llamado debana wasa: se trata de atacar antes de que el adversario lo haga, de golpear antes de que él golpee. Por consiguiente, en esta técnica del debana, la intuición es en efecto muy importante.

Respuesta: ¡La intuición es siempre esencial! Si el adversario os da un golpe inesperado, debéis tener entonces la intuición de la parada, la conciencia de la huida. ¡Para salvaros del golpe! Conciencia que provocará la reacción del cuerpo y de la técnica apropiada. ¡Pero si pensáis en ese momento: “Debo utilizar tal o cual técnica”, en el instante de vuestro pensamiento, seréis tocado! La intuición desencadena el cuerpo y la técnica. Cuerpo y conciencia se unen: se piensa con el cuerpo entero, se emplea totalmente en la reacción.
Es por esto por lo que es difícil hacer categorías sobre la importancia o la jerarquía de shin, el espíritu, wasa, la técnica, y tai, el cuerpo. Deben estar unidos, No separados. Es su perfecta unión la que crea el acto justo. No su separación. La unidad total.
En las Artes Marciales japonesas, la Vía del sable, el Kendo, ha sido considerada siempre como el arte más noble de combate, ya que es la que mejor une estos tres factores: conciencia-intuición, cuerpo y técnica.

Taisen Deshimaru

jueves, 8 de enero de 2015

Eficacia....


Ito Ittosai, incluso después de haberse convertido en un experto y en un profesor famoso en el arte del sable, no estaba satisfecho de su nivel. A pesar de sus esfuerzos, tenía conciencia de que desde hacia algún tiempo no conseguía progresar. En efecto, los sutras cuentan que el Buda se sentó bajo una higuera para meditar con la firme resolución de no moverse hasta que no recibiera la comprensión última de la existencia del Universo. Determinado a morir en ese mismo sitio antes que renunciar, el Buda realizó su voto: despertó la Suprema Verdad.

Ito Ittosai se dirigió pues a un templo con el fin de descubrir el secreto del arte del sable. Durante 7 días y 7 noches estuvo consagrado a la meditación.

Al alba del octavo día, exhausto y desalentado por no haber conseguido saber algo más se resignó a volver a su casa, abandonando toda esperanza de penetrar el famoso secreto.

Después de salir del templo tomó una carretera rodeada de árboles. Cuando apenas había dado unos pasos, sintió de pronto una presencia amenazante detrás de él y sin reflexionar se volvió al mismo tiempo que desenvainaba el sable.

Entonces se dio cuenta que su gesto espontáneo acababa de salvarle la vida. Un bandido yacía a sus pies con un sable en la mano.