Ser como un faro.
Erguido y luminoso.
Sus paredes son redondeadas, para ofrecer menos resistencia al viento y al mar, pero sus cimientos son pétreos, fuertes e inquebrantables.
Cálido en su interior.
Inamovible y fuerte en su exterior.
Impasible ante las tormentas y las olas.
Referente de la seguridad... de la tierra.
Siempre manteniendo su luz.
Listo para guiar a cualquier barco perdido.
Referente del camino.
No va... No viene.. Siempre está...
No fuerza, ni siquiera indica, sólo está diciendo: soy.
Al verlo detrás de la oscuridad, o la tormenta, despierta nuestra seguridad, recuerda nuestra calidez, nos invita a fortalecer nuestro soy cuando estaba a punto de desaperecer, frío, perdido.
Vivió miles de tormentas, y las vivirá
La luz se rompió cientos de veces, y la volvió a encender
Y ahí continúa, siempre siendo faro.
L.
Este blog trata sobre la via que marca mis pasos: el Aikido. Y por supuesto de todas esas cosas que considero relacionadas con el principio del Aiki. Aquí podréis compartir conmigo el camino que empecé hace años y que hoy toma la forma física de una escuela de Aikido,y sobre todo un montón de alumnos a los que les debo algo tan importante como es la posibilidad de dedicarme a mi pasión.A todos vosotros, mis alumnos, os doy las GRACIAS por permitirme crecer, por permitirme VIVIR.
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