miércoles, 28 de febrero de 2018

Ma ai





Después de mis 23 años de práctica del Aikido (y algun otro arte marcial por el camino) considero que el pilar esencial del Budo y del Aikido,  como parte de él, es el "Ma ai".
Siento que el correcto "ma ai" es la puerta de entrada del Aiki.
Sin lugar a dudas el sentir el momento y el lugar adecuado en cada situación, es lo esencial, para activar la armonía innata de las cosas y acciones (Aiki).
La consecución de un correcto "ma ai" requiere de un estudio amplio y profundo a distintos niveles del ser, o como decía O sensei, creo que el correcto" ma ai" aparece en el momento en que hemos "unificado cuerpo y mente".
El estudio del "ma ai" en el entrenamiento diario necesita de una práctica intensa, de un encuentro lleno de intensidad marcial. Cuando hablo de intensidad, no necesariamente estoy refiriéndome a intensidad física, ésta puede estar o no. Me estoy refiriendo a un estado mental y físico enfocado, concentrado, que hace que cada gesto, cada movimiento esté lleno de verdad, de presencia, que en el caso de uke, convierte cada acción en peligro para el centro de tori y en el caso de tori supondría  la desestabilizaión del centro de uke, mientras éste mantenga su intención de ataque.
Es en una atmósfera como ésta, donde es posible forjar nuestra mente y cuerpo, para que cada movimiento o cada instante de quietud o espera,  ocurran en el momento y espacio correctos, con el consiguiente efecto que ésto supondrá en tori o en uke.
Creo que como tori, el centrarnos en el momento del encuentro con el atacante (de ai), y en el momento adecuado en cada instante de la relación , atento a cada movimiento en la intención de uke(kimochi), es la esencia del Budo y por lo tanto del Aikido.
Si el "ma ai"  es correcto,  la "forma" pierde importancia, de hecho creo que una forma compleja y elaborada es fruto del fracaso en el "ma ai".
Sin embargo, el estudio de algo así requiere como decía,  de un trabajo profundo, intenso y que implica a los diferentes niveles del ser humano (Físico, emocional, mental, espiritual), y a ésto no todo el mundo está dispuesto, ya que requiere mucha implicación y sacrificios.
Mi sensación es,  que en muchos casos, se ha tomado el camino contrario, el camino unicamente de la "forma", de la kata. 
Para mí el origen de la "formas",  posiblemente,  fueron movimientos que, en un momento determinado y con el "ma ai"  correcto, generaron un beneficio en combate, en la mayor parte de los casos. Tras obtener el beneficio (vencer o sobrevivir en la lucha y más adelante en la práctica del dojo) se realizó la reflexión sobre el movimiento, mejorándolo incluso con el tiempo, para conseguir la mayor funcionalidad posible de su estructura y ejecución,  a la vez que se establecían unos elementos fijos definitorios, que permitieran la transmisión a lo largo del tiempo. 
Pero no deberíamos olvidar que es el "ma ai" correcto el que hizo y hace  que cualquier movimiento sea efectivo. De manera que podríamos afirmar que la kata necesita de un "ma ai"  correcto, pero un "ma ai" correcto podría no necesitar de la kata.
En la actualidad, no en todos los casos, la "forma" se ha convertido en la religión del aikidoka (cuando voy escribiendo mis reflexiones no puedo dejar de sentir que lo que estoy expresando se ajusta a otras facetas de la vida).
No solamente se ha enfocado el estudio por completo en la forma, y en crear la atmósfera necesaria 
(uke)para que ésta se desarrolle lo mejor posible, sino que además creo que se ha potenciado e incluso complicado, volviéndose más rebuscada, menos sencilla y natural.
Es cierto que el estudio de la forma es algo más fácil de afrontar, requiere una menor implicación por parte del budoka, o por lo menos una implicación a menos niveles del Ser.
Para mí,  la "forma" que estudiamos,  debería ser lo más sencilla y natural posible, centrándonos en sentir en cada momento el "ma ai" correcto de cada acción, de cada contacto, de cada intención. Además mi experiencia es,  que si la forma es sencilla, podemos experimentar mucho mejor el timing(ma ai) correcto, centrándonos, como me gusta decir, en "la respiración del encuentro" , actuando asi  en consecuencia como parte de la misma.
Una mente despierta y no apegada y un cuerpo relajado y disponible,  creo que son las herramientas básicas para poder actuar en cada momento y lugar de la manera adecuada.
 De manera que a través de la práctica,  deberíamos desarrollar una mente despierta, lo menos atrapada posible a conceptos, pensamientos o emociones, que nos permita ser uno con la acción en cada situación (ma ai), sin bloqueos ni derroches de energía. Y un cuerpo adaptable, móvil, cambiante, que sea un sensor receptor y un instrumento catalizador de la resolución del encuentro, todo desde el "ma ai" adecuado a cada instante.

La finalidad de mi estudio diario está centrada en la obtención o desarrollo de estás capacidades mentales y físicas, desarrollando movimientos y formas lo más naturales posibles, acompañadas de un estado mental despierto y neutro, que permita acceder al
"ma ai" correcto en cada situación, empezando por supuesto por el "de ai" o momento del encuentro.
Para el estudio de todo ésto, en mis clases, intento crear una atmósfera de intensidad marcial, a través de un trabajo enfocado y preciso, y un uke activo, presente, dinámico y de ataques intensos , todo con la finalidad de adentrarnos en el estudio de este concepto que considero esencial en el Budo,  que es el "Ma ai" .

Luis Mochón.



sábado, 3 de febrero de 2018

El instante

Toda la creatividad nace de la fuente del instante. Es una explosión de vida perpetuada, sostenida, inacabable, eterna, pero con la percepción de transitoria, nueva e incompleta.
El instante es lo único que existe.
Es tiempo y espacio no mensurables, que necesitan de la separatividad ilusoria para ser rastreados, mapeados, atrapados.
Todo ocurre en el instante.
Sólo puede ser vivido, o mejor dicho, somos vividos por él, convirtiéndose en lo único real, es la medida de la existencia, de la creación, es donde todo aparece y desaparece, donde todo ocurrió, ocurre y ocurrirá... ocurriendo.
La exaltación del instante, el culto y la recreación en él, creo que debe ser objetivo de nuestro camino. Nuestra práctica como ofrenda del instante, nuestra vida, como sinfonía del mísmo. La acción pura como la canalización del instante, su expresión, la celebración de sí.
Alimentar, potenciar, recrear el instante. Maniobrar con éxito en la marejada del ahora, sin más navío que la acción.
Muchas veces observo senseis que intentan matar el instante, frenarlo, diseccionarlo hasta su extenuación. En estos casos, no puedo evitar sentir como la propia respiración del universo, el acto creativo, se ve afectado, entrecortado, como la respiración ahogada y superficial de una crisis respiratoria.
Creo que es un intento de controlar lo incontrolable, pues ya es controlado de sí.
El instante es uno, eterno, inmenso, dotado de infinitas posibilidades. Nuestra capacidad de control como algo ajeno, separado que controlar, es imposible, ya que somos parte del instante...el instante es parte de nostros. Todo ocurrirá como ocurre , lo único que nos queda es elegir la calidad de nuestra participación en el instante, cumpliendo así nuestra misión como parte del mismo, definiéndonos en la acción pura como ser-instante.
Cuando alguien intenta controlarlo, lo que se ve y se siente es algo extraño, anti natural, artificial, rígido, fuera del latido del momento, dando lugar a un instante diferente, que no es otro que el instante ilusorio, relativo, artificial. En nuestras vidas hay muchos de éstos, incluso algunas están construidas sólo por este tipo de instantes, dejando de ser respiradas, vividas,  pasando a ser vidas redactadas, elaboradas, demostradas...
El instante brilla, ilumina,deslumbra, sorprende.
El instante crea, respira, late,fluye.
Soy el instante escribiendo sobre instantes... durante un instante.

L.
(Luis Mochón Corredor)