lunes, 4 de enero de 2021

Paréntesis o vivir




El miedo mantiene en estos momentos a muchas personas en un estado de paréntesis, como con una idea de no moverse, para no ser descubierto o como el avestruz que entierra la cabeza hasta que todo pase. 

Pero esta actitud, significa para mí, algo así como un paréntesis en el vivir.
Recuerdo  momentos como el 11s o el 11m, que provocaron en mi entorno familiar un cierto miedo,durante años, a  que  viajara en avión,o miedo de ir a Madrid o a Barcelona después de su atentado reciente, como también surgieron este tipo de miedos, cuando viajaba a Israel en determinados momentos por ejemplo. Incluso yo, que parte de mi trabajo es viajar, he sentido temor por todo esta clase de situaciones,aunque nunca he permitido que un miedo me paralice, y mira que tengo unos cuantos). También recuerdo aquella época en que el Sida golpeó fuertemente a varias generaciones, y hasta que no se tuvo un mayor conocimiento, se implantaron muchos tabús y miedos, que hoy vemos innecesarios, a la luz del conocimiento.
Pero entonces, en todos estos casos, se desarrollaron medidas a seguir, para poder continuar con la vida, y así, poder seguir viviéndola intensamente.
Actualmente, en esta marco de pandemia que estamos viviendo, conocemos las medidas de protección que son necesarias para intentar evitar el contagio de este Coronavirus, aunque por supuesto, y es algo que en la sociedad del bienestar no se entiende, el 100% de seguridad no existe en nada, ni nadie puede asegurarla.
Tengo el íntimo convencimiento, que es peligroso permitirle al miedo llevarnos a vivir en un paréntesis vital,porque seguramente, esto no es un paréntesis, esto, actualmente,y posiblemente "mañana, pasado y el otro", es la vida en uno de sus constantes cambios. 

Usar las medidas necesarias y continuar con nuestras vidas, se hace algo imprescindible, como ya hicieron nuestros antepasados en épocas de epidemias, guerras, atentados, catástrofes naturales, etc...El estado del bienestar en el que vivimos, nos ha restado mucho coraje de vivir, de luchar por vivir de acuerdo a unos principios, a unos anhelos vitales, que parecen ahora  en peligro, y que la sociedad del bienestar, nos ha vendido como gratuitos o como derechos hereditarios de nacimiento. 

El valor para vivir es siempre importante, la vida no es algo fácil, y requiere de valor para afrontar muchas situaciones y decisiones, pero ahora es más evidente que nunca.

Un paréntesis de vivir, promovido por el miedo, con sus diferentes nombres, puede dejar heridas incurables o perpetuar el aislamiento para siempre, ya sea físico o psico-emocional, viéndose así nuestra vida reducida a casi nada, o reducida sólo al mundo digital o virtual, que crea un abismo de distancia con la vida natural.
La ciencia nos da las medidas a tomar, pues bien, hay que tomarlas,aplicarlas, e intentar vivir plenamente. Creciendo día a día, con nuestras búsquedas y pasiones, con nuestros sueños y anhelos, o la humanidad, quedará reducida a su mínima expresión.
Por supuesto el mundo digital es ya una nueva realidad, y para mí, no es negativa. Lo que considero negativo, es pensar que esa realidad puede sustituir a la realidad más natural, que es la esencia del ser humano y del propio mundo. La realidad de la presencia física, del usar nuestro cuerpo para movernos, trabajar, jugar, disfrutar, estudiar,sudar, esforzarse.... Mirar a los ojos, tocar, sentir frío, calor, sentir la lluvia, el sol, la naturaleza...
El ser humano, en tanto parte de la naturaleza, necesita conectar con ella, y es la acción corporal la que conecta nuestro ser con los ciclos vitales propios y de nuestro entorno natural y es también la forma de actualizar nuestro espíritu de acuerdo a su experiencia humana.
Compartir con otras personas, mirarnos, tocarnos, comunicarnos.... es algo esencial de nuestra naturaleza humana.
Confiemos en la ciencia, en las medidas de protección, seamos responsables en el uso de ellas, pero no paremos de vivir, no reduzcamos nuestra humanidad por miedo.
La sociedad del bienestar nos ha vuelto cobardes, débiles y egoístas, y este virus lo está poniendo de manifiesto. Y por supuesto, también están  aquellos que ya no se encontraban cómodos en esta sociedad, o que con la aceleración que estamos viviendo hacía la deshumanización, han reaccionado. Como decía, estas personas, sí han mantenido el coraje, cuando todo se ha venido abajo, el coraje de seguir viviendo, haciendo y siendo, a través de la capacidad de adaptarse, algo tan esencial para la supervivencia. Protegiéndose y protegiendo a los demás, pero no permitiendo que la chispa de vivir entre en "stand by", o que la vida sea algo en diferido, sino que continúe brillando y de manera " Presencial", incluso más intensa si cabe.
"No es saludable estar adaptado a una sociedad profundamente enferma".
Esto decía Krishnamurti, pues bien,
habría que preguntarse:¿estoy adaptado? ¿Incluso cómodo, en esta sociedad actual desnaturalizada y deshumanizada, a esta vida en diferido?
¿Prefiero mirar la vida desde una ventana para sentirme más seguro,porque vivir directamente es peligroso?.
Esto no es un paréntesis, no es una hibernación de meses, esto es la vida, que continúa sin parar su camino, como un río poderoso, que siempre estuvo lleno de cambios y transformaciones,y esos cambios, incluyen peligros, enfermedad y muerte, aunque la modernización y el "avance" social nos haya hecho pensar, que nada cambia y que los peligros o no existen o están controlados y que la muerte les pasa a otros. 

Recordando al hombre prehistórico que fuimos(y que creo no es tan diferente del actual) , me pregunto:
¿Qué elijo? ¿mantenerme en mi cueva, por miedo a los "animales depredadores"del exterior?
O ¿ Cojo mi arco y mi lanza y salgo a investigar el entorno de mi cueva y todo lo que me rodea, ampliando así mis horizontes vitales, haciendo uso del privilegio de mi humanidad, aún a riesgo de ser atacado por un depredador y morir?.
Y no quiero terminar sin referirme a aquellos que no toman medidas y que actúan con un total egoísmo poniendo en peligro a los demás. Eso que hacéis no es vivir plenamente. Es otra manera de deshumanización, otra plasmación del miedo, del miedo a ser responsable, a ser proactivo en mitad de los cambios. Miedo a perder el maravilloso bienestar que nos mantiene pasivos, cobardes, débiles y apesebrados, con las barrigas llenas y la cabeza ocupada. Entonces se elige correr hacia adelante, con una venda en los ojos,como si no existieran los cambios,pensando que huyendo hacia adelante, sin mirar, todo seguirá igual...pero  cuando se hace esto, sin arcos, sin lanza y sin nada, no lo dudes, te comerá un tigre a los pocos metros de tu cueva....
L.