viernes, 20 de enero de 2012

La mente recta y la mente confusa

"La mente recta, es la mente que no permanece en un lugar concreto, es la mente que se extiende a través de todo el cuerpo y de todo el ser.
La mente confusa, es la mente que al pensar en cualquier cosa, se inmoviliza allí.
Cuando la mente recta, se inmoviliza y se establece en un lugar, se vuelve una mente confusa. Cuando la mente recta se pierde, deja de funcionar aqui y allí. Por este motivo es importante no perderla.
Sin permanecer en lugar alguno, la mente recta es como el agua. La mente confusa es como el hielo, que no sirve para lavarse las manos o la cabeza. Cuando el hielo se funde, se convierte en agua, que fluye por todos lados y sirve para lavar las manos, los pie o cualquier cosa.
Si la mente se inmoviliza en un lugar y permanece en cualquier cosa, es como el agua congelada y no puede ser usada libremente, es como el hielo que no puede ser usado para lavar las manos o los pies.
Cuando la mente se vuelve fluida, es usada como el agua, se extiende a través del cuerpo y puede ser enviada hacia cualquier lugar que se quiera. Es la mente recta."

Takuan Soho (1573-1645), figura central del zen japonés en el siglo XVII.

lunes, 9 de enero de 2012

El Aikidō es el camino de la realización de la identidad de uno mismo y el universo. Masahisa Goi y Morihei Ueshiba. Extraído del libro Takemusu Aiki

Después de las palabras del Maestro Ueshiba de aquel día y en mi opinión, fruto de la lectura del libro sobre el aikidō, pensé que la vía considerada como un budō, llamada "aikidō", tiene por principio el hecho de la actuación vacía, de la que resulta el movimiento libre y sin obstáculo, así como el movimiento de la gran armonía y del ki-amor. En otras palabras, la actuación vacía consiste en reducir a nada sus pensamientos egoístas. El venerable Ueshiba Morihei siendo alguien que se despertó por el cuerpo a este principio y que lo pone en práctica de una manera corporal, era para mí un gran hombre que quería conocer. Eso era exactamente lo que decía Ueshiba: "El aikidō, no es una técnica para luchar contra un enemigo o vencerle. Es la vía de la armonía del mundo, que convierte el género humano en una misma familia. El sentido profundo del aikidō, es armonizarse con el movimiento del universo y unirse uno mismo con el universo. El que entiende el sentido profundo del aikidō, el universo está en su propio vientre porque "yo mismo soy el universo". Me he despertado a dicho concepto mediante el bu . Sea cual sea la velocidad con la que me ataca un enemigo, no me ha derribado. No es porque mi técnica es más rápida que la de mi enemigo. No es cuestión de rapidez o de lentitud. Es porque, desde el principio, la lucha está decidida. Es porque el enemigo, al intentar luchar "conmigo que soy el universo", intenta romper la armonía del universo. En otras palabras, en el instante en el que piensa luchar contra mí, el enemigo ya está vencido. Es porque ahí ya no existe en absoluto la duración del tiempo como la lentitud o la rapidez. El aikidō, es el principio de no resistencia. Es porque se trata de no-resistencia que él gana desde el principio. Por lo tanto, las personas malintencionadas, de corazón luchador, pierden desde el principio. Entonces, ¿cómo es posible purificarse de su propia hostilidad, purificar su corazón y armonizarse con el trabajo de las diez mil cosas del universo? Para ello, primero debemos convertir el corazón de Dios en nuestro propio corazón. Lo que se extiende abajo,arriba, en las cuatro direcciones, desde el pasado hasta hoy, hasta los confines del universo, es "el Amor". "El Amor no es pelea." "En el Amor, no hay enemigo." Es porque el corazón que convierte a alguien en su enemigo, que lucha contra alguien, no es todavía el corazón de Dios. Quienquiera que no esté en armonía con esto no puede armonizarse con el universo. El del que no se armoniza con el universo es el bu  de la destrucción, no es el takemusu de la verdad . Por lo tanto, convertir actos del bu en técnicas de combate, ganar, perder, no es el bu de la verdad. El bu de la verdad, en todas sus ocurrencias, es absolutamente invencible. Absolutamente invencible, en otras palabras, es absolutamente el hecho de no luchar, con quien sea. Ganar, es dominar el "corazón belicoso" en el centro de su propio corazón, es llevar a cabo su propia misión. Sin embargo, aunque nos podamos fácilmente convencer de esta teoría, si el individuo no la pone en práctica, no puede superar el estado de hombre ordinario. Al practicar el aikidō, por primera vez, una gran fuerza se adjunta, y uno se vuelve capaz de realizar la unión dentro de la Gran Naturaleza misma." Tales son las afirmaciones. Si esto no es la palabra de Dios, ¿entonces qué es? Dicha palabra es la palabra de la vía de la religión misma. Si se predica esta palabra como la palabra misma, tal un pensamiento teórico, no hay vida en ella y a pesar de que sea palabra de verdad, no puede bastar para tocar el corazón del hombre. Sin embargo, en lo que se refiere al venerable Ueshiba, esta palabra despierta la conmoción porque, puesta en práctica, resulta que el hecho de perder contra alguien no existe. En cuanto a mí, al escribir estas palabras, me entra una gran emoción que me calienta el pecho.

miércoles, 4 de enero de 2012

Clases especiales para fin de año y para comenzar el año

Para los últimos dias del año tuvimos la extraordinaria suerte de contar, gracias a las vacaciones navideñas, con la presencia de Inma de 8 años, hija de nuestro compañero Francis. Su sensibilidad, su nobleza, su seriedad, su voluntad, su valentía y su luz nos contagió a todos en una fantástica práctica, donde creo que todos aprendimos muchísimo sobre el Aikido.
La sensación que nos quedó a todos tras la clase fue extraordinaria. Creo que todos mejoramos ese día nuestra comprensión sobre el Aikido....sólo me queda darte las gracias Inma.
En esos días también se unió a nosotros mi hija Maena de 5 años. Ella hasta ahora había sido una aikidoka visual, y de "segundo tiempo" es decir al terminar la clase se lo pasaba bomba haciendo técnicas y caidas con sus "amigos"(así llama ella a nuestros amigos más íntimos) Luis y Guille sobre todo. Pero esta vez, impulsada por la valentía de Inma, ella se animó a participar en clase como uno más. De manera que la magia, que ya había llegado con Inma, se potenció muchísimo con la inocencia y la risa de mi hija, de Maena. Es mi hija, la conozco muy bien y sé que hizo un gran acto de valentía al entrar en clase..... esas decisiones llenas de valentía Maena, son las que harán que tu vida merezca la pena, estoy muy orgulloso de tí Hija.

Ele, creo que algo bien estamos haciendo ¿no crees?, por cierto, te quiero.

Ella nos regaló su mágia al tocar, al moverse, al caerse , al reirse, al actuar como debía en cada momento, sólo quería ser uke, y no paraba en su empeño de intentar hacerlo correctamente, con su cuerpecito de 5 años.
Por supuesto no dejé pasar este maravilloso regalo que nos hizo la navidad, y las estuve sacando al centro constantemente de uke, porque su trabajo era ejemplar, su sentido del movimiento y del contacto y la energía inocente y pacífica que transmitían, todos mejoramos, desde lo más profundo de nuestro ser a lo más evidente de nuestros movimientos.

Y llegamos a hoy, otro gran regalo, traido de la mano de nuestro compañero y amigo Hatim.
Las personas que nos han visitado hoy, al contrario de lo que nos pudieran decir sus historias personales , nos han traido un montón de regalos: nobleza, capacidad de sorpresa, aceptación, alegría y yo he percibido una gran inocencia, eso sí muy lastimada y atacada por la vida en un mundo de desigualdad e injustica, donde, si te toca nacer en paises de "segunda" y en entornos llenos de pobreza(la pobreza tiene muchas caras, no sólo económica, es decir, nuestro país tiene mucha pobreza) lo pagas muy caro.
Hoy he recibido un regalo enorme, como miraban!!! al explicar las técnicas.
Gracias por aceptar lo que os proponia, gracias por vuestras miradas, gracias por intentarlo constantemente de corazón, gracias por dudar!!, y desde esa duda seguir y seguir.
Y sobre todo gracias Hatim, por darnos la posibilidad de experimentar todas estas sensaciones, por recordarnos que no somos el centro del mundo, por iniciar con ellos el proyecto del Aikido para que el aiki cambie sus vidas, y sobre todo por permitirnos sacar lo mejor de nosotros a través de la práctica de hoy.

Bueno , en resumen, estos han sido de los mejores días para mí en la práctica de Musubi desde que comenzamos hace 9 años.Mala época para dejar de entrenar jajaja!!!
Un abrazo a todos!!!, y los que estáis volviendo, hacedlo rápido os estamos esperando.
También quisiera deciros a los que un día nos dejásteis "temporalmente", que ya hace demasiado tiempo, y que es momento de que volváis, se os echa de menos.

Luis

domingo, 1 de enero de 2012

El Waza.

"[...] En el arte la repetición continua de los gestos técnicos es el medio de progresión que lleva hacia hacia la perfección buscada. [...] Como en las artes marciales, está presente en cada forma del arte tradicional japonés. En un arreglo floral, en la ceremonia del té, en un jardín en miniatura, en una pintura o caligrafía, etc., en el momento de mayor perfección, el hombre se adapta al ritmo del universo que,según el pensamiento búdico, está presente tanto en él como en todas las cosas.
¡Es el kami-waza! (literalmente, "técnica", waza, "del Dios", kami): actualmente esta expresión todavía designa, en arte japonés, una técnica que parece perfecta o que se halla en la cúspide. El hecho de poder asociar las dos palabras dios y técnica es significativo de la concepción japonesa del hombre técnico. La línea divisoria se sitúa entre la concepción de la técnica objetivada y otra en que la técnica es inseparable del hombre que la pone en acto (waza).
A la noción de técnica objetivada, corresponde el término gi-jutsu,
que se acuñó hacia finales del pasado siglo para traducir la noción occidental, y que sirve para designar la técnica en la producción industrial (el término ortografiado jutsu es el mismo que , con una deformación de pronunciación, se fijó en nuestra lengua con la forma jitsu en jiu-jitsu). La concepción occidental de la técnica la subordina bien al arte, bien a la ciencia. La técnica es un medio. La escisión entre técnica y ciencia se desarrolló con la división del trabajo en el sistema de producción capitalista. La relación entre el ámbito de las ideas (el de la razón, el de la ciencia) y el ámbito técnico (proceso de realización, función del cuerpo) ya no parece inmediato o dado, sino que es objeto de una mediación y debe constituirse de forma constante.[...]
Waza, más antigua, desgina la técnica en el ámbito de las artes. Según el Kokugo-dai-jiten (99), el término waza significa el gesto o acto que tiene un significado profundo o que se realiza con una intención considerable; el acto de hacer algo a sabiendas; el acto o ceremonia búdica; el acto que tiene un objetivo preciso y que se ha vuelto normal; el trabajo, el deber, la profesión; el acontecimiento; la técnica, el medio, la capacidad; la desgracia, lo siniestro, la maldición. En esta acepción el acto, y por lo tanto el hombre, está en la técnica. Por otro lado, ésta no es un medio de realizar un objetivo concebido.
La técnica (waza) está vinculada al cuerpo. El pensamiento y la realización por medio del cuerpo apenas se distinguen y no existe relación de subordinación entre uno y otra. El proceso es en sí mismo un objetivo. La conciencia de la concepción y la del acto no están separadas y están enraizadas en el gesto, es decir, el cuerpo en el sentido pleno del término. La herramienta es una prolongación del cuerpo, sin más.
La realización, al menos en lo que tiene de decisivo, se efectúa en un momento de intuición en el que el cuerpo y la mente se funden. La reflexión lógica no falta, pero está limitada por el modo de realización. Por ejemplo un artesano que fabrica un sable tiene tiempo de pensar, de calcular mientras realiza los trabajos de preparación pero, cuando golpea el acero, su mente debe estar vacía y debe descartar cualquier otro pensamiento. El momento de templar o terminar la hoja requiere una atención decisiva. El artesano debe captar el momento en que es sólo uno con el objeto que fabrica. Asi mismo, en caligrafía, en pintura, en escultura o alfarería destacan instantes decisivos e irreversibles donde el ejecutor es uno con el objeto. Esos instantes están marcado por un tipo de respiración particular. Los esfuerzos del técnico tienden a fundir pensamiento y acción, a existir en tanto que unidad. La técnica divina kami-waza obedece a una fusión perfecta o unidad."

Extraido del libro Miyamoto Musashi
de Kenji Tokitsu.