jueves, 19 de agosto de 2021

La maestra naturaleza.

“Contemplad detenidamente la corriente de un río de montaña. Aprended de la vista del agua fluyendo entre las peñas la adaptabilidad infinita del cuerpo.
Escuchad o leed un sutra de gratitud y aplicarla al budo. Aprended mirando detenidamente cada aspecto de la verdadera forma del cielo y de la tierra. Alcanzad la iluminación, reflexionad y aprended, esto se debe repetir una y otra vez.
Básicamente para una persona que entrena aikido, es vital interiorizar profundamente la auténtica forma del universo, conseguir la iluminación de alguna manera observando el movimiento del mundo, leer escritos y asimilar algo que sea relevante para la propia técnica. No se debe pasar por alto ni desperdiciar nada. Es decir, todo - incluso una montaña, un río, la hierba o un árbol - podría servirnos de mentor.
Morihei Ueshiba (extraído de la versión española del libro de Endo sensei “Vibración y Conexión. El Aikido que yo busco. Editorial Alas)



Cada vez más a menudo , busco , de manera intencionada, experimentar la naturaleza de manera más directa, acudiendo a lugares en plena naturaleza. Si bien cualquier lugar en la naturaleza es ya suficiente para recibir una gran inspiración, me gusta especialmente acudir a lugares donde el agua tenga protagonismo.
Me gusta ir , dos o tres veces al año, a una cascada de agua en Prado Negro, y hace poco me han descubierto otra pequeña cascada de agua, en Laujar (Alpujarra Almeriense), que es una caída de agua que se desliza por la roca y cae en una bañera rocosa rodeada de roca, donde el sonido del agua y cualquier cosa que digas resuena como si fuera una cueva.
O Sensei nos invita siempre a la experiencia de la naturaleza como fuente de inspiración y sabiduría para nuestra práctica y nuestra vida (hago este matiz aunque creo que para O Sensei no hay esa diferenciación, para mí tampoco, la práctica de Aikido es parte de mi vida no está separado). 
También nos invita a la lectura de textos y a su reflexión, incluso nos invita a la lectura de sutras, es decir constantemente nos está invitando a desarrollar la comprensión, la reflexión, el despertar y a ver en toda y cada una de las cosas que nos rodean a “maestros” es decir fuentes de sabiduría e inspiración.
No tengo que hablar de la sabiduría e inspiración que a un aikidoka le transmite el agua. Nuestros maestros constantemente nos hablan de ella y los textos de sabiduría oriental la usan como ejemplo de vida.
En el Tao Te King, por nombrar sólo un ejemplo , aunque quizás el más importante y contundente, nos enseña cómo es el agua, por su suavidad, adaptabilidad, y no resistencia, el elemento o fuerza más poderosa de la naturaleza, y que debe ser un ejemplo para los seres humanos de comportamiento virtuoso.
El agua es claramente la principal expresión del concepto wu wei, el no hacer, como concepto clave para entender el correcto “hacer”, ya que no hacer no es exactamente no hacer….
O sensei decía que cuando hablaba de no hacer, eso no significaba no hacer nada. El filósofo contemporáneo Alan Watts cuando trata de explicar el sentido de la expresión wu wei , habla de que el verdadero sentido efectivamente no es no hacer, sino no forzar.
Al observar la armonía, suave y potente al mismo tiempo, de la caída del agua en una catarata, al ver el efecto que ha generado a lo largo del tiempo en la roca, podemos sentir como el no forzar puede ser una acción tremendamente poderosa. La continua adaptación del agua es el movimiento no forzado y más poderoso de la naturaleza posiblemente.
En el acto de “adaptarse” , acto no intencionado sino asociado a su propia naturaleza, genera una energía poderosísima, que deja una huella visible en los contornos y redondeces de la roca .
Creo que es un ejemplo perfecto de cómo el aikidoka genera la energía de su práctica, tanto de tori como de uke.
El acudir a la naturaleza e integrarse en ella, al caminar, meterse en el agua o simplemente pararse a sentir la quietud viva del entorno, esto genera en nosotros un registro físico, mental, emocional y energético que podemos usar en nuestra práctica-vida.
En las caídas de agua a las que voy, suelo meterme debajo, sentir la fuerza fría, fluida y envolvente del agua. En esos momentos suelo recitar varias veces el mantra de Fudo Myoo, que de alguna forma genera una sensación de calor interno y de quietud, interconectada a la experiencia en sí, al agua en sí y podría decir que a la montaña en sí. No utilizo el mantra como un elemento de desconexión de la experiencia , sino como un elemento integrador a través del sonido, de la vibración del mantra, que entra en una especie de danza, con la vibración del movimiento del agua y su sonido.
En la experiencia de este último lugar que me han descubierto, al que lo llaman el “jacuzzi”, por esa forma de bañera rocosa que a creado la caída del agua a lo largo de los años, además es posible sentir la resonancia del mantra y del agua de forma más fuerte, sintiendo una sensación de unidad, de fusión que es maravillosa.
Creo que este tipo de experiencias son verdaderos maestros, verdaderas fuentes de inspiración a todos los niveles, como decía O Sensei. 
Si una experiencia puntual como esta ( aunque cada vez más habitual)deja un registro tan profundo, no quiero ni pensar que registro dejaría el pasar solo en la montaña días, como hacía O Sensei.
Cuando estoy en el tatami, estas experiencias afloran. Al generar la energía del encuentro en la práctica, la conexión con el compañero, la adaptabilidad a lo que viene , con movimientos aquietados y fluidos, al realizar el trabajo de uke, con un ataque intenso pero fluidos a la vez, o al recibir la técnica de forma suave y adaptable, generando un trabajo de uke suave y equilibrado…
Cuando en algún momento algo no fluye bien en mí,siento rigidez propia o del compañero ( ahora por ejemplo siento molestias de mi rodilla y curiosamente la hora de andar por el campo y el rato en el agua fría y todo el proceso de la experiencia me quitan el dolor),cuando la energía de la clase por lo que sea no termina de funcionar….en todos esos casos, recupero la sensación de la experiencia en la naturaleza.Recupero en mi mente y en mi cuerpo, en mi energía en general , la sensación del agua, del mantra, de la montaña, el movimiento del agua que me envuelve, el sonido… 
El traer de nuevo o el mantener la energía de la experiencia, que es lo que trato cada vez más, transforma la práctica completamente, y sobre todo la vibración que la envuelve, transformándose uno mismo, al compañero y todo el entorno.

“El secreto más profundo del budo es conectar energéticamente (kimusubi) el nen (sentimiento, sentido, pensamiento) del cuerpo con el universo.”
Morihei Ueshiba

Luis Mochón

domingo, 1 de agosto de 2021

El vacío

 El vacío, es algo de lo que los grandes maestros siempre hablan, como una condición esencial de la mente-cuerpo, para abordar la práctica marcial. Miyamoto Musashi dedica su último capítulo de los Cinco Anillos al vacío, y en las palabras y escritos de O sensei aparece de forma habitual este concepto.

El vacío, la vacuidad, es un estado unificador, casi "amigable" se podría decir, ya que disuelve la individualidad entendidad como substancia "separada" e independiente, y por lo tanto, también desaparece en cierto sentido, la idea de lucha o de enfrentamiento.
Pero un estado de vacío no debe ser confundido con una especie de estado de "atontamiento" del ser, o un estado "semi-catatónico"  o simplemente algo "especial"...
El vacío otorga al ser su auténtica dimensión, su auténtico lugar en la "danza de la realidad", sintiendo que todo es Uno, y que la ilusión de la multiplicidad es realmente una realidad interconectada.
Cuando en la práctica hablamos del centro, o de extender nuestro ki, o cuando hablamos también de una idea de " peso", todo esto, que también podemos entendenderlo a través del concepto de la "presencia", sólo es posible habitando en el vacío, que es donde se manifiesta la "mismidad" del ser, es decir, el ser plenamente y sin limitaciones.
En el vacío todo sigue siendo, pero con la cualidad del todo y no con una ficticia cualidad limitada e individualizada. Es decir, es el "ser" más completo e integrado, que no es otro que el "no-ser". Ser no siendo o no-ser como ser pleno.
Es ahí donde las montañas fluyen y los ríos se aquietan...
Es ahí donde el cerezo se ve así mismo a través de nuestros ojos, o donde florecemos y renacemos en cada brote verde del mismo...
Es en el vacío donde desaparece la lucha, y aparece la "familia universal", donde aparece el aikido, el musubi y el takemusu-aiki con su infinita creación.
Es habitando ese vacío donde el Aikido cobra todo su sentido. La creación y la conexión sustituyen a la supervivencia o al triunfo-derrota. Donde el temor se convierte en interés y misogi, y la dificultad se transforma en oportunidad y en material  para la creación y el cambio.
En el vacío desaparecen y aparecen los nombres, aparecen y desaparecen las formas, como las olas en el mar o las nubes en el cielo.
Pero para tomar conciencia del vacío, quizás hay que agotar el sueño de la separatividad y del poder propio. Hay que agotar la forma, que purifica al pequeño yo, lo pule , para que el vacío esencial se abra paso, apareciendo detrás de cada movimiento y de cada decisión.
En este proceso, la quietud mental y la no resistencia, creo que son esenciales.
La quietud y la aceptación son una "invocación" del vacío. Cuando es "invocado" y empieza a  manifestarse, la forma es no-forma y lo nombrado es sin nombre. Entonces el río se manifiesta como montaña y la Luna como ola...
Todas las energías se manifiestaran a través del practicante de aikido.: la quietud de la montaña, la fluidez del agua, la dureza de la roca, la livianidad del viento...
Porque en el vacío, donde está la "ausencia" , es donde aflora toda "presencia".
Desde la vacuidad florecen todas las energías de la existencia múltiple, todos los dioses y fuerzas que brotan del Vacío y vuelven a él.
El vacío, se manifiesta como libertad, al observar el mundo evidente. La libertad que nace en la ausencia de definición, creencia o pertenencia. Esa libertad vacua,fértil y por tanto unificante, posiblemente es el Amor que atraviesa toda la creación...
En el momento donde ya no se percibe diferencia entre ser y no-ser, entre forma y no-forma, cuando todo se funde, sin contradicción, sin resistencia, cuando aparecen los verdaderos nombres de las cosas, que no limitan, sino que activan,
es cuando el vacío se está manifestando,y el Aiki, el ki musubi, la conexión, lo impregna todo.



"Todo el poder viene del ki y éste está conectado con la vacuidad"
O sensei

"Situaos en medio de la creación
Situaos en medio de vuestro corazón
Y seguid
El camino del eco de la montaña"
O sensei

" Una vez ,sin embargo, empecé a olvidar y simplemente dejé que mi cuerpo se moviera como quisiera hasta cierto punto, me encontré moviéndome sin ninguna percepción consciente. Cuando eso ocurrió, entré en un estado en el que era completamente irrelevante si era omote o ura, y había olvidado el ikkyo, había olvidado el iriminage. Simplemente me movía y surgía la técnica. "
Endo Sensei

" Un bushi ha de aprender con certeza su camino y practicar también las demás artes. Y, sin la oscuridad en su camino, sin un espíritu confundido,ha de pulir sus dos espíritus; afilar el kan y el Ken, sus dos miradas, y cuando las nubes se alejen dejando despejado el cielo de la confusión, entonces habrá de saber que ése es el verdadero vacío."
Miyamoto Musashi




Luis