martes, 20 de julio de 2021

There is no next.

En mis meditaciones diarias de Mooji, aparece con asiduidad la expresión :"think there is no next".
De nuevo esto nos lleva al instante presente, pleno, infinito y perfecto , como no podía ser de otra manera, ya que no existe otra cosa. 
En la práctica diaria de aikido, me gusta mucho insistir en este aspecto. En entender que cada gesto, que cada movimiento, vaya impregnado o nazca de una mente que "disfruta", se "recrea", se enfoca en el gesto y en el sentir de ese instante, no yendo al futuro o al siguiente movimiento, aún sabiendo (en el caso del estudio técnico)que vendrá... "there is no next".
Cuando la mente habita en el instante, ese instante se llena del poder de la atención-intención y por tanto del poder de la "presencia", se llena de Centro.
Desaparece el objetivo o la "función"de nuestra mente(bueno no del todo cuando practicamos una forma técnica, pero es importante que el recuerdo de la "función" sea lo mas suave, liviano e incluso transparente posible).
Al desaparecer la función como previo y premisa de la acción y centrarnos en cada acto, en cada percepción, gesto e intención, plenamente, la función del gesto o la técnica,es algo que acaba apareciendo por sí misma. Pero prácticamente se percibirá como con una acción "independiente", es decir como "natural", al no ser buscada o forzada. 
Mi maestro Endo Sensei, siempre dice que no busquemos proyectar, que nos centremos en la relación, y en el intercambio de ki, y la proyección, será un efecto secundario de la acción correctamente hecha y en el momento preciso. 
Alan Watts habla de "amar la materia". Consideraba Alan Watts, que aún creyendo que vivimos en un mundo materialista, realmente no se ama la materia, amamos, o mejor dicho, nos centramos en la función de las cosas. 
Creo que esto es aplicable a lo que estoy hablando del aikido. Se realiza habitualmente un aikido muy centrado en el objetivo, en la función, lo cual hace que el estado mental no sea, desde mi punto de vista el adecuado. Para mí, el estado mental adecuado es aquel que desde la quietud o incluso la vacuidad, actúa, se adapta y decide, con lo que ocurre en cada momento, dentro y fuera de uno(uke, el entorno...), de forma libre, llevándonos así, a un estado de no forzar (wu wei), a un estado de fluir más allá de uno mismo, o más allá del control que la mente-ego quiere ejercer como forma de supervivencia. 
Es aquí, cuando a veces decimos que el cuerpo actúa solo, ya que no hay una mente controlando o forzando un objetivo concreto o una función concreta. Es por eso que es interesante, desarrollar una práctica continuada de jiju waza en nuestros entrenamientos, hasta entrar en un estado de presencia como el que hablo, y del que Endo Sensei habla claramente en su libro. 
Pero que pasa en la práctica técnica habitual, de una técnica concreta. 
Si bien es cierto que conocemos cual será el objetivo final(por ejemplo ikkyo), es importante intentar habitar en un estado mental de "there is no next".
Para eso es importante centrarnos en sentir y hacer plenamente lo que ocurre en cada paso de la técnica, sin prisa, llenando de presencia cada gesto, y es importante que uke haga también su trabajo técnico, aportando el feedback necesario para que sea esa técnica que estamos practicando en concreto, la que aflore. 
De esa manera, los movimientos y las correspondientes sensaciones asociados a ellos y a la técnica en concreto, calarán dentro de nosotros, dentro de nuestro cuerpo, para acabar en su momento, en una práctica más libre, apareciendo sin la necesidad de pensar o forzar, sosteniendo así un estado de no-mente o de mente presente. 
Es por ello que centrarnos en mantener una mente aquietada y "suelta", un ritmo sereno , con movimientos suaves, poniendo nuestra atención en cada paso, evitando la prisa o el querer resolver rápido la técnica, nos llevará al estado mental y corporal que considero adecuado, para ser libres en la acción, con movimientos llenos de presencia y centro, y por lo tanto, con lo que es para mí una profunda expresión de marcialidad. 
En la práctica de un Do, creo que el "objetivo" es no tener objetivo, sino centrarnos en vivir plenamente cada instante del "camino", a través de la atención propia de una "mente presente" . 
Si la finalidad de la ceremonia del té fuera beber té, una máquina expendedora de botellas de té, sería la máxima expresión de ese Do....

Luis