viernes, 21 de mayo de 2021

Aikido: Crear espacio

 


En la práctica del Aikido afrontamos el principal de los conflictos :el miedo. Y nos enfrentamos al principal de los enemigos: nosotros mismos.

En la práctica diaria debemos ir soltando cosas, creencias, opiniones y juicios, buenos y malos. Debemos crear el espacio para que la substancia esencial aflore, y no se me ocurre mejor palabra para nombrarla que el Amor.

"Toda vida es la manifestación del espíritu, la manifestación del amor.  Y el Arte de la Paz es la forma más pura de ese principio." Morihei Ueshiba

El proceso de desaparición de nuestros miedos y elementos limitantes, va intrínseco a cada uno de ellos. Todo, como decía Masahisa Goi, está en el proceso de desaparecer. Pero es cierto, que el ego pequeño, hace de resistencia a su propia desaparición. Considerar que las cosas, sentimientos, creencias y pensamientos, tienen una entidad propia, intrínseca y densa, genera una gran resistencia al proceso de desaparición que les es natural.
Es con la práctica diaria, centrándonos en percibir el encuentro como una "danza marcial" de diferentes vibraciones del Ki, donde puede intensificarse o simplemente liberarse, el proceso de desaparición de todos aquellos elementos que conforman el pequeño yo, y que son limitantes de nuestra verdadera naturaleza o gran yo.


  • "Si no te has vinculado a ti mismo al verdadero vacío, nunca entenderás el Arte de la Paz."Morihei Ueshiba

El conflicto, por tanto, está en el proceso de desaparecer desde que aparece. El no retener ese proceso dentro de nosotros, ni fuera, creo que es parte del objetivo del Aikido. Purificar(misogi), soltar, dejar ir...todo lo limitante, empequeñecedor, perturbador... para que quede ese espacio vacío, donde el universo se manifiesta de manera más intensa, y que da lugar a una acción equilibrada, armónica ,compasiva y poderosa, en definitiva, surge ese algo esencial que está en la esencia de todo, que podríamos llamar Amor.

  • "La esencia del Arte de la Paz es limpiarte de malicia, sintonizarte con tu medio ambiente, y limpiar tu camino de todo obstáculo y barreras." Morihei Ueshiba
Pero además, no pensemos que esta labor es algo que sólo nos concierne a nosotros o a dos de nosotros. Cuando permitimos este proceso "creador de espacio",cuando dejamos ir nuestras limitaciones, tanto buenas como malas, aparece, sin más esfuerzo, la luz que disipa todo conflicto. Esta luz, como decía, no sólo incluye lo propio, sino también lo ajeno, lo colectivo, incluye al global. Todo el universo es una interrelación constante, nada está separado. De manera que cada práctica correcta, donde conseguimos enfatizar la relación, la conexión, entre nuestro espíritu y nuestros movimientos, con la consecuencia inmediata de la conexión con el compañero, lo que va a permitir, es la disolución de la separatividad, densa y ficticia, que nos mantiene en el sueño de la separación y el conflicto... Como decía, cada práctica, se convierte así, en una oración, en una petición, en una ofrenda en el altar de la vida, para disolver la energía global del conflicto.
Cada práctica por tanto, no es sólo para nosotros, y para nuestros compañeros, cada práctica del Aikido, se convierte en una acción directa sobre la energía de todos los conflictos. Cuando hacemos espacio en nosotros, lo estamos haciendo también en todo el universo, y el beneficio es colectivo, es universal.

No debemos cerrarnos al conflicto, no debemos darle la espalda, ni ocultarlo. El aikidoka aprende a amar la vida en su plenitud. Por ello, la práctica de un Aikido con la intención correcta, hace a personas más abiertas, llenas de aceptación y valor, sin miedo al conflicto. El aikidoka se vuelve un transformador de la energía. Transforma la energía del conflicto en luz, en creatividad, en armonía... Pero para sí mismo y también para todos y todo.

Conflicto, soltar, vacuidad, Amor, aceptación, valor, purificación, interrelación, conexión, transformación, vida.... Aikido.



"No encares este mundo con temor y rechazo. Afronta con valor todo lo que los dioses te ofrecen."

"El verdadero guerrero es invencible porque no lucha con nadie. Vencer significa derrotar la idea de disputa que albergamos en nuestra mente."

"En situaciones extremas, el universo entero se transforma en nuestro enemigo; en momentos tan críticos, la unidad de mente y técnica es esencial: ¡No permitas que tu corazón titubee!"

"Tan pronto como te ocupas del "bien" y el "mal" de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia. Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota."
Morihei Ueshiba

Luis Mochón

lunes, 10 de mayo de 2021

Quietud, orden corporal, relación...

 La práctica diaria en el dojo se convierte en un laboratorio de las sinergias de la vida. 

De alguna manera podríamos decir que la práctica del Aikido nos lleva a tener la experiencia del día a día de una forma más intensa. 

Nuestra mente nos está constantemente bombardeando con apreciaciones y juicios de las experiencias sensoriales. Constantemente la mente va diferenciando entre bueno y malo, agradable y desagradable, correcto e incorrecto.Discrimima y carga emocionalmente nuestras percepciones.... Esta acción mental genera una realidad falsa, donde el mundo y nosotros estamos separados, y el mismo mundo se convierte en un espacio lleno de cosas diferentes y separadas. 

Pero la realidad es que no hay "cosas" como tales, lo que existe son "relaciones" Y nosotros somos también parte de esa realidad, es decir somos relación, la realidad es una interrelación constante. 

En la práctica del dojo ocurre  lo mismo. La percepción del "otro" como un agente diferente de mí, nace de una mente discriminadora, marcada por los pensamientos. Centrarse en el sentir, en las sensaciones durante la práctica, nos puede acercar más a la realidad unificada que es "relación".

Para esto es necesario pararse, generar presencia, no dejándonos arrastrar por la mente reactiva y diferenciadora, activadora de emociones reactivas, que es donde surge el verdadero conflicto, y que arrastra a nuestro cuerpo a acciones carentes de Centro y armonía. 

El mantener un cuerpo relajado, centrado, sensible y ordenado, al mismo tiempo que un sentir centrado en la relación, va a convertir las olas de los pensamientos definidores y clasificadores en gotas de luz, de claridad, en combustible de armonía, unidad y sencillez. 

Las olas de los pensamientos romperán en la quietud y el orden corporal, lo que generará al mismo tiempo un aquietamiento mental que retroalimentará al cuerpo. 

El ciclo de aquietamiento cuerpo- mente, mente-cuerpo, utilizará la energía de los pensamientos y las emociones, transformándolos en comprensión y en decisiones sencillas que generarán acciones sencillas llenas de armonía. 

Luis Mochón


sábado, 8 de mayo de 2021

Sakanashi sensei. El Aikido para vivir en lugar de para sobrevivir....


"El Aikido nos va reprogramando de a poco, como un proceso continuo, y nos revivifica mientras nos enseña a no reaccionar sino a accionar. Los aspectos rígidos de la psicología personal son como las tensiones del cuerpo. Se van aflojando los hombros, se aprende a estar relajado en medio del ataque. Se tiene más tiempo para ver las cosas, más sensibilidad para penetrar en la realidad, se adquiere más confianza porque uno se siente mejor parado. En cambio, si se está nervioso, aparece el antiguo patrón de conducta: no es uno el que actúa, es una reacción insegura sin rumbo. Es como la diferencia entre vivir y sobrevivir. No queremos gastar el tiempo de nuestra vida en la supervivencia de la respuesta inmediatista a los estímulos exteriores. Es una vida de autómatas. El Aikido nos conecta con la profundidad de nuestro ser a través de la conciencia, de la autoconciencia corporal. Porque por medio del contacto del contacto con el cuerpo nos enfocamos en la realidad. En cambio, si no me doy cuenta cómo estoy parado, difícilmente percibiré como me encuentro en mi interior. El Aikido nos da una percepción de nuestro Estado corporal y emocional. Y ésta es la verdadera espiritualidad en la tradición de Japón: una espiritualidad concreta en el mundo material y corporal que se expresa en acciones. Esta acción es la que llamamos la acción centrada, la que se hace desde un Centro, y en nuestra tradición el centro es el Hará. "
Masafuni Sakanashi sensei