lunes, 20 de enero de 2014

Dejar la mente suelta no fijarla para usar el vacío....

Cuando en la práctica nos vemos en la necesidad de esquivar un ataque, es muy importante por supuesto el movimiento corporal que se quita del lugar del ataque. Pero con la práctica me he dado cuenta que esto no es suficiente. 
Para que esa esquiva tenga un mayor efecto en uke, generando no sólo el fracaso del ataque al no alcanzar su objetivo, sino también que el hecho de atacar al vacío genere un desequilibrio, a veces evidente y a veces interno, debemos de conseguir no fijar la mente en el movimiento. Debemos no parar la mente en el hecho de la esquiva ( en el espacio creado), ni tampoco en lo favorable o erróneo del resultado, esto generará un vacio mucho mayor, consiguiendo así que física y mentalmente el uke se vea absorbido, desequilibrado  o al menos algo confuso.
En la misma medida debemos considerar todas esas ocasiones en que generamos vacíos para conseguir un desequilibrio en uke. Por ejemplo al tomar contacto con uke, e iniciar un movimiento descendente de nuestros brazos , como en ikkyo por ejemplo, es muy importante generar un espacio vacío debajo del punto de contacto (punto de encuentro entre los dos), que atraiga la acción, dejando al margen lo más posible la necesidad de hacer.
Al generar este espacio vacío es muy importante de nuevo dos elementos:

1.) Que ninguna parte física de mi cuerpo este ocupando ese espacio donde uke se va a precipitar
2.) Que la mente no se encuentre fija, parada en ese mismo espacio, ni tampoco en el gesto.

Yo os propongo poner en práctica esta conciencia de práctica, y observaréis como uke se ve mucho más desequilibrado, precipitado y confuso a la hora de recibir la técnica. 
Al mismo tiempo nos llevará a un proceso de no-hacer, donde lo único que "haremos" es prácticamente acompañar el movimiento de atracción que el vacio generará sobre uke. Nuestra labor en este caso es encontrar el espacio vacío, guíar a uke hacía él, y moldearlo ( el espacío vacío) en función de la necesidad que el "proceso de desaparición del ataque " genere durante la acción.

(En el escrito que realicé en la revista Dokkodo número 3 podéis profundizar algo más en lo que quiero expresar con esta expresión "proceso de desaparición del ataque" http://www.magazinedokkodo.com)

En mis clases y seminarios intento transmitir esta idea, y hacerlo un nexo de unión entre todas las técnicas.  El que nuestro ki nunca ( excepto en el momento del encuentro, y deberíamos matizar en otra ocasión ésto) esté enfrentando al ki del uke,  a no ser que este sea muy débil, siendo entonces necesario sólo quedarse quieto, con un buen contacto , y un cuerpo ordenado, para que el ki del ataque de uke se acabe disipando, pero como decía, intentar que el ki de uke y nuestro ki no se vean enfrentados, creo que es fundamental en una práctica suave. 
De está forma no tendremos necesidad de utilizar la fuerza, además de mantener siempre cerrada nuestra guardia. 
Para conseguir que nuestros ki no se enfrenten , de nuevo es muy importante que nuestra mente no quede atrapada en el punto de contacto donde el ki (kimochi) de uke está viniendo. Podemos físicamente hacer el gesto justo para no estar enfrentados a uke, pero si nuestra mente se para en ese lugar, en ese gesto, uke tendrá el apoyo necesario para soportar la técnica o no perder su equilibrio totalmente.
Al mismo tiempo, en la otra posibilidad, cuando el ki de uke es más debil que el nuestro (lo percibimos a través del punto de contacto) y nos quedamos a la espera con una posición ordenada ( cerrada y vertical) ,  y un buen contacto, es muy importante no poner nuestra atención en el punto de encuentro. Se que suena extraño, pero al no parar la mente en ese punto, no es nuestra mente pensante la que al pararse ahí está trabajando, lo que llevaría nuestro ki arriba , cuando lo ideal es que se mantenga abajo, sino que las reacciones ante la venida del kimochi de uke serán a un nivel mucho más interno, y natural, y porqué no decirlo Espiritual. Cuando vengan las oleadas de la intención de uke ( kimochi) la percepción de la necesidad de permanecer quieto o movernos será instantánea, más allá de un nivel racional, siendo más bien al nivel de la consciencia del corazón, mucho más rápida y previa al movimiento de nuestros pensamientos, que juzgan lo adecuado a partir de esta percepción inicial. El movimiento que realizamos o la ausencia de movimiento, se decide en un estado de no-mente donde el corazón o el Espíritu se manifiestan, haciéndolo en un tiempo instantáneo, de manera que parece que la acción genera la acción sobre sí misma en forma de técnica sin nuestra intervención, y esto es porque la decisión del movimiento no llega desde el pensamiento "sino desde el fondo de éste" usando palabras de Dogen.

Bueno sólo quería compartir por escrito, algunos conceptos de los que transmito en mis clases y seminarios, para compartirlo especialmente con todos los instructores de la familia Musubi que muchas veces me consultáis más sobre este tema.

Un saludo a todos

L.




(Yo mismo con mi sensei Endo Seishiro)

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