domingo, 20 de mayo de 2018

Aikido, un conocimiento verdadero....si se le permite.


Creo que el "verdadero" conocimiento debe ser un conocimiento universal e integrativo. Un conocimiento que debería acercarnos a la posibilidad de vivir la realidad lo más objetivamente posible, lo que en mi opinión, nos alejaría del sufrimiento y lo que es más importante, nos permitiría vivir  plenamente la vida como seres humanos. Ese tipo de conocimiento, y creo que el Aikido pertence a esta clase de conocimiento, debería actuar en los distintos "centros" del ser, equilibrándolos, y así permitiendo,que nuestra naturaleza de ser humano,se exprese plenamente. Pero para ésto debemos permitir que el aiki haga su labor, rindiéndonos al regalo que tiene para cada uno de nosotros, sin peros ni condiciones.
Las personas normalmente actuamos desde unos centros u otros y casi nunca desde un ser unificado. El problema de ésto, es no permitir que el aikido penetre en nuestros "centros", rindiéndonos a él, y en consecuencia,hacemos del aikido lo que creemos o queremos, convirtiéndolo en un instrumento de nuestro ser desequilibrado, en lugar de una cura a nuestra "dolencia".
Cuando se trata de una persona que funciona sólo a través de impulsos físicos e instintivos(centro motor),convertirá el conocimiento, en una repetición constante, en aprendizaje memorístico y de tipo acumulativo. Enseñándolo así si se trata de sensei o asimilándolo así si se trata de estudiante.
Si la persona se mueve sobre todo desde su centro emocional, tenderá sólo hacia lo que le resulta agradable, aceptará sólo la parte del conocimiento que le agrada, dejando de lado el resto. Será apasionado y entregado a su idea de conocimiento,lo que le acercará a actitudes virtuosas pero también a las  más radicales, que en muchos casos llevará a la no aceptación de los otros o de lo diverso, queriendo cambiar al resto.
En las personas muy mentales, el conocimiento se centrará en la búsqueda de una lógica mental en la estructura del conocimiento. Se centrarán en desarrollar sistemas de comprensión y aprendizaje, intentarán generar una sensación de control , sobre un conocimiento que por naturaleza es incontrolable, a no ser que se haga una labor reduccionista sobre el mismo. 
Se tenderá hacia un conocimiento cada vez más elaborado y complejo,con muchas formas distintas, siendo la actividad principalmente a un nivel mental, quedando la acción en un segundo plano, y muchas veces como una mera justificación de las teorizaciones y elaboraciones mentales.
Para mí, el ideal de "ser" hacía el que debe conducirnos el aikido, es aquel en el que encontramos unificados, alineados,los distintos centros del ser bajo la conducción del espíritu, o de la conciencia clara y serena del verdadero Ser.
Cuando el centro motor, el emocional y mental se encuentran en equilibrio, la práctica del aikido se vuelve algo sencillo, natural, y sobre todo objetivo. Las cosas empiezan a vivirse tal como son, sin juicios o prejuicios que las oculten, sin interpretaciones, o directamente creaciones subjetivas que ocultan una realidad , que se nos presenta desnuda y dispuesta a ser vivida y completada constantemente.
O sensei hablaba que la búsqueda del aikido era unificar cuerpo y mente. Esta afirmación inspira todo lo que estoy abordando.
Creo que nuestra condición humana nos hace incapaces de percibir objetivamente la realidad, pero también creo que debe ser nuestra aspiración, la que nos permita acercarnos lo más posible a la realidad que nos integra, porque al vivir alejados, sufrimos, no viviendo la vida con la plenitud que nuestra naturaleza humana permite.
El estudio del aikido por tanto para mí ,debe conducirnos a desarrollar el aiki, el equilibrio, la armonía, la unidad de nuestros centros, para poder aproximarnos lo más posible a la realidad de cada momento. 
El compañero, los roles asumidos en el encuentro del aikido, como la dinámica del estudio(ki-musubi, ma ai, atari, waza...)nos aportan un entorno adecuado, intensificado, para experimentar el estado de nuestros centros, y así equilibrarlos mediante la magia purificadora del aiki, acercándonos a la realidad de lo que ocurre a cada instante, actuando en consecuencia,de forma sencilla y en el momento adecuado.
El resultado del avance en el proceso de unificación de los distintos centros, es un cuerpo "disponible" ,relajado, saludable... Una mente serena, estable, suelta o inamovible(es decir que no queda fija en nada :Fudoshin). La consecuencia de ésto es un waza sencillo, de movimientos estéticos y naturales, un flujo sereno e imparable, sin grandes altibajos , donde cualquier acción es la que tiene que ser, difuminándose lo correcto o incorrecto detrás de una visión más objetiva de la realidad que se presenta y que permite una fusión con el momento a través de la acción.
Pero también creo que los resultados no quedan reducidos sólo al ámbito del tatami.
Fuera del tatami,es habitual encontrarse con personas que critican a menudo, hablan a la espalda mal de otros, no se acepta la diferencia, el "merezco" está muy extendido y cuando no se consiguen los objetivos que se considera que se merecen ,se busca culpables en el exterior. Prejuicios, juicios y posjuicios, se dan opiniones sin que nadie las pida, mucho miedo que toma muchas formas, siempre mirando hacia afuera...
Todo ésto es muy habitual en todos los que somos practicantes ya de años, y desgraciadamente no cambia con el tiempo en la mayoría de los casos. Si permitimos que el Aikido nos inunde , si nos rendimos al poder purificador del aiki, todo ésto irá desapareciendo, por supuesto con el tiempo y como parte del proceso de unificación de nuestros centros.
Práctica, práctica y más práctica, pero no de cualquier forma, sino dejando que nos invada por dentro, que nos ponga en crisis y que nos convierta en la mejor versión de nosotros mismos. 

Luis Mochón.


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