domingo, 1 de agosto de 2021

El vacío

 El vacío, es algo de lo que los grandes maestros siempre hablan, como una condición esencial de la mente-cuerpo, para abordar la práctica marcial. Miyamoto Musashi dedica su último capítulo de los Cinco Anillos al vacío, y en las palabras y escritos de O sensei aparece de forma habitual este concepto.

El vacío, la vacuidad, es un estado unificador, casi "amigable" se podría decir, ya que disuelve la individualidad entendidad como substancia "separada" e independiente, y por lo tanto, también desaparece en cierto sentido, la idea de lucha o de enfrentamiento.
Pero un estado de vacío no debe ser confundido con una especie de estado de "atontamiento" del ser, o un estado "semi-catatónico"  o simplemente algo "especial"...
El vacío otorga al ser su auténtica dimensión, su auténtico lugar en la "danza de la realidad", sintiendo que todo es Uno, y que la ilusión de la multiplicidad es realmente una realidad interconectada.
Cuando en la práctica hablamos del centro, o de extender nuestro ki, o cuando hablamos también de una idea de " peso", todo esto, que también podemos entendenderlo a través del concepto de la "presencia", sólo es posible habitando en el vacío, que es donde se manifiesta la "mismidad" del ser, es decir, el ser plenamente y sin limitaciones.
En el vacío todo sigue siendo, pero con la cualidad del todo y no con una ficticia cualidad limitada e individualizada. Es decir, es el "ser" más completo e integrado, que no es otro que el "no-ser". Ser no siendo o no-ser como ser pleno.
Es ahí donde las montañas fluyen y los ríos se aquietan...
Es ahí donde el cerezo se ve así mismo a través de nuestros ojos, o donde florecemos y renacemos en cada brote verde del mismo...
Es en el vacío donde desaparece la lucha, y aparece la "familia universal", donde aparece el aikido, el musubi y el takemusu-aiki con su infinita creación.
Es habitando ese vacío donde el Aikido cobra todo su sentido. La creación y la conexión sustituyen a la supervivencia o al triunfo-derrota. Donde el temor se convierte en interés y misogi, y la dificultad se transforma en oportunidad y en material  para la creación y el cambio.
En el vacío desaparecen y aparecen los nombres, aparecen y desaparecen las formas, como las olas en el mar o las nubes en el cielo.
Pero para tomar conciencia del vacío, quizás hay que agotar el sueño de la separatividad y del poder propio. Hay que agotar la forma, que purifica al pequeño yo, lo pule , para que el vacío esencial se abra paso, apareciendo detrás de cada movimiento y de cada decisión.
En este proceso, la quietud mental y la no resistencia, creo que son esenciales.
La quietud y la aceptación son una "invocación" del vacío. Cuando es "invocado" y empieza a  manifestarse, la forma es no-forma y lo nombrado es sin nombre. Entonces el río se manifiesta como montaña y la Luna como ola...
Todas las energías se manifiestaran a través del practicante de aikido.: la quietud de la montaña, la fluidez del agua, la dureza de la roca, la livianidad del viento...
Porque en el vacío, donde está la "ausencia" , es donde aflora toda "presencia".
Desde la vacuidad florecen todas las energías de la existencia múltiple, todos los dioses y fuerzas que brotan del Vacío y vuelven a él.
El vacío, se manifiesta como libertad, al observar el mundo evidente. La libertad que nace en la ausencia de definición, creencia o pertenencia. Esa libertad vacua,fértil y por tanto unificante, posiblemente es el Amor que atraviesa toda la creación...
En el momento donde ya no se percibe diferencia entre ser y no-ser, entre forma y no-forma, cuando todo se funde, sin contradicción, sin resistencia, cuando aparecen los verdaderos nombres de las cosas, que no limitan, sino que activan,
es cuando el vacío se está manifestando,y el Aiki, el ki musubi, la conexión, lo impregna todo.



"Todo el poder viene del ki y éste está conectado con la vacuidad"
O sensei

"Situaos en medio de la creación
Situaos en medio de vuestro corazón
Y seguid
El camino del eco de la montaña"
O sensei

" Una vez ,sin embargo, empecé a olvidar y simplemente dejé que mi cuerpo se moviera como quisiera hasta cierto punto, me encontré moviéndome sin ninguna percepción consciente. Cuando eso ocurrió, entré en un estado en el que era completamente irrelevante si era omote o ura, y había olvidado el ikkyo, había olvidado el iriminage. Simplemente me movía y surgía la técnica. "
Endo Sensei

" Un bushi ha de aprender con certeza su camino y practicar también las demás artes. Y, sin la oscuridad en su camino, sin un espíritu confundido,ha de pulir sus dos espíritus; afilar el kan y el Ken, sus dos miradas, y cuando las nubes se alejen dejando despejado el cielo de la confusión, entonces habrá de saber que ése es el verdadero vacío."
Miyamoto Musashi




Luis

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