lunes, 9 de enero de 2012

El Aikidō es el camino de la realización de la identidad de uno mismo y el universo. Masahisa Goi y Morihei Ueshiba. Extraído del libro Takemusu Aiki

Después de las palabras del Maestro Ueshiba de aquel día y en mi opinión, fruto de la lectura del libro sobre el aikidō, pensé que la vía considerada como un budō, llamada "aikidō", tiene por principio el hecho de la actuación vacía, de la que resulta el movimiento libre y sin obstáculo, así como el movimiento de la gran armonía y del ki-amor. En otras palabras, la actuación vacía consiste en reducir a nada sus pensamientos egoístas. El venerable Ueshiba Morihei siendo alguien que se despertó por el cuerpo a este principio y que lo pone en práctica de una manera corporal, era para mí un gran hombre que quería conocer. Eso era exactamente lo que decía Ueshiba: "El aikidō, no es una técnica para luchar contra un enemigo o vencerle. Es la vía de la armonía del mundo, que convierte el género humano en una misma familia. El sentido profundo del aikidō, es armonizarse con el movimiento del universo y unirse uno mismo con el universo. El que entiende el sentido profundo del aikidō, el universo está en su propio vientre porque "yo mismo soy el universo". Me he despertado a dicho concepto mediante el bu . Sea cual sea la velocidad con la que me ataca un enemigo, no me ha derribado. No es porque mi técnica es más rápida que la de mi enemigo. No es cuestión de rapidez o de lentitud. Es porque, desde el principio, la lucha está decidida. Es porque el enemigo, al intentar luchar "conmigo que soy el universo", intenta romper la armonía del universo. En otras palabras, en el instante en el que piensa luchar contra mí, el enemigo ya está vencido. Es porque ahí ya no existe en absoluto la duración del tiempo como la lentitud o la rapidez. El aikidō, es el principio de no resistencia. Es porque se trata de no-resistencia que él gana desde el principio. Por lo tanto, las personas malintencionadas, de corazón luchador, pierden desde el principio. Entonces, ¿cómo es posible purificarse de su propia hostilidad, purificar su corazón y armonizarse con el trabajo de las diez mil cosas del universo? Para ello, primero debemos convertir el corazón de Dios en nuestro propio corazón. Lo que se extiende abajo,arriba, en las cuatro direcciones, desde el pasado hasta hoy, hasta los confines del universo, es "el Amor". "El Amor no es pelea." "En el Amor, no hay enemigo." Es porque el corazón que convierte a alguien en su enemigo, que lucha contra alguien, no es todavía el corazón de Dios. Quienquiera que no esté en armonía con esto no puede armonizarse con el universo. El del que no se armoniza con el universo es el bu  de la destrucción, no es el takemusu de la verdad . Por lo tanto, convertir actos del bu en técnicas de combate, ganar, perder, no es el bu de la verdad. El bu de la verdad, en todas sus ocurrencias, es absolutamente invencible. Absolutamente invencible, en otras palabras, es absolutamente el hecho de no luchar, con quien sea. Ganar, es dominar el "corazón belicoso" en el centro de su propio corazón, es llevar a cabo su propia misión. Sin embargo, aunque nos podamos fácilmente convencer de esta teoría, si el individuo no la pone en práctica, no puede superar el estado de hombre ordinario. Al practicar el aikidō, por primera vez, una gran fuerza se adjunta, y uno se vuelve capaz de realizar la unión dentro de la Gran Naturaleza misma." Tales son las afirmaciones. Si esto no es la palabra de Dios, ¿entonces qué es? Dicha palabra es la palabra de la vía de la religión misma. Si se predica esta palabra como la palabra misma, tal un pensamiento teórico, no hay vida en ella y a pesar de que sea palabra de verdad, no puede bastar para tocar el corazón del hombre. Sin embargo, en lo que se refiere al venerable Ueshiba, esta palabra despierta la conmoción porque, puesta en práctica, resulta que el hecho de perder contra alguien no existe. En cuanto a mí, al escribir estas palabras, me entra una gran emoción que me calienta el pecho.

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