sábado, 7 de abril de 2012

Yagyu Munenori

      "  Dice un antiguo proverbio: “Las armas son instrumentos de desdicha despreciadas por el Camino del Cielo. Úsalas sólo cuando es inevitable”. La razón de que son instrumentos de desgracia es que el Camino del Cielo es el Camino que da la vida a los seres, mientras que aquello que mata es en verdad un instrumento de desgracia. Por lo tanto lo que contradice al Camino del Cielo es digno de desprecio".

        "Es un perjuicio pensar que en el arte de la guerra sólo se trata de matar. No se mata a las personas, se mata el mal. Es una estrategia para dar la vida a muchos destruyendo el mal que representa una persona".

        "De igual manera, en el ámbito de las relaciones sociales y profesionales donde uno actúa mientras las situaciones se van desarrollando, la actitud es similar a la del guerrero, aun cuando no hubiese desacuerdo. La atención que se necesita para observar la dinámica de las situaciones incluso en un grupo constituye un arte de la guerra. Si uno no ve la dinámica de una situación, puede llegar a permanecer demasiado tiempo en compañía indeseable y verse envuelto en problemas sin razón alguna. Cuando la gente habla sin ver el estado de ánimo de los otros, se provocan discusiones que incluso acarrean la muerte; se trata precisamente de la diferencia entre ver y no ver la dinámica de una situación y el estado de las personas comprometidas en ella. Hasta el simple hecho de ordenar una habitación de modo tal que cada cosa ocupe su lugar correcto es ver la dinámica de una situación. Y esta acción requiere algo del cuidado característico del arte del guerrero".      

" Aprender toda la esgrima, las posturas físicas, la manera de mirar, aprender minuciosamente todo lo que se debe aprender y practicarlo es el espíritu del conocimiento integral. Finalizado el aprendizaje, cuando todo aquello que has aprendido desaparece de la mente consciente y uno se vuelve inocente, esto es el espíritu del perfeccionamiento de las cosas. Cuando el aprendizaje y la práctica han madurado, las manos, los pies y el cuerpo actúan sin depender de la mente. Estás desapegado de lo que has aprendido y sin embargo no te desvías del aprendizaje. En todo lo que hagas, tu acción será libre.  En ese momento, ni siquiera sabes dónde está tu mente; ni los demonios celestiales ni los extraños pueden espiar dentro de tu propio corazón. El aprendizaje tiene como meta alcanzar este estado. Una vez que has aprendido satisfactoriamente, el aprendizaje desaparece. Este es el sentido último y la trascendencia progresiva de todas las artes Zen. El olvido de lo aprendido, el abandono de la mente, la armonización no deliberada es la consumación última del Camino. Esta etapa es el pasaje del saber a no saber".         

"Anticipar el momento se refiere al instante previo a los movimientos del contrincante. Este primer impulso de movimientos es la energía, el sentimiento o el ánimo retenidos en el pecho. La dinámica del movimiento es energía, sentimiento o ánimo. Ver con precisión la energía, el sentimiento y el ánimo de los oponentes y actuar en forma correspondiente, se denomina anticiparse al momento.         Esta acción efectiva es una especialidad del Zen, llamada dinámica Zen.         La energía, el sentimiento o el ánimo que están ocultos en el interior y no se revelan constituyen el potencial del momento. Es como una bisagra que está dentro de la puerta. Captar las acciones invisibles escondidas en el interior, y actuar en consecuencia, se llama en el arte de la guerra anticipar el momento "      

 "Hay que asegurarse de estar atento a lo que acontece en ese momento. Esto es lo que significa la frase “hacerse cargo de lo que está allí”. Si no observas con calma absoluta, las técnicas de la espada que has aprendido no te servirán.         En lo que concierne a “escuchar el sonido del viento y del agua”, significa estar tranquilo y calmo en la superficie, manteniendo un talante agresivo por debajo. El viento no tiene sonido; produce sonido cuando choca con un objeto. Así el viento es silencioso cuando sopla allá en lo alto. Al establecer un contacto con árboles o cañas produce un sonido que es ruidoso y cambiante. El agua tampoco tiene sonido cuando cae desde arriba sino que produce un rumor cuando golpea las cosas.   Subir         Un monje preguntó a un venerable anciano:  ¿Cuál es el Camino?. El anciano contestó: “La mente normal es el Camino”. Esta historia contiene un principio que se aplica a todas las artes. Al preguntársele cuál era el Camino, el venerable anciano contestó que la mente normal es el Camino. Esto es en verdad la sabiduría última. Es el estado en el cual las enfermedades de la mente han desaparecido y uno se ha vuelto normal espiritualmente, libre de la enfermedad aun en medio de la enfermedad. Aplicando esto a cuestiones mundanas, suponte que estás disparando el arco y piensas en ese instante que estás disparando; de esa manera la puntería será débil e inconstante. Al esgrimir la espada, si estás consciente de esgrimirla tu ofensiva será inapropiada. Si estás escribiendo y eres consciente de escribir, tu pluma será inestable. Aun tocando el arpa, si eres consciente de tu ejecución la melodía será desafinada.  
  
" Cuando el arquero olvida la consciencia del disparo y dispara con una actitud de mente normal, como si estuviera desocupado, el arco estará firme. Al usar la espada o cabalgar, uno no “usa la espada” o “cabalga”. Y uno no “escribe”, uno no “ejecuta música”. Cuando haces todas las cosas en un estado de mente normal como si estuvieras completamente ocioso, entonces todo fluye de un modo suave y sencillo".

  "La mente normal se llama no-mente. Si cambias la mente normal y en su lugar produces otro tipo de consciencia, cambiarás también tu forma, de modo que la agitación será interna y externa. Si haces todas las cosas con una mente agitada, nada será como debe ser. Aun si se trata de decir sólo una palabra, la gente la apreciará únicamente se el modo de decirla es firme y sereno. La mente imperturbable de los Budas es verdaderamente sublime".   

"Las personas que han logrado pacificar sus mentes una vez no necesitan purificar sus acciones físicas, verbales y mentales; permanecen sin mácula aunque se mezclen con el polvo del mundo. Aunque estén activas todo el día, estarán inmóviles, como la luna que se refleja en el agua no se mueve aunque innumerables olas rompan una tras Otra".

Yagyu Munenori

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